AlumniSJ Principal

  •  
  • Nosotros
  • Jesuitas
  • Antiguos Alumnos
  • Formados para Servir
  • Actividades
  • Noticias
  • Blog
  • Videos
  • Contacto

Secciones

  • Alumni Notables
  • Artículos
  • Cartas
  • Discursos
  • Documentos
  • Galeria
  • In Memoriam
  • Libros
  • Líderes
  • Premios y Distinciones
  • Testimonios
  • Homilias del Figue
AlumniSJ AlumniSJ AlumniSJ
Español
  • Español Español
  • English (UK) English (UK)
  •  
  •  
  •  
  •  
  •  
  •  
  • Nosotros
    • Bienvenidos
    • Quiénes Somos
    • Visión y Misión
    • Ser EXAlumno Jesuita
    • Principios y Valores
    • Fines y Objetivos
    • Nuestro Equipo
  • Jesuitas
    • San Ignacio de Loyola
    • La Compañía de Jesús
    • Liderazgo Ignaciano
  • Antiguos Alumnos
    • Colegio San José
  • Formados para Servir
  • Actividades
  • Noticias
    Envía tu noticia al Inbox de AlumniSJ
    • Actualidad
    • Alma Mater
    • Antiguos Alumnos
    • Arte y Cultura
    • Cambio
    • Ciencia y Tecnología
    • Comunicados
    • Deportes
    • Ecología
    • Economía
    • Educación
    • Emprendimiento
    • Empresa
    • Familia
    • Formación
    • Innovación
    • Investigación
    • Jesuitas
    • Opinión
    • Servicio
    • Social
  • Blog
    Escribe en el Blog
    • Cambio
    • Ecología
    • Economía
    • Educación
    • Emprendimiento
    • Espiritualidad
    • Etica y Valores
    • EXAlumno Jesuita
    • Excelencia
    • Familia
    • Formación
    • Innovación
    • Inspirar
    • JESÚS Mi Amigo
    • Liderazgo
    • Pensar en Grande
    • Recordar es Vivir
    • Servicio
  • Videos
  • Contacto
Condiciones de búsqueda:
Buscar solo en:

Total: encontrados 146 resultados.

Página 1 de 8

Colegios Jesuitas en el Mundo

Educar será siempre una pasión y más aún cuando se reflexiona sobre esta acción que transforma vidas. Las instituciones educativas de los jesuitas se han preocupado por trascender los límites del enseñar y el aprender; no es infrecuente el estudio, la reflexión, el examen que lleva a mejorar continuamente el hecho educativo, siendo los principales beneficiados los cientos de miles de niños, niñas, hombres y mujeres en todo el planeta que pasan sus vidas educándose y compartiendo sus saberes en las obras educativas de la Compañía de Jesús. 1

¿Sabías que hay más de 2000 colegios Jesuitas en todo el mundo? Destacan los colegios Jesuitas tradicionales, así como los proyectos educativos del SJR (Servicio Jesuita para Refugiados) y los colegios de Fe y Alegría.

1 Educate Magis

La Explosión de la Bomba Atómica en Hiroshima narrada por el Padre Arrupe

La mañana del 6 de agosto de 1945, el Padre Pedro Arrupe, S.J., se encontraba en el noviciado de Nagatsuka, junto con otros 35 jóvenes y varios padres jesuitas. La casa del noviciado se ubicaba a unos seis kilómetros de lo que sería el centro de la explosión atómica.

Es el propio Padre Arrupe quien nos relata lo que ocurrió aquella mañana trágica del 6 de agosto de 1945:

«Estaba yo en mi cuarto con otro Padre, a las ocho y cuarto de la mañana, cuando de repente vimos una luz potentísima, como un fogonazo de magnesio, disparado ante nuestros ojos.

Naturalmente, extrañados, nos levantamos para ver lo que sucedía, y al ir a abrir la puerta del aposento –éste daba hacia la ciudad- oímos una explosión formidable, parecido al mugido de un terrible huracán, que se llevó por delante puertas, ventanas, cristales, paredes endebles…, que hechos añicos iban cayendo sobre nuestras cabezas.

Nos tiramos, o fuimos tirados al suelo. Y digo fuimos tirados, porque un padre alemán de más de 90 kilos de peso se hallaba apoyado en la ventana de su cuarto y se encontró de pronto sentado en el pasillo, a varios metros de distancia, leyendo un libro.

Seguí sobre nosotros la lluvia de tejas, ladrillos, trozos de cristal… tres o cuatro segundos que nos parecieron mortales, porque cuando se teme que una viga se caiga en la cabeza y le aplaste a uno el cerebro, el tiempo se hace muy largo.

Cuando pudimos ponernos en pie, fuimos a recorrer la casa. Yo tenía la responsabilidad de los treinta y cinco jóvenes que estaban bajo mi dirección. No encontré a ninguno herido, ni siquiera con el menor rasguño.

Salimos al jardín, para ver dónde había caído la bomba, pues nadie dudaba que esto hubiese sucedido; pero al llegar y recorrerlo todo, nos miramos extrañados unos a otros: allí no había ningún hoyo, ni ninguna señal de explosión. Los árboles, las flores, todo, aparecía normal.

Estábamos recorriendo los campos de arroz que circundaban nuestra casa para encontrar el sitio de la bomba, cuando, pasado un cuarto de hora, vimos que por la parte de la ciudad se levantaba una densa humareda, entre la que se distinguían, claramente, grandes llamas.

Subimos a una colina para ver mejor, y desde allí pudimos distinguir en donde había estado la ciudad, porque lo que teníamos delante era una Hiroshima completamente arrasada.

Como las casas eran de madera, papel y paja, y era la hora en que todas las cocinas preparaban la primera comida del día, con ese fuego, y los contactos eléctricos, a las dos horas y media de la explosión toda la ciudad era un enorme lago de fuego.

Los japoneses, que no sabían que no sabían que había explotado la primera bomba atómica, con esa prodigiosa armonía imitativa de su lenguaje, designaron este nuevo fenómeno con la palabra “Pika-Don”. “Pika” era para ellos el fogonazo, y “don” el ruido de la explosión. Aun ahora, al hablar de la bomba atómica, muchos siguen llamándola Pika-Don…

Nosotros, sin podernos explicar tampoco qué había pasado allí, intentamos entrar en la ciudad; pero era imposible: aquello era un mar de fuego sobre una ciudad reducida a escombros…

En estas condiciones estaba la ciudad a los pocos momentos de la explosión. Apenas se podía avanzar entre tanta ruina. Pero otra de las causas que entorpecía nuestra marcha era la cantidad sin número de personas que iban saliendo penosamente de aquel infierno.

Huían a duras penas, sin correr, como hubieran querido, para escapar de aquel infierno cuanto antes, porque no podían hacerlo a causa de las espantosas heridas que sufrían.

Nunca se me olvidará, porque fue una de mis impresiones primeras de la bomba atómica, aquel grupo de muchachas jóvenes, de dieciocho a veinte años, que venían agarradas unas a otras, arrastrándose. Una de ellas tenía una ampolla que le ocupaba todo el pecho. Tenía además la mitad del rostro quemado y un corte producido por la caída de una teja, que, desgarrándole el cuero cabelludo, dejaba ver el hueso, mientras gran cantidad de sangre le resbalaba por la cara. Y así la segunda, la tercera… en una progresión que si se continúa hasta 150.00 nos dará una idea aproximada del cuadro de Hiroshima...»

Fuente: Padre Pedro Arrupe, S.J. Yo viví la bomba atómica

Discurso del P. Arturo Sosa SJ en el X Congreso de la Unión Mundial de Antiguos Alumnos de la Compañía de Jesús (WUJA)

Introducción

1. Quiero expresar mi cordial saludo a cada uno de ustedes. Especialmente a las personas que han viajado de cerca y de lejos para asistir a este congreso en la amable y acogedora ciudad de Barcelona. Saludo también a todos los antiguos alumnos de este querido Colegio San Ignacio de Sarriá tan lleno de historia e inspiración ignaciana y que con tanta generosidad han aceptado ser los anfitriones de este encuentro. Mi saludo se extiende también a sus queridas familias.

2. Mi profundo agradecimiento al comité organizador de este congreso encabezado por el Sr. Francisco Guarner que ha sabido sortear los desafíos propios de nuestro tiempo de pandemia para reunirnos aquí y discernir rutas posibles para responder a los retos y posibilidades de nuestro tiempo. Agradecimiento que se extiende a todo el equipo directivo de la Unión Mundial de Antiguos Alumnos que ha sido parte importante de este proceso y con cuyo presidente, Mr. Alain Deneef, he tenido la oportunidad de conversar sobre el sentido y futuro de las asociaciones de antiguos alumnos. Extiendo mi agradecimiento al P. Provincial de España y a todo su equipo por su gentil acogida y trabajo para que hoy podamos estar aquí todos juntos.


1. Continuamos una conversación

3. Hace casi 50 años el P. Pedro Arrupe, en ese entonces General de la Compañía de Jesús, pronunció en este mismo país, no muy lejos de aquí, su inspirador y profético discurso en el que resumió magistralmente la finalidad de la educación Jesuita: hacerse personas para los demás.

Bien sabemos de las controversias y malestar que sus palabras suscitaron en algunos, pero también del invaluable servicio que el P. Arrupe, como profeta y visionario de nuestro tiempo, ha realizado con sus palabras y su testimonio humildes pero desafiantes. El proceso de beatificación en el que se encuentra el P. Arrupe nos brinda el marco apropiado para considerar el impacto de sus palabras tanto en nuestras instituciones educativas como en las asociaciones de antiguos alumnos. Arrupe era consciente del enorme potencial apostólico que estas asociaciones representaban y a pesar de todas las posibles limitaciones en la educación recibida confiaba con optimismo en sus beneficios, pues como lo afirmó: “Esa confianza y optimismo se apoyan en lo siguiente: a pesar de nuestras limitaciones y deficiencias históricas, creo que la Compañía os ha transmitido... algo que constituye la esencia misma del espíritu ignaciano y que nos capacita para renovarnos continuamente: un espíritu de búsqueda continua de la voluntad de Dios.” (No. 11) Más tarde, el P. Arrupe llamará a este espíritu con el término “ignacianidad” (Nuestros Colegios Hoy y Mañana, 1980, No. 10).

4. En aquel famoso discurso, dirigido a los exalumnos reunidos en el congreso europeo de antiguos alumnos el P. Arrupe pone claro al comienzo su actitud al hablar: “No os hablo por tanto como padre, sino como simple compañero. Somos todos compañeros de colegio, que juntos intentamos escuchar al Señor, sentados en los mismos bancos.” (#16) Hoy vengo, también, como compañero de viaje y como antiguo alumno de otro colegio San Ignacio, el de Caracas a pocos meses de celebrar el centenario de su fundación, a compartir con ustedes algunas reflexiones y a continuar este diálogo en el espíritu de ignacianidad que el P. Arrupe comenzó.

5. Lo hago desde el contexto de la experiencia de fe que Ignacio de Loyola abrió para muchos de nosotros cuando comenzó su camino de conversión tras el cañonazo de Pamplona y que se consolidó en estas queridas tierras catalanas en su honda experiencia espiritual en Manresa, Monserrat y su estancia en esta ciudad de Barcelona. De allí que mis reflexiones se nutran de la generosa fuente de la tradición ignaciana. Las propongo con mucho respeto pues siento una profunda alegría al saber que en nuestros colegios también se educan personas con otras experiencias religiosas o convicciones del mundo. Es precisamente el beber de la fuente ignaciana lo que nos permite acoger la diversidad y, desde el respeto, provocar un diálogo fraterno con nuestra tradición espiritual. Podemos hacerlo puesto que a todos nos une nuestra común humanidad, las situaciones que nos afectan como parte ella y el deseo de contribuir a una sociedad mejor, más justa y fraterna. Son los desafíos del futuro lo que nos mueven a perseguir ese horizonte compartido.

6. En 1973, el P. Arrupe con su característica humildad y sinceridad reconoció que la educación de la Compañía no había preparados a los alumnos de la época para el reto contemporáneo de trabajar por la justicia. “Os hemos educado para la justicia? ¿Estáis educados para la justicia?... tenemos que responder los jesuitas con toda humildad que no…” (No. 10) Sin embargo, el P. Arrupe como hombre de fe, no estaba allí para simplemente reconocer la dificultad, sino que como hombre libre y del espíritu quería invitarnos a un proceso de renovación para ponernos al día y responder a los nuevos desafíos.

7. Gracias al análisis sincero del P. Arrupe nuestras obras apostólicas en general y nuestras instituciones educativas en particular han avanzado enormemente en este camino de educar para la justicia que nace de la fe y por ella se deja iluminar, y de invitar a nuestros alumnos a ser agentes de cambio en la construcción de sociedades más justas y fraternas. Hoy muchos identifican la educación jesuita por su claro compromiso con la justicia. Nuestras obras educativas han desarrollado numerosos programas, proyectos, y grupos de acción para que nuestros estudiantes adquieran un sentido crítico de la realidad, conozcan las raíces profundas y estructurales de nuestros problemas sociales y políticos, y puedan actuar en consecuencia. Sin duda nos queda mucho por hacer en este campo, tendremos que seguir discerniendo cómo responder a los desafíos siempre nuevos que la educación para la justicia y la reconciliación exigen.

8. El P. Arrupe expresó bien en su discurso la razón de este discernimiento continuo: “Si la Compañía quiere ser fiel a sí misma, si no quiere cambiar y traicionar el rasgo más profundo de su espíritu paradójicamente tiene que cambiar profundamente en la mayoría de sus concreciones epocales.” (#14)

9. Algo semejante podríamos decir de nuestras obras educativas. Si quieren permanecer fieles a su larga tradición educativa no queda otra salida que, desde la libertad interior propia de la experiencia ignaciana, innovar sin miedo y re-imaginar los métodos que permitan a las nuevas generaciones reconocer y afrontar sus retos con la mirada puesta en el futuro.

10. El reciente documento Una Tradición Viva (2019) busca hacer de la tradición una fuente de inspiración a los desafíos actuales de la educación de la Compañía. En él se nos recuerda que ser fieles a nuestra tradición es estar siempre en actitud de discernimiento o, como suele repetir el Papa Francisco en referencia a la Iglesia, nuestras instituciones y programas educativos deben estar en salida... en búsqueda... en discernimiento continuo para “buscar y hallar” lo que más conviene en cada momento, lugar para ayudar a crecer a personas concretas. No creamos escuelas fortaleza para levantar muros y no dejar pasar al otro y su realidad.


2. Invitación a ser compañeros en la misión de justicia y reconciliación

11. Sentados, como estamos, en los mismos bancos de nuestra identidad de antiguos alumnos, aprovecho para reiterar la invitación a unirse con pasión, creatividad, energía e identidad propia a la misión de reconciliación y justicia que la Iglesia le ha confiado a la Compañía de Jesús hoy.

12. ¿En qué consiste esta invitación? Volvamos a Ignacio, aquel hombre que con sus búsquedas interiores desatadas por la bala de cañón en Pamplona nos ha mostrado el camino de lo que verdaderamente significa ser una persona para los demás; una persona que como bien lo indicó el P. Peter-Hans Kolvenbach es también una persona con los demás resaltando algo que el P. Arrupe tanto insistía: no podemos ser más sin los demás. La vida del ser humano solitario, individualista, tantas veces idealizada en nuestras culturas actuales, es una vida despojada del color y la profundidad que nos regala la vida-con-otros, en comunidad. El encuentro personal con Jesús, lleva a relacionarse con otros como hermanos y hermanas, a constituir la comunidad, al interior de la cual aprendemos a afrontar las diferencias, reconocer los dones y problemas, resolver los conflictos a través del diálogo, la justicia y la reconciliación.

13. La experiencia de la pandemia del Covid-19 y los repetidos fracasos por superar la violencia, la guerra, como medio de resolución de conflictos, por encontrar el camino para detener el deterioro del medio ambiente… podemos vivirla como oportunidad de cambiar actitudes, métodos de toma de decisiones colectivas y estructuras sociales para asegurar el Bien Común. Sabemos bien que tanto Ignacio como Arrupe descubrieron que la verdadera persona para los demás se revelaba plenamente en Jesús, el hombre que pasó haciendo el bien, y que llegó al extremo de dar la vida por los demás para abrirnos a todos las puertas de la vida en plenitud. Durante el año ignaciano que estamos celebrando nos hemos propuesto ver todas las cosas nuevas en Cristo, pues solo así nos disponemos a aprovechar la oportunidad histórica que se nos brinda y podremos ofrecer la esperanza de avanzar hacia una humanidad reconciliada entre sí, con el medio ambiente y con Dios, uno de los temas centrales de este Congreso. Como afirma la Congregación General 36ª de la Compañía de Jesús (2016) “aunque hablamos de tres formas de reconciliación, en realidad las tres son una única acción de Dios, interrelacionada e inseparable.” (D. 1, No. 21)

14. De este modo, están mostrando su deseo de dar un paso importante en la dirección marcada por los Padres Arrupe y Kolvenbach, en la expresión de personas para y con los demás. Es el modo concreto de reconocer como el don recibido a través de la educación de la Compañía de Jesús es para ser compartido con todas las personas que desean trabajar en este proyecto de reconciliación y justicia. Para ser claros, estamos en sintonía con la inspiración que el Espíritu Santo dio a la Iglesia a través del Concilio Vaticano II, que el P. Arrupe convirtió en proyecto para la Compañía de Jesús que se ha ido profundizando, adaptando y renovando para responder a los continuos desafíos del cambio de época que vive la humanidad. La espiritualidad ignaciana nos llama siempre a este discernimiento continuo que arranca con el reconocimiento de nuestro contexto, de sus desafíos y posibilidades.

15. Ustedes han indicado en su convocatoria algunos elementos importantes de los desafíos que afrontamos como humanidad hoy: las migraciones, la crisis ecológica, el desafío de la tecnología, el papel de la mujer. Nuestra reciente congregación general también reconoció nuestro desafiante contexto:
“Por una parte contemplamos la vibración de la juventud que busca una vida mejor, el gozo de muchos ante la belleza de la creación y las múltiples formas en las que muchos ponen sus propias cualidades al servicio de los demás. Sin embargo, también vemos que nuestro mundo enfrenta hoy múltiples carencias y desafíos. En nuestras mentes permanecen las imágenes de poblaciones humilladas, golpeadas por la violencia, excluidas de la sociedad y marginadas. La tierra soporta el peso del daño que le hemos causado los seres humanos. Nuestra misma esperanza está bajo amenaza y su lugar han venido a ocuparlo el miedo y la rabia.” (D.1, No. 1)

16. La pandemia del COVID-19 que todavía nos afecta no ha hecho sino exacerbar las heridas del planeta y la humanidad hasta tal punto que, aunque por un lado celebramos con orgullo los increíbles progresos tecnológicos, que incluso han posibilitado el desarrollo de vacunas en un tiempo récord, por el otro lado encontramos una humanidad agotada, sin horizonte, carente de verdadera esperanza y alegría. Es en verdad una humanidad herida que a pesar de sus progresos parece no encontrar el rumbo. La profunda crisis ecológica que vivimos, con el cambio climático que conlleva y los enormes desafíos, contribuyen a este sentido de desesperanza. El Papa Francisco ha hecho un análisis profético en su encíclica Laudato Si’ y nos ha recordado que la crisis ecológica y social no se deben separar sino entender como “una sola y compleja crisis socioambiental. Las líneas para la solución requieren una aproximación integral para combatir la pobreza, para devolver la dignidad a los excluidos y simultáneamente para cuidar la naturaleza.” (No.139)

17. Hoy pues el compromiso por la justicia adquiere también un tono ambiental que antes no tenía. La madre tierra, como lo afirma el Papa Francisco, “clama por el daño que le provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella. Hemos crecido pensando que éramos sus propietarios y dominadores, autorizados a expoliarla. La violencia que hay en el corazón humano, herido por el pecado, también se manifiesta en los síntomas de enfermedad que advertimos en el suelo, en el agua, en el aire y en los seres vivientes.” (LS 2)

18. Hoy pues la persona para y con los demás debe también ser una persona para y con la creación. Una persona para y con los demás es una persona que descubre en todo lo creado el rostro de Dios. El Papa Francisco tomó su nombre de aquel hombre, Francisco de Asís, que supo descubrir en el sol y la luna, en el lobo y el cordero sus hermanos y hermanas. La invitación es pues a hacernos personas para y con los demás seres humanos y todo lo creado. Así como no podemos ser más sin los demás, no podemos ser más sin una relación más armónica con la creación. Esto nos conllevará a la conversión también ecológica de la que habla el Papa Francisco, una conversión “que implica dejar brotar todas las consecuencias de su encuentro con Jesucristo en las relaciones con el mundo que los rodea. Vivir la vocación de ser protectores de la obra de Dios es parte esencial de una existencia virtuosa.” (No. 217) Pero el Papa advierte bien que esta conversión exige un esfuerzo que va más allá del esfuerzo individual. “La conversión ecológica que se requiere para crear un dinamismo de cambio duradero es también una conversión comunitaria.” (LS 219)

19. En Fratelli Tutti el pontífice explica que “cuidar el mundo que nos rodea y contiene es cuidarnos a nosotros mismos. Pero necesitamos constituirnos en un ‘nosotros’ que habita la casa común.” (FT 17) Más adelante en la misma encíclica el Papa explica que este ‘nosotros’ no se refiere a un grupo cerrado de amigos o grupos autorreferenciales sino a un nosotros en expansión que llega a abarcar a todos y que en el concierto internacional implica aceptar el destino común que todos compartimos como humanidad: “el número cada vez mayor de interdependencias y de comunicaciones que se entrecruzan en nuestro planeta hace más palpable la conciencia de que todas las naciones de la tierra [...] comparten un destino común.” (FT 96)


3. Colaboración en el corazón de la misión

20. Todo lo anterior nos lleva a una consideración importante que quiero serles sincero siento profundamente en mi corazón. La invitación que el Señor nos está haciendo para que ustedes y nosotros, es decir, la Compañía de Jesús y sus antiguos alumnos es que aprendamos a colaborar como compañeros en la misión compartida. Tengo que ser sincero, no ha sido fácil para nosotros jesuitas reconocer que el Señor nos ha estado llamando a compartir aquello que llegamos a creer,era exclusivo nuestro, nuestra misión con otros. Como es usual el Señor ha sido paciente con nosotros y nos ha ido enseñando que somos la mínima Compañía y que tenemos que aprender a trabajar con muchos otros en la misión que Dios le ha confiado a su Hijo Jesús y este a la Iglesia.

21. El proceso de aprendizaje no está siendo fácil. Al principio abrimos las puertas de nuestras obras apostólicas a otros por pura necesidad. Nos ha tomado tiempo reconocer que nuestras obras y colegios podían ser mejores si otros religiosos, religiosas y personas laicas se unían a nuestro trabajo y aportaban sus dones. Incluso llegamos a cerrar obras y colegios porque no teníamos suficientes jesuitas, a pesar de que muchos otros se mostraban dispuestos a colaborar en la misión.

Es verdad que la colaboración masiva de los laicos comenzó en muchos casos como respuesta a una crisis vocacional. En otros casos ante la magnitud de las necesidades del servicio educativo o pastoral, se comenzó trabajando en equipos más amplios. Hoy reconocemos que esta situación nos ha abierto la oportunidad de trabajar con muchas otras personas que han enriquecido nuestras obras, las han impulsado y las han hecho mejores. Por eso hoy, más allá de los números, hemos entendido que Dios nos llamaba a una cultura de la colaboración en la que cada uno aporta susdones en una expresión bellísima del cuerpo apostólico donde todos realizan una labor complementaria y mutuamente enriquecedora.

22. A estas alturas ni siquiera imaginamos instituciones educativas o trabajos apostólicos sin equipos plurales en los que convergen distintas vocaciones de servicio junto a los jesuitas. Incluso en muchos casos, somos más bien nosotros los jesuitas los que colaboramos con otros para llevar adelante las obras. La colaboración es una forma concreta de vivir la eclesialidad expresada en el Concilio Vaticano II, es decir, una Iglesia que se sabe y entiende como el Pueblo de Dios en marcha donde cada uno contribuye desde su identidad y talentos. Nadie sobra ni es prescindible. Todos somos colaboradores en la misión de Cristo. Esa es una dimensión clave de nuestra identidad.

23. La llamada a la colaboración incluye, sin duda, reconocer el inmenso potencial apostólico que se encuentra en ustedes los antiguos alumnos. ¿Qué tal si dejamos volar nuestra imaginación y consideramos las posibilidades que se abren si ustedes y nosotros decidiéramos unir mejor nuestrasfuerzas, nuestros sueños y trabajo para colaborar en la construcción de “ese cielo nuevo y esa tierra nueva” (Apocalipsis 21, 1) que nos propone la escritura?

24. ¿Qué tal si las Preferencias Apostólicas Universales orientaran el trabajo tanto de la Compañía de Jesús como de la Asociación Mundial de Antiguos Alumnos de la Compañía de Jesús (WUJA)y de cada una de las asociaciones de antiguos alumnos? ¿Qué tal si compartimos nuestra creatividad y esfuerzos para mostrar el camino hacia Dios en un mundo donde la sonrisa es esquiva, la esperanza escasa y el hambre de sentido crece? ¿Qué tal si todos, desde su propia situación y condición pudiéramos caminar junto a los pobres del mundo para promover la justicia social y el cambio de las estructuras que nos están ahogando como humanidad? ¿Qué tal si pudiéramos acompañar a los jóvenes, tanto en nuestras obras educativas, como en sus familias y en nuestro mundo en la creación de un futuro verdaderamente esperanzador donde el ser sea más importante que el tener? ¿Qué tal si nos unimos para colaborar entre nosotros y con muchos otros en el cuidado de la casa común y convirtiéramos nuestras escuelas, comunidades y hogares en modelos alternativos de una vida donde se muestre una verdadera conversión ecológica como lo pide el Papa Francisco en Laudato Si’?

25. Este sería un nuevo caminar para todos nosotros. Sería como lo expresó bien el poeta una oportunidad “para hacer camino al andar.” Así como en 1973 el P. Arrupe reconocía que no habíamos preparado nuestros alumnos para la justicia, hoy tendríamos que reconocer con la misma sinceridad y humildad que no los hemos preparado para hacernos compañeros apostólicos en la misión compartida. Pero hoy como ayer confiamos que todos nosotros hemos sido contagiados suficientemente con el virus de la ignacianidad, como lo expresaba el P. Adolfo Nicolás, S.J., para que podamos ser audaces y recorrer con generosidad el camino de la colaboración en la misión.

26. Este es el gran reto que se pone delante a ustedes y a nosotros. Tengo la impresión de que muchos de nuestros antiguos alumnos, sobre todo los más jóvenes, están sedientos y listos para una relación con la Compañía que vaya más allá de la nostalgia y el recuerdo agradecido del pasado. A nosotros, jesuitas y cuerpo apostólico de la Compañía, el Señor nos está llamando insistentemente a abrirnos a una amplia colaboración con otros, a compartir lo que somos y tenemos, aprender de otros y enriquecernos de la rica diversidad que muestra la generosidad de los dones que Dios reparte a toda la humanidad. Ustedes han bebido de la espiritualidad ignaciana y de ese magis ignaciano que nos lleva a la insatisfacción por las cosas como son cuando podrían ser mejores. ¿Cómo ponemos en práctica modos novedosos de colaborar juntos en la reconciliación de todas las cosas en Cristo?

27. Estoy seguro de que tanto el Comité Ejecutivo de WUJA como el comité organizador de este congreso quieren trabajar en esta dirección. Ustedes han expresado su deseo de trabajar más de cerca con la Compañía de Jesús como una fuerza apostólica al servicio de una misión común. ¿Qué podría surgir de bueno si una cultura de la colaboración entre los antiguos alumnos y la Compañía de Jesús multiplicara el trabajo apostólico conjunto siguiendo el estilo de Jesús inspirado a Ignacio de Loyola?

28. En verdad siento que no podemos ignorar por más tiempo está llamada tan clara e insistente.
Tengamos la audacia que adquirió Ignacio cuando eligió seguir la llamada que sintió con fuerza en estas tierras catalanas de Manresa y Monserrat, en sus ratos de oración ante la imagen de Santa María del Mar, aquí en Barcelona, donde ayer también nosotros la invocamos para pedir su protección y su guía e intercesión para obtener la gracia necesaria para el éxito de este congreso.
Vale la pena recordar que cuando Ignacio caminó, oró, discernió y eligió un nuevo estilo de vida en estas tierras era un laico que se dejó llevar por un deseo grande de dejarse transformar por el Espíritu Santo.

29. En estos últimos años ustedes, como la Compañía de Jesús, han ido caminando en esta dirección de un trabajo conjunto en colaboración generosa en la misión de Jesucristo. En su página web WUJA afirma que su fin es de construir las relaciones internacionales entre los antiguos alumnos y “de contribuir a la misión de la Compañía de Jesús y de promover la dinámica universal de la enseñanza jesuita.” El Comité Ejecutivo que ha sido elegido en esta ocasión tiene, por consiguiente, una señal clara del camino por el cual seguir avanzando. Junto a felicitarlos por suelección, agradecerles la generosidad para dar su tiempo y energía, los confirmo en ese camino a recorrer como seguimiento de las llamadas recibidas.

30. El camino de renovación será más profundo y eficiente mientras mejor se logre la incorporación de los más jóvenes, sobre todo de tantas antiguas alumnas que, con su sensibilidad femenina, sabiduría y experiencia pueden enriquecer en tantas dimensiones las asociaciones locales e internacionales. Eso es lo que está sucediendo en el trabajo educativo en nuestras instituciones desde que de la contribución de la mujer se ha incorporado en su cotidianidad. La educación bajo la inspiración de la Compañía de Jesús es hoy impensable sin el aporte cualitativo, sin la dedicación y profundidad humana y espiritual de miles de mujeres comprometidas en ella.


4. Hacia una comunidad global

31. Desde hace algunos años nuestras obras educativas, y en general todas nuestras obras, han ido aprendiendo a trabajar en red e ir superando las fronteras institucionales, locales o nacionales. Para muchas de nuestras instituciones educativas el reto no ha sido fácil. Muchos de nuestros colegios se consolidaron gracias a sus profundas raíces locales. Esas raíces locales siguen siendo una condición sin la cual no es posible imaginar el trabajo educativo que hacemos. Pero también nos ubicamos en una tradición que, desde siempre, ha tenido la perspectiva universal de la misión que se deriva del evangelio. Hoy contamos con recursos abundantes para consolidar redes regionales y globales que nos ayuden a poner en práctica lo que el Papa Francisco ha expresado tan bien en su encíclica Fratelli Tutti, el deseo profundo de reconocernos todos como miembros de una hermandad mundial: “soñemos como una única humanidad, como caminantes de la misma carne humana, como hijos de esta misma tierra que nos cobija a todos, cada uno con la riqueza de su fe o de sus convicciones, cada uno con su propia voz, todos hermanos.” (No.8)

32. La invitación que nos hizo la CG 35ª a caminar como un cuerpo universal con una misión universal avivó esta nueva conciencia de nuestra común humanidad y de nuestra mutua responsabilidad incluso por aquellos que no pertenecen a nuestros grupos o culturas de referencia.

Los colegios y universidades, inspirados por la Compañía de Jesús, han caminado rápidamente en esa dirección en los últimos años. Las universidades crearon la Asociación Internacional de Universidades de la Compañía de Jesús (IAJU, en inglés) en 2018. Los colegios han lanzado su propia red global el año pasado como culminación de un largo camino de trabajo en red global que está ayudando a nuestros colegios a caer en cuenta del inmenso potencial apostólico que se desarrolla cuando se trabaja en redes internacionales.

33. Se han venido desarrollando programas importantes que antes no teníamos: educación para la ciudadanía global, cuidado del medio ambiente, políticas para la creación de ambientes sanos y protegidos, comunidades globales como Educate Magis y muchas otras. Las posibilidades de colaboración de los antiguos alumnos en estas áreas son inmensas, pero también exige pasar de la mentalidad de mi asociación a sentirse comunidad global capaz de colaborar sin límites locales.

Quiero animarlos a continuar la experiencia de abrir las asociaciones a todos los exalumnos de un área geográfica, a la creación de nuevas estructuras en la que encuentren espacio todas las personas que han pasado por alguna de las instituciones inspiradas por la Compañía de Jesús e, incluso, aquellos que se sienten llamados a unirse como colaboradores en la misión común. Ustedes lo han claramente expresado en la convocatoria a este congreso: los antiguos alumnos deben verse como miembros de una comunidad global al servicio local, nacional e internacional.

34. El Papa Francisco ha convocado un nuevo pacto educativo global con el fin de trazar los nuevos caminos para una educación que pueda responder a los desafíos de los que hemos venido hablando.
Este nuevo pacto educativo quiere impulsar la educación de calidad como un derecho humano, una educación de calidad “para unir esfuerzos para alcanzar una alianza educativa amplia, con vistas a formas personas maduras, capaces de reconstruir el tejido relacional y crear una humanidad más fraterna.”(Discurso 7 de febrero de 2020).

35. Participar en este pacto es una posibilidad enorme para que ustedes como antiguos alumnos y nosotros como Compañía de Jesús podamos contribuir con nuestra experiencia e ideas a una educación de calidad que llegue a todos, especialmente a los más marginados del mundo. Sé que muchos de nuestros exalumnos se han entusiasmado con estas posibilidades y han ofrecido sus conocimientos, tiempo y recursos para hacerlo realidad. He visto a nuestros exalumnos colaborando con cariño y profesionalismo en los proyectos educativos de los campos de refugiadosdel Servicio Jesuita a Refugiados (JRS), en nuestras escuelas de Fe y Alegría, de Cristo Rey, de Nativity… y muchos otros proyectos que buscan hacer realidad y responder al llamado del Papa por un nuevo pacto educativo, al que también se ha unido la UNESCO con su propio llamado a un nuevo contrato social para la educación. No hay mejor forma de agradecer la calidad de la educación recibida que compartirla con otros y de trabajar para que todas las personas puedan acceder a una educación de calidad.


5. Las Preferencias Apostólicas Universales, el camino de servicio a nuestra misión de reconciliación y justicia

36. Después de un largo y fructífero discernimiento y como respuesta a una petición de nuestra última congregación general presenté al Papa Francisco, quien confirmó y aprobó cuatro preferencias apostólicas universales para el decenio 2019-2029. Las recuerdo brevemente:

A. Mostrar el camino hacia Dios mediante los Ejercicios Espirituales y el discernimiento.
B. Caminar junto a los pobres, los descartados del mundo, los vulnerados en su dignidad en una misión de reconciliación y justicia.
C. Acompañar a los jóvenes en la creación de un futuro esperanzador.
D. Colaborar en el cuidado de la Casa Común

37. Estas preferencias son orientaciones que buscan ayudarnos en el proceso de transformación personal e institucional necesarios para el servicio a la misión de reconciliación y justicia requeridas en el mundo herido en el que vivimos. Las preferencias son la manera de seguir hoy a Jesús y compartir con otros su mensaje de vida en plenitud expresado en los evangelios. Como lo indiqué en mi carta de presentación:

“No son nuestras preferencias, hemos seguido al Espíritu Santo, quien nos ha guiado e inspirado. Las recibimos confirmadas por el Papa, confiados, como Ignacio y los primeros compañeros, que es quien posee la mejor visión de las necesidades del mundo y de la Iglesia. Las preferencias apostólicas universales nos llevan a superar toda forma de auto-referencialidad o corporativismo y así convertirnos en auténticos colaboradores en la misión del Señor compartida con tantas personas dentro y fuera de la Iglesia. Son una oportunidad para sentirnos mínima Compañía colaboradora.”

38. Las preferencias, si se toman con seriedad, exigen entrar en un proceso de conversión personal, comunitaria e institucional que deben reflejarse en nuestros estilos de vida y trabajo.
En este sentido llaman por la misma conversión ecológica e integral de la que hemos venido hablando. Por ello es muy importante dedicar el tiempo y el discernimiento necesarios para evitar que las preferencias las convirtamos en meras tareas, acciones o un listado de control.

39. San Ignacio quiso pasar rápidamente de su herida en Pamplona al nuevo hombre que leía en la vida de los Santos. Sin embargo, en un proceso que fue incluso doloroso, se dio cuenta que ello no era posible al menos que dejara que Dios verdaderamente tocara su interior y purificara sus deseos.

Recordemos incluso que, en Manresa, al borde de la desesperación por no lograr lo que quería, consideró quitarse la vida. Solo cuando finalmente se dio cuenta que todo dependía de Dios y que lo que necesitaba era ponerse en sus manos en actitud de humildad y agradecimiento pudo obtener la paz interior y la fuerza para convertirse en un verdadero apóstol.

40. Las preferencias igualmente nos llaman a esta conversión espiritual que exige superar la tentación inicial de hacer sin antes verdaderamente ser... las preferencias son un llamado a encarnar en nuestras vidas y acciones una nueva mirada, una nueva actitud en la sociedad y frente a todo lo creado; pretenden desencadenar un proceso, que como en el caso de Ignacio después de Pamplona lo llevó a ver todas las cosas en Cristo y a asumir una vida guiada por valores diferentes a aquellos que lo habían orientado hasta ese momento. Valores que puedan responder a la invitación que el Papa Francisco ha hecho a toda la humanidad en Laudato Si’ como respuesta a la crisis ecológica y social de nuestro tiempo:

“Hago una invitación urgente a un nuevo diálogo sobre el modo como estamos construyendo el futuro del planeta. Necesitamos una conversación que nos una a todos, porque el desafío ambiental que vivimos, y sus raíces humanas, nos interesan y nos impactan a todos.” (LS 14)

41. Como lo afirma más adelante:

“Muchas cosas tienen que reorientar su rumbo, pero ante todo la humanidad necesita cambiar. Hace falta la conciencia de un origen común, de una pertenencia mutua y de un futuro compartido por todos. Esta conciencia básica permitiría el desarrollo de nuevas convicciones, actitudes y formas de vida. Se destaca así un gran desafío cultural, espiritual y educativo que supondrá largos procesos de regeneración” (LS 202).

42. Las preferencias son un camino espiritual abierto a todos aquellos que quieran vivir su vida en referencia a los valores evangélicos que esperamos haber compartido con ustedes en sus años de formación al compartir los rasgos de la espiritualidad que hemos heredado de Ignacio y una larga lista de compañeros por más de cinco siglos. Estas preferencias se encarnan bien en el mensaje inspirador del P. Arrupe de ser personas con y para los demás y ser verdaderamente agentes de esperanza y reconciliación en nuestro mundo donde hay tantas personas que se sienten sobrepasadas y abrumadas por las dificultades que vivimos. Las preferencias ayudan a encarnar la cura mundi, el cuidado por todo lo creado, que es una extensión de la verdadera cura personalis que es una característica central de nuestra educación.

43. En el proceso de apropiación y puesta en práctica de las preferencias apostólicas universales he invitado a los jesuitas y a nuestros compañeros/as en la misión a emprender este proceso de renovación bebiendo de las fuentes espirituales que Ignacio encontró en su vida y que siguen siendo medios extraordinarios para lograr una transformación verdadera del mundo y de nuestra vida. En primer lugar, tenemos los Ejercicios Espirituales. Muchos de ustedes tuvieron la oportunidad de un primer contacto con ellos durante sus años escolares. Los invito a que a través de las asociaciones los puedan seguir ofreciendo en la inmensa riqueza de modalidades que se han ido creando en las últimas décadas. No hay herramienta más poderosa en la espiritualidad ignaciana que los ejercicios espirituales. A través de los años muchas personas han experimentado la transformación que brindan y que convierten el discernimiento de espíritus en el modo habitual de tomar decisiones personales y en común.

44. Desde hace algunos años la gran mayoría de los colegios vienen ofreciendo a los alumnos la oportunidad del examen de conciencia para detener el loco ritmo de hacer cosas y reconocer el paso de Dios en sus vidas. En años recientes también hemos redescubierto el poder de las conversaciones espirituales, la oración y por supuesto el discernimiento del que San Ignacio fue un discípulo, maestro y promotor destacado. Como el Papa Francisco lo expresaba en su carta de aprobación y confirmación de las preferencias sin la actitud orante propia “lo otro no funciona.”

En Manresa finalmente San Ignacio descubrió que el camino de conversión que estaba experimentando era finalmente un llamado a ser y no al simple hacer... Sí, es verdad que Ignacio se convertirá en el discípulo de la acción apostólica de manera hasta ese momento inédita en la vida religiosa, pero ese hacer era consecuencia de un nuevo ser y no de un voluntarismo heroico o un activismo desorientado.


6. En contexto de Gratitud

45. El P. Adolfo Nicolás compartió con ustedes durante el VIII Congreso de antiguos alumnos en Medellín, Colombia, (2013) una bella reflexión sobre la responsabilidad social y lo que significa ser creyente hoy. En su alocución enfatizó la gratitud como la fuente última de la responsabilidad social para el creyente. Afirmó:

“La tradición ignaciana, por su parte, ha querido situar al ser humano no en la órbita de la responsabilidad sino en la del agradecimiento... solo quien ha tenido un ‘conocimiento interno de tanto bien recibido’, y un reconocimiento pleno de ellos, puede sentir el anhelo de orientar su vida de modo que pueda ‘en todo amar y servir (Ej, 233).”

46. Quiero reafirmar esta convicción ignaciana que es el agradecimiento el motor último de nuestras acciones. Las preferencias apostólicas universales son un reconocimiento al amor de Dios y su cuidado por todos nosotros, la creación, especialmente los jóvenes y los descartados del mundo. Es en continuidad con esta convicción ignaciana que hoy he querido invitarlos a que podamos caminar juntos como verdaderos compañeros en la misión de reconciliación y justicia con los demás, con la creación y con Dios. Sólo cuando reconocemos que Dios nos ha amado primero y que nos ha bendecido con todo tipo de bienes es que podemos convertirnos en verdaderos agentes de reconciliación y justicia en nuestro mundo herido.

47. El Papa Francisco en Laudato Si’ también afirmaba el importante papel de la gratitud en la conversión ecológica de la que hemos hablado antes, pues solo “un reconocimiento del mundo como un don recibido del amor del Padre […] provoca como consecuencias actitudes gratuitas de renuncia y gestos generosos.” (LS 220)

48. Quiero terminar invocando a Nuestra Señora para que como pedía Ignacio nos ponga con su Hijo. Ignacio dejó en Monserrat a los pies de la Virgen, la Moreneta, su espada y con ella su antigua condición de caballero voluntarioso que quería conquistar el mundo con las armas y el corazón de las mujeres con sus proezas. Allí asumió el traje de un mendigo y se encaminó a Manresa donde el Señor le acompañaría con paciencia y amor en un proceso profundo de transformación interior que nos sigue hoy iluminando para que podamos ver todas las cosas nuevas en Cristo.

49. ¡Nuestra Señora de Monserrat acompáñanos en el camino, recíbenos como colaboradores de la misión de esperanza que tu Hijo Jesús realiza en el mundo!

Fundación de la Compañía de Jesús - 27 de Setiembre de 1540

Aprobación pontificia, primero verbal en 1539, y después con bula en 1540.

Terminadas las deliberaciones, redactó San Ignacio en cinco capítulos una suma ó compendio de nuestro Instituto, para que, presentado al Papa, fuese confirmado con toda solemnidad y establecida de este modo con autoridad apostólica la Compañía. Entregóse el escrito al maestro del sacro palacio Fr. Tomás Badía,y habido dictamen favorable de este padre, se trató de presentar el plan a Su Santidad. Encargóse de esta diligencia el Cardenal Gaspar Contarini. El 3 de Setiembre de 1539 leyó los cinco capítulos Paulo III, en el cual hicieron gratísima impresión. Concedió desde luego su aprobación verbal, y el mismo día la transmitía Contarini á Ignacio en la siguiente carta:

Reverendo D. Ignacio: Ayer recibí por medio de vuestro español M. Antonio el escrito de los capítulos junto con una cédula del R. Maestro del sacro palacio. Hoy he estado con el papa, y además de hacerle la petición de palabra, he leído á Su Santidad todos los cinco capítulos, los cuales satisfacen mucho á Su Beatitud, quien benignamente los ha aprobado y confirmado. El viernes volveremos á Roma con Su Beatitud., y se dará orden con el Reverendísimo Ghinucci para hacer el breve ó la bula. Me encomiendo en vuestras oraciones. Saludad á vuestro M. Lactancio. Bene vale in Domino, De Tívoli á 3 de Setiembre 1539. Vestri amantissimus, G. Card. Contarenus» (1)

(1) «Reverendo Don Ignazio: Ieri per M. Antonio rostro hispano ho ricevoto l'estenzione dei capitoli insieme con una schedula del R. Maestro del Sacro Palazzo. Oggi sonó stato con N. Signore, e. oltra la petizione a bocca, o letto a Sua Santitá tutti i cinque capitoli, i quali molto satisfanno a Sua Beatitudine, é benignissimamente gli a approvati e confermati. Venerdi verremo a Roma con Sua Beatitudine, e si dará ordine col Revereadissimo Guinucci di fare il Breve, ovvero Bolla. Raccomandandomi alle vostre orazioni. Salutate M. Lattanzio nostro. Bene vale in Domino.

Di Tivoli, 3 di Settembre 1539. Vestri amantissimus. G. Car. Contarenus»

Publicada en Cartas de San Ignacio, t. i, p. 433.

Este maestro Antonio que aquí se nombra era, sin duda, el P. Antonio Araoz, joven, todavía no sacerdote, que había entrado en la Compañía algunos meses antes.

Á pesar de tan buena acogida, dilatóse todavía un año la confirmación de la Compañía. Para extender la Bula encargó el Sumo Pontífice, como era natural, el examen del asunto á una comisión de cardenales y prelados, y ésta se declaró al principio contra la institución de una orden nueva. La oposición partía del Cardenal Bartolomé Guidiccioni, el más ilustre miembro de la junta, á cuyo parecer se rendían los demás. Este insigne purpurado, deseoso de poner algún remedio á la relajación lastimosa en que habían caído muchas órdenes, había propuesto el año anterior la supresión de algunas y la reducción de muchas á unas pocas principales. Pues como ahora oyó decir que se trataba de fundar religión nueva, se enojó tanto, que durante algunos meses no quiso ni leer el proyecto. Imposible parecía vencer tan obstinada contradicción; mas para las oraciones de Ignacio no había imposibles. No cesaba un punto de encomendar á Dios el negocio, pedía oraciones á todos los de la Compañía, y prometió á Dios tres mil misas en acción de gracias si se obtenía feliz despacho (1). Y, en efecto, se obtuvo. No se sabe cómo, al cabo de algunos meses mudóse el corazón del Cardenal Guidiccioni, y la comisión aprobó plenamente lo que al principio había rechazado. Extendióse la bula Eegimini mititantis Ecclesiae, en la cual se incluyó la siguiente fórmula ó sumario de nuestro Instituto:

«Cualquiera que en esta Compañía, que deseamos se distinga con  el nombre de Jesús (2), quiere ser soldado de Dios bajo la bandera de la cruz, y servir al Señor y al Romano Pontífice, su Vicario en la tierra, después de hacer el voto solemne de perpetua castidad, persuádase que es miembro de una Compañía instituida principalmente para aprovechar á las almas en la vida y doctrina cristiana, para propagar la fe por medio de la pública predicación y explicación de la palabra divina, para dar los Ejercicios espirituales, ejercitarlas obras de caridad, y singularmente para instruir á los niños y á los rudos en la doctrina, y para buscar, en fin, la consolación espiritual de los fieles, oyendo sus confesiones. Procuren, pues, todos tener siempre ante los ojos primero á Dios, y después la condición de este Instituto, que es camino para llegar á él, y esfuércense todo lo posible para conseguir este fin propuesto por Dios, procurando, sin embargo, obrar cada uno según la gracia que el Espíritu Santo le comunicare y según el grado propio de su vocación, porque no se deje arrastrar de un celo bueno pero inconsiderado. En manos del Prepósito ó prelado que nosotros eligiéremos, estará el señalar á cada uno su grado, y el distribuir los oficios que debe ejercitar, para que se guarde el concierto necesario en toda comunidad bien ordenada. Este Prepósito tendrá autoridad de escribir constituciones conducentes para la consecución del fin que nos hemos propuesto, sirviéndose para ello del consejo de sus compañeros, y decidiéndose cada cosa á pluralidad de votos. Entiéndase que este consejo lo han de formar en las cosas más graves y perpetuas la mayor parte de toda la Compañía, que el Prepósito podrá cómodamente convocar, y en las menores y transitorias, todos aquellos Padres que se hallaren presentes en el sitio donde residiere el Prepósito general. La potestad de mandar estará toda en manos del Prepósito. 

(1) El P. Ribadeneira afirmó en los procesos para la beatificación de Ignacio, que él tuvo el cargo, por comisión del santo patriarca, de llevar la cuenta de las misas que se iban diciendo en los meses siguientes por esta intención, hasta cumplir el número prometido. Acta beatif., art. 16.

(2) Quicumque in Societate nostra, quam Jesu nomine insigniri cupimus , etc.

Vide Jnstitutum S. 1., t. i, p. 4.

»Sepan todos los de la Compañía que, no sólo cuando hacen profesión, sino siempre mientras vivan, deben recordar que toda esta Compañía y cada uno de sus hijos son soldados de Dios, que militan bajo la fiel obediencia de nuestro Santísimo Señor el Papa y de los demás romanos Pontífices, sus sucesores. Y aunque el Evangelio nos enseña, y por la fe ortodoxa sabemos y firmemente creemos, que todos los fieles cristianos son súbditos del Romano Pontífice, por ser éste cabeza de ellos y Vicario de Jesucristo, sin embargo, para mayor humildad de nuestra Compañía, para más perfecta mortificación de cada uno y abnegación de nuestras voluntades, juzgamos muy conducente obligarnos á esto con voto particular, fuera de la obligación común de todos los cristianos; de suerte que sin tergiversaciones y excusas, y con toda la prontitud posible, debamos cumplir todo cuanto el actual Romano Pontífice y sus futuros sucesores nos mandaren para bien de las almas y propagación de la fe en cualesquiera provincias adonde nos quisieren enviar, ya nos manden á los turcos, ya á las tierras de cualesquiera otros infieles, ya á las partes que llaman Indias, ya á los países de herejes, cismáticos ó de fieles cristianos. Por lo cual, los que se han de agregar á nosotros, antes de tomar sobre sus hombros esta carga, consideren detenidamente si tienen tantos bienes espirituales que puedan terminar la fábrica de esta torre según el consejo del Señor; es decir, si el Espíritu Santo que los mueve les promete tanta gracia, que esperen con ella sobrellevar el peso de esta vocación; y después que, movidos de Dios, hayan dado su nombre á esta milicia de Jesucristo, deberán estar ceñidos y dispuestos día y noche para cumplir tan insigne promesa.

»Mas para que entre nosotros nadie ambicione ni rehuse estas misiones ó provincias, prometa cada uno que nunca negociará, ni directa ni indirectamente, con el Romano Pontífice el ser enviado á esta ó á la otra región, sino que dejará todo este cuidado á Dios y al mismo Pontífice, Vicario suyo, y al Prepósito de la Compañía, el cual Prepósito prometa, como los demás, que tampoco negociará con el dicho Pontífice que se le envíe á él á alguna parte, si no es con el consejo de la Compañía. Todos hagan voto de obedecer al Prepósito de la Compañía en todas las cosas que pertenecen á la observación de esta regla, y él mandará lo que juzgue conveniente para conseguir el fin que Dios y la Compañía le han prescrito. En su gobierno se acordará siempre de la benignidad, mansedumbre y caridad de Cristo, y de la norma que dan San Pedro y San Pablo, á la cual atenderán continuamente, así él como sus consejeros. Tengan por muy especialmente encomendada la instrucción de los niños y de la gente ruda en la doctrina cristiana, la enseñanza de los diez mandamientos y de los otros principios de la fe que, según las circunstancias de personas, lugares y tiempos, les pareciere oportuno enseñar. Muy necesario es que el Prepósito y sus consejeros cuiden con especial vigilancia de este ministerio, pues en los prójimos no puede levantarse el edificio de la fe sin este fundamento, y hay peligro de que los Nuestros, cuanto fueren más doctos, rehusen más este trabajo, como menos brillante á primera vista, siendo así que ninguno hay tan útil, ya para edificar á los prójimos, ya para ejercitar los Nuestros las virtudes de la caridad y humildad. Por su parte los súbditos, ya por el bien general de la Orden, ya por el asiduo ejercicio, nunca bastantemente alabado, de la humildad, sean obligados á obedecer siempre al Prepósito en todo lo que pertenece al Instituto de la Compañía, y reconozcan y veneren en él, como conviene, á la persona de Cristo, cual si estuviera presente.

«Habiendo experimentado que la vida religiosa es tanto más agradable, pura y edificante, cuanto más se aparta de todo contagio de avaricia y más se conforma con la pobreza evangélica, y sabiendo, por otro lado, que Nuestro Señor Jesucristo suministrará á sus siervos que sólo buscan el reino celestial, lo necesario para el sustento y vestido, prometan todos y cada uno perpetua pobreza, entendiendo que, no sólo en particular, pero ni en común, podrán recibir bienes estables, ó rentas, ó entradas ó derechos civiles para el sustento y uso de la Compañía. Todos se contentarán con recibir solamente el uso de lo que se les da para tener lo necesario á la vida. Esto no obstante, pueden tener en las universidades, colegio ó colegios que posean, rentas, censos ó posesiones aplicadas á las necesidades y uso de los estudiantes. Conservará el Prepósito y la Compañía el absoluto gobierno y superintendencia sobre dichos colegios y estudiantes, en lo que toca á la elección de superiores y de estudiantes, á la admisión, dimisión, recepción ó exclusión de los mismos, á la ordenación de estatutos para la instrucción, erudición, edificación y corrección de los mismos estudiantes, para el modo de distribuirles el sustento y vestido, y para todo lo que pertenece al cuidado, dirección y gobierno de los mismos; y esto en tal forma, que ni los mismos estudiantes abusen de esos bienes, ni pueda la Compañía aplicarlos á su propio aso, sino consagrarlos á socorrer las necesidades de los estudiantes.

»Éstos, después de manifestarse aprovechados en espíritu y letras, y después de pasar por las suficientes pruebas, podrán ser admitidos á nuestra Compañía. Todos los Nuestros ordenados in sacris, aunque no posean beneficios ó rentas eclesiásticas, estén obligados á decir el Oficio divino, según el rito eclesiástico, en particular y no en común.

»Estas son las cosas que, con el beneplácito de nuestro Señor el Pontífice Paulo y de la Sede Apostólica, hemos podido explicar acerca de nuestra profesión y modo de vivir. Lo cual hemos hecho para informar sumariamente, ya á los que nos preguntan sobre nuestro género de vida, ya á nuestros venideros, si Dios nos concede que tengamos alguna vez imitadores de nuestra vida. Como hemos experimentado que ésta tiene anejas muchas y graves dificultades, hemos creído oportuno determinar que nadie sea recibido en esta Compañía, sino después de haber sido muy bien probado y por largo tiempo. Cuando se hubiere mostrado prudente en Cristo é insigne en la doctrina y en la pureza de la vida cristiana, entonces sea admitido en esta milicia de Cristo, el cual se digne favorecer nuestros pobres principios para gloria de Dios Padre, á quien sólo se debe la honra y gloria por los siglos de los siglos. Amén.»

Después de copiar esta fórmula, añade Paulo III que, no hallándose en ella nada que no sea piadoso y santo (nil quod pium non sit ac sanctum), aprueba, confirma, bendice y para siempre corrobora todo lo dicho, y toma la Compañía bajo la protección de la Sede Apostólica. Esta bula se firmó el 27 de Setiembre de 1540. Ya estaba fundada la Compañía de Jesús.

Fuente: Historia de la Compañía de Jesús Tomo I – Año 1912.

Nota: se ha copiado el texto tal cual se encuentra en el libro.

Liderazgo Ignaciano

Conferencia realizada por el P. Adolfo Nicolás SJ, en mayo de 2013, en el Encuentro con Superiores y Directores de obras de la Provincia de Castilla, España. Habla del liderazgo espiritual, el liderazgo heroico y el liderazgo basado en el discernimiento espiritual, para finalizar con un resumen de las condiciones para ser líder, desde su experiencia.

CONFERENCIA DEL PADRE NICOLÁS SOBRE EL LIDERAZGO IGNACIANO.
Valladolid, 6 de mayo de 2013.
Encuentro con superiores y directores de obra de la provincia de Castilla.

La verdad es que me acerco a este tema del liderazgo con un poco de miedo, por razones obvias. Primero, porque no soy experto. Seguro que ustedes conocen muchas más teorías y posiciones mejores que las que voy a presentar yo. Segundo, porque recuerdo el dicho de “médico, cúrate a ti mismo”. De todo lo que digo aquí prohíbo preguntas del tipo “¿Todo eso lo ha hecho usted?” Todo eso está prohibido porque el médico cúrate a ti mismo no funciona. Y tercero, porque el riesgo de hablar en público y seguir sobre la silla es que puedas salir mentiroso. De manera que lo que voy a intentar es simplemente hacer algunas reflexiones juntos. Ustedes también piensan a medida que yo voy hablando y entre todos ayudamos a un liderazgo suficiente.

Como puntos de reflexión partiré de qué es un liderazgo espiritual. Luego haré una pequeña referencia, a mi manera, al libro de Lowney sobre el liderazgo heroico, sobre el liderazgo de la Compañía de Jesús; el título es un poco glorioso, pero ustedes lo comprenden perfectamente. Y luego algunas reflexiones sobre cómo se hace el liderazgo cuando la base de nuestras decisiones es el discernimiento espiritual. Creo que eso toca a todas nuestras comunidades e instituciones. Qué tipo de liderazgo podemos desarrollar.


I. Sobre el liderazgo espiritual.

Sobre el liderazgo espiritual diría tres referencias que desarrollaré más adelante en las reflexiones sobre el discernimiento.

Primero, todo líder en un contexto apostólico o evangélico tiene que reforzar y animar a los participantes y comunidades a los valores y actitudes que consideramos evangélicas. Hay una primera función de reforzar y animar actitudes y valores.

Segundo, hay una consideración básica, que es entender la autoridad como servicio. La renuncia de Benedicto XVI al papado ha sido, se dice en Roma, la última gran lección del gran maestro Ratzinger, enseñando cómo el Papa está al servicio de la Iglesia, y no al revés. El Papa no es la figura última, la figura última es Cristo, y cuando el servicio a la Iglesia ya no se puede hacer bien uno se retira porque la Iglesia es mucho más importante que el Papa. Eso ha sido una lección que queda como remanente básico de toda nuestra concepción de la autoridad, que es siempre una forma de servir y no más.

Y tercero, dentro del contexto de San Ignacio la función principal del líder, y aquí me refiero sobre todo a las comunidades, sería ayudar a la comunidad a crecer en Cristo. En la concepción ignaciana del servicio hay siempre un factor muy importante de crecimiento que lleva a la transformación. Si no hay transformación eso quiere decir que el proceso ha fracasado. El objetivo último es la transformación de la persona, y eventualmente, a través de las personas, de la sociedad. Pero eso se produce a través de un proceso de crecimiento. No hay transformaciones instantáneas, aunque a veces nos atraiga la imagen del cambio instantáneo. A veces nos creemos que San Pablo cayó de un caballo que no existía, y es que en los Hechos de los Apóstoles no hay caballo.

Los Hechos nos dicen que se fue tres años a Arabia y luego volvió a Jerusalén para confrontar si lo que él entendía estaba en línea con los apóstoles, etc. Es un proceso largo y a la luz de sus cartas vemos cómo también San Pablo se va haciendo, se va forjando…


II. El liderazgo heroico.

Voy a hacer ahora una referencia a un libro al que se ha dado mucho eco, porque nos ha halagado al hablar de liderazgo jesuítico como liderazgo heroico 1. El título ya nos ha caído muy bien, sobre todo a los jesuitas. Yo voy a tomar selectivamente los puntos que creo que son más importantes.

El primero coincide con todo lo que he leído sobre liderazgo. Como saben este es un terreno en el que la literatura ha producido muchísimo. En lo que todos coinciden, también Lowney, es en que hace falta un sentido de finalidad para un buen liderazgo; hace falta una visión. Sin visión no hay líder. Yo puedo decir que en mis visitas a la Compañía, cuando encuentro una provincia en desorden –y las hay siempre hay una falta de visión en el liderazgo. Las dos cosas van juntas: Faltan visión, objetivos, dirección y la provincia empieza a bandear; y entonces surgen líderes personalizados autodefinidos como líderes, o empiezan a tomarse decisiones que a la larga la provincia no va a poder mantener. En la famosa frase latina atribuida a San Ignacio, en términos de la SJ esta visión tiene que ser mundial, global y estar de acuerdo con el evangelio. La frase es “Non coerceri maximo”2 ; no hay nada, por grande que sea, que pueda limitar la imaginación apostólica de un jesuita, particularmente de un superior. Se ve en el atrevimiento con que algunos grandes misioneros de nuestra historia se han enfrentado a todo un continente –en tiempos en que no había ni aviones, ni Internet, ni nada- y han sido capaces de crear todo un estilo misionero muy audaz e imaginativo; han sido personas que realmente han pensado siempre más allá de la propia y limitada capacidad. Personas que incluso con muy mala salud han sabido llevar una gestión creativa, y moverse a lo largo de todo un continente. Como Anchieta, entrando a lomo de luma por Brasil y llegando hasta el Perú y Bolivia. Cosas que en su tiempo se realizaron por gente que tenía ideales y visión.

El segundo punto de un buen liderazgo apostólico es la gran adaptabilidad en medio de un cambio increíble. Hoy nos quejamos de que la sociedad está cambiando y pasamos por toda clase de crisis: cultural, religiosa, económica… Pero esto no es nuevo. Ha pasado siempre, y los tiempos más creativos del apostolado de la SJ han sido tiempos de crisis. La crisis es muy buena cuando produce la creatividad para sobrevivir y para seguir ofreciendo un servicio de calidad. Quizás parte de esta capacidad de adaptación a situaciones que están cambiando es la conciencia, mantenida fuertemente en las obras, de la presencia activa de Dios en todas las cosas.

Una persona que cree que Dios actúa en todo no tiene miedo. Recuerdo mi última actuación pública en Japón fue moderar una discusión entre un misionero francés, y un franciscano japonés. Y el tema era cómo leer la parábola del sembrador. El misionero habló del sembrador como el misionero que va y esparce la palabra de Dios. El franciscano dijo: el sembrador es Dios que ha estado sembrando en los corazones de la gente, y el misionero viene a recoger, viene a la cosecha. Por eso, cuando predica y esa predicación toca el corazón de la gente, la gente responde. Pero eso es cosecha porque Dios ha estado trabajando el corazón de la gente siglos y siglos.

Creo que todo el mundo ha mirado con admiración cómo el pueblo japonés ha reaccionado al terremoto y el tsunami de hace dos años. Esta reacción no es espontánea. Es cultivada. Dios ha estado trabajando en los corazones de toda esta gente. Llega un momento de crisis, y reaccionan con una dignidad, con una profundidad, un despego y una capacidad de preocuparse por los demás, compasión y ayuda a los otros que no hemos sido capaces de ver en ningún país cristiano. Los americanos en casa, en Roma, cuando veían la televisión, decían: “imposible que pase”. Si hay un apagón lo normal en seguida en muchos lugares es el saqueo de tiendas. En cambio, los japoneses están en el supermercado. Empieza el terremoto. Se van las luces. Colocan todo y salen en fila. Eso, ¿dónde lo hemos visto? Ahí Dios está trabajando, usando la cultura, las religiones o lo que sea. Ahí está claro que hay un tesoro de humanidad y una profundidad de compasión increíble. Creo que esto ha ayudado a los jesuitas en su trabajo misionero anterior. La inculturación ha salido precisamente como la aceptación de la cultura en un sitio donde Dios trabaja, la humanidad crece y se acepta positivamente el diálogo con otras religiones, en el que algunos jesuitas han sido pioneros. Eso indica que hay ahí una fe y confianza en que Dios va por delante y, por tanto, no estamos nosotros descubriendo lo que no hay, sino que estamos siguiendo a Dios que trabaja en los corazones de los demás.

Otro elemento de este libro es el Magis. Que ha dado a muchos jesuitas la capacidad de enfrentarse sin miedo a situaciones que desbordaban claramente la capacidad personal o grupal. Ayer me contaron que durante la guerra de Corea hicieron un experimento: tomaron a prisioneros de guerra, los pusieron en un campo y sistemáticamente les daban cada día malas noticias, la muerte de un pariente, un bombardeo, una batalla perdida, una enfermedad… todo malas noticias. Terminó la guerra y les dijeron que había terminado. Los prisioneros entonces se dieron cuenta de que no había vallas, ni verjas, ni perros, ni guardas, ni alambradas en el campo donde estaban. Y ni uno solo se había escapado. El miedo les había frenado la imaginación y las posibilidades de escapar. Ese es el efecto del miedo. Y ninguno de ellos quería, al final de la guerra, volver a casa. Estaban congelados. El magis es posible solamente si no hay miedo, y por eso es parte de un liderazgo en el que, donde podría haber miedo, haya confianza. Confianza en que a pesar de todo podemos salir adelante, emprender un trabajo difícil, hablar con el ateísmo, o hablar –ahora- de las fronteras, una imagen que ha resonado muy bien en toda la Compañía de Jesús. Porque la frontera habla precisamente de superar el miedo. De ir a los sitios más difíciles, algo que solo es posible si no hay miedo. Y esto da luz también a ver por qué en el Nuevo Testamento, cuando Jesús aparece –sobre todo en los relatos de la resurrección, el mensaje fundamental es “No tengáis miedo”.

Otro elemento en el liderazgo de la Compañía, que es un momento fuerte y lo estamos viendo ya en el nuevo Papa Francisco, es ver cómo la espiritualidad ignaciana nos afecta. ¿Qué pasa cuando un papa está formado en la espiritualidad ignaciana? El papa ha sido maestro de novicios, provincial, ha tenido todos los elementos para entrar profundamente en la espiritualidad ignaciana, y estamos todos expectantes para ver las señales ignacianas. Y las vemos, de libertad interior, de no estar apegado a nada. El jueves santo, hablando a los sacerdotes, les decía dos cosas: una, que el pastor ha de oler como las ovejas, animando a pastores y obispos a estar con la gente.

Es una imagen muy potente. Pero la otra cosa que les dijo es: preparen ustedes muy bien la liturgia, que se haga con dignidad, pero por favor, no estén apegados a los trapos. Y usó la palabra trapos3  . Algo inaudito en un papa hablando de vestimentas litúrgicas. Pero eso es ignaciano, también: no estar apegado a nada. Servir, y hacerlo bien, pero sin apegos. Eso es ignaciano. Esta libertad de uno mismo. Estar totalmente libre del propio ego. En la espiritualidad ignaciana se espera una libertad total del ego.

Parte de la dinámica de los ejercicios y la espiritualidad ignaciana es libertad interior.

Una llibertad interior que nos permite elegir, buscar siempre y acercarnos a la voluntad de Dios. Nunca la tendremos de nuestra mano, por eso podremos cambiar de opinión… Podremos decir, entre lo que hemos visto esto es lo que nos acerca a la voluntad de Dios, sin afirmar que lo es del todo. Pero lo que sí hay es libertad para seguir buscando.

Hace cinco años, en la CGXXXV se habló de que en estas decisiones nuestras en las que buscamos el desprendimiento del yo. En la preparación de la Congregación se habló de que en la Compañía de Jesús no hay crisis de obediencia, pero sí hay crisis de liderazgo. El jesuita protestará mucho, pero al final obedece. Al final, no exageremos…

Pero sí hay crisis de liderazgo, y esa crisis de liderazgo puede venir, precisamente, de estos apegos que en el fondo son un agarrarse al propio yo, que es muy difícil de apagar. Un buen líder debe ser sumamente libre, capaz de cambiar de opinión, porque está tranquilo sabiendo que lo que buscamos todos es la voluntad de Dios, no la voluntad del superior. Esto es sumamente importante, y si es lo que buscamos, entonces la opinión de todos es importante, y el escuchar, consultar y eventualmente llegar a una decisión mejor es parte del sistema de obediencia.

Otro elemento importante para un buen liderazgo es desarrollar hábitos de reflexión. El superior que está super ocupado y no tiene tiempo ni para sentarse a respirar será un mal superior. Si no tiene hábitos de reflexión para darle vueltas a las cosas y para ayudar a su comunidad, cuando vayan a consultarle, encontrará gran dificultad.

En un seminario que tuvimos en Filipinas, el P.Jim Moran, filipino, presentó La ventana de Johari en el ejército. Las dos variables eran inteligencia y trabajo. Y él decía: Ni es inteligente ni trabaja, el soldado. No es inteligente, pero trabaja, el sargento. Es inteligente y trabaja, el capitán, que trabaja mucho. Esos son los que llevan el ejército. Y es inteligente, pero no trabaja, el general. ¿Y por qué no trabaja? Porque necesita tiempo para pensar, reflexionar, tener estrategias y un plan de batalla. Si al general –al general del ejército, ojo- se le quita la capacidad de reflexión, entonces el ejército va abocado a la derrota. Eso me ayudó mucho –en aquel tiempo yo era provincial- a buscar hábitos de reflexión.

No hay que tener miedo a ser un líder con valor. Hace poco vi en Internet una definición de valor. Decía: El valor es el miedo pasado por la oración. En inglés: “Courage is fear that has done its prayers”4es más gráfico.

Otro elemento, y ya termino, es importante para un buen liderazgo distinguir entre el objetivo y los medios, no confundirse, no perderse en los medios. Sobre los medios podemos tener distintas opiniones, pero lo importante es tener claros los objetivos, y no cualquier medio sirve. El saber distinguir fines y medios es muy importante para no perder tiempo en discusiones absurdas.

Y luego, un elemento que no está en el libro, pero es importante: un buen liderazgo tiene que estar siempre abierto a una evaluación y medición continua. ¿Por qué no está en el libro? Porque el autor era muy amable y quiso poner solo las cosas buenas de los jesuitas. Vino a Manila cuando yo estaba en Manila y dio una conferencia y habló de los factores que considera parte del liderazgo heroico de la Compañía y no dijo nada negativo. Entonces un jesuita filipino levantó la mano en el tiempo de las preguntas y le dijo: “No ha dicho usted nada negativo. ¿Es que no hay nada negativo en nuestro liderazgo?” Él empezó a patinar, divagar, y se escapó; pero el filipino volvió y le dijo: “No ha respondido a mi pregunta. ¿No hay nada que podamos aprender del liderazgo?” Entonces, él contestó: “bueno ya que insiste, hay dos cosas.

Una es que los jesuitas, como todo clérigo, se resisten a la evaluación”. Es un poco como Charlie Brown en las caricaturas5. Hay una que me gusta mucho en que está él jugando al baseball, está lloviendo y están perdiendo, como siempre, y Charlie Brown dice: “¿Cómo es posible que perdamos cuando tenemos tanta buena voluntad?”

El clérigo tiende a confundir su esfuerzo con el resultado. Y cuando se habla de evaluación siempre dice: “¿Es que no lo hago bien o qué?” En seguida lo vuelve personal y entonces se hace muy difícil evaluar. Y la evaluación es normal en cualquier institución, cualquier empresa y ante cualquier objetivo. Aprender a integrar evaluación en nuestro liderazgo es sumamente importante. De cuando en cuando, nosotros, en la Compañía, tenemos como sistema que después de tres años, la consulta hace una evaluación de los superiores y entonces se decide si continúan o si ya está bien y se le puede cambiar. Esto no es automático. O sea, no es que el superior se nombra para seis años. Eso no está en las Constituciones ni en las normas que tenemos. Es para tres años y supuesta una evaluación se puede continuar, y en todo caso no por demasiado tiempo. Generalmente seis años se considera el tope. Es importante la evaluación.

Lo segundo que dijo Lowney, es que hay que poner números a eso. Nos cuesta muchísimo, porque creemos que en el Evangelio es todo espiritual y entonces poner números y decir que hay un tanto por ciento de gente a la que mis homilías no les gusta no nos encaja. Mis homilías llegan a un 30% que ya es mucho pero hay un 60% o un 70% que no les gusta. Eso nos nos gusta, nos rechina poner números. “Dios trabaja en los corazones”, decimos, y metemos a Dios por medio o al Espíritu Santo y no queremos ni poner números ni hacer una evaluación concreta que nos pueda ayudar a mejorar nuestro servicio. Esto es algo bastante general. Yo lo experimenté en reuniones de superiores locales de Japón, lo he experimentado en otros sitios también y parece que es transcultural. Que el clérigo no es buen sujeto de evaluación. Se siente amenazado.

1 Lowney, Chris. “El liderazgo al estilo de los jesuitas”. Verticales de Bolsillo, 2008.
2 Non coerceri maximo, contineri minimum, divinum est (Cosa divina es no estar ceñido por lo más grande, y sin embargo estar contenido entero en lo más pequeño). 
3 “De la belleza de lo litúrgico, que no es puro adorno y gusto por los trapos, sino presencia de la gloria de nuestro Dios resplandeciente en su pueblo vivo y consolado, pasamos a fijarnos en la acción” (Papa Francisco, en la Santa Misa Crismal, 28 de marzo de 2013)
4 El coraje es el temor que ha hecho sus oraciones
5 Personaje de las viñetas de Peanuts, creado por Charles M. Schulz



III. El liderazgo basado en el discernimiento espiritual.

Voy a decir ahora algunas cosas sobre cómo es un liderazgo basado en el discernimiento espiritual. La norma última en nuestro liderazgo es la voluntad de Dios.

Eso está claro. El problema es que no podemos definir tan fácilmente la voluntad de Dios como si la tuviéramos en la mano. Lo más que podemos decir es que nos acercamos, eso está lo más cerca posible. Si la norma última es la voluntad de Dios, segundo, esto quiere decir que el liderazgo se trata de un proceso, no de una unidad fija o una cosa instantánea. Estamos hablando de un proceso: ¿cómo se encuentra la voluntad de Dios? Y aquí es donde entra el discernimiento. ¿Cómo podemos llegar más cerca de esa voluntad de Dios? Es más un proceso que la conclusión que saca un superior solo. Para que este proceso sea real y sea espiritual hacen falta dos ingredientes, y luego os diré tres condiciones.

Entre los dos ingredientes el primero es la comunidad. La voluntad de Dios se encuentra en comunidad. Sea la Iglesia, sea la diócesis o sea la comunidad religiosa o una obra apostólica, un colegio o la comunidad de enseñantes. Este es un ingrediente totalmente necesario. Hace falta una comunidad para poder discernir. Si no hay comunidad es muy difícil discernir. Si no hay participación en actitudes básicas, o espirituales o de valores básicos, es muy difícil discernir. Para que el discernimiento sea real hace falta una comunidad real.

Y segundo, por supuesto, el principio de libertad. Libertad como principio. A lo que me refiero es a que en todo servicio en la vida religiosa, y digo esto con cierta solemnidad porque me parece que es una de las cosas que no se entienden en ciertos mundos, el principio es que servimos a Dios en libertad. En libertad total. El servicio religioso es libre y por lo tanto, el superior tendrá que motivar, tendrá que explicar, tendrá que comunicar, pero no puede forzar y decir “aquí el superior soy yo y tú no tienes más que obedecer”. Eso es un abuso de la autoridad. Es un servicio libre y es una donación libre la que hacemos al entrar en la vida religiosa, y lo mismo al desarrollar nuestro crecimiento en Cristo dentro de la vida religiosa. Ese principio de libertad tiene que seguir vivo. Por lo tanto, la preocupación del superior va a ser cómo envolver a la comunidad en el proceso. Yo he visto, cuando era provincial, a individuos que no entraban en el proceso de discernimiento de una institución, por ejemplo, pero si luego se votaba contra lo que ellos pensaban entonces venían a mi como provincial para decir: “No puedes permitir esto”. En ese momento tienes que decirles: “tú has tenido tu oportunidad, has tenido tu posibilidad de participar y no has querido participar y ahora quieres usar el poder. Este poder es ilegítimo”. Es decir, que hay métodos y hay procesos que respetan la dignidad de los colaboradores, que respetan una serie de principios que tienen un sentido profundo y que por tanto no se pueden saltar. Por lo tanto hacen falta los dos principios, el de comunidad y el de libertad. ¿Y cuáles son las tres condiciones?

Las tres condiciones son: que la comunidad, los que disciernen, participen en la visión, es decir, participen también en la libertad interior. Si no hay libertad interior en una comunidad no hay discernimiento. Yo he visto discernimientos comunitarios que han fracasado y desde el principio se veía que no había libertad. Había ya una decisión pre-tomada y entonces el proceso no es real y al final fracasa. No hay alegría, no hay consensos y no hay sentido de decir: hemos caminado y nos hemos acercado a la voluntad de Dios. La primera condición es, por lo tanto, libertad interior. Que toda elección sea posible.

La segunda, total información. Si no se da información a todos los que participan en la decisión, esa decisión está viciada. Hay que dar información total. O sea, eso de que llegue un superior y diga: “Me guardo mi decisión ¿qué pensáis vosotros?” Y todos piensan “A” y solo entonces el superior dice, “bueno yo voy a decidir “B” porque yo sé cosas que vosotros no sabéis”, es un abuso de autoridad. Si yo sé cosas que vosotros no sabéis lo tengo que decir al principio, no al final, para escudarme, para esconderme.

Y la tercera condición es que participemos todos en el mismo tipo de valores religiosos, porque si no tenemos la misma valoración religiosa no podemos llegar a los mismos objetivos. Por ejemplo, el sentido de pobreza, sobre todo en medio de una crisis económica. ¿Qué significa esto para nuestra manera de trabajar, nuestra manera de obrar, de acercarnos, a los demás? La opción por los pobres tiene que ser algo participado para que pueda entrar en la decisión. El hecho de que lo que buscamos principalmente es un fruto apostólico, que no estamos aquí trabajando para crear una torre de marfil o para labrarnos una carrera o para fortalecer el prestigio de una institución sino que queremos servir a los alumnos, si es un colegio, o servir a la comunidad si es una parroquia, etc. Luego valores fundamentales como justicia o un modo de actuar que respete a los demás.

Y por último, si queremos añadir una cuarta condición, yo la añadiría, ciertamente, para superiores religiosos: criterios ignacianos, con los que todos los jesuitas están muy familiarizados. Como es el magis, buscar un mayor fruto y un mayor bien a los demás. O sea, hay un deseo de crecimiento y de mejorar la calidad de nuestro servicio que es parte de estos criterios ignacianos. ‘La mayor necesidad’. Esto tiene consecuencias muy operativas. Hay provincias donde están pensando si abrir un colegio de educación secundaria o no, o si abrir una universidad o no. Ahí lo que hay que estudiar es la situación de este país, y ver cuál es la necesidad más grande. Si es educación primaria generalizada, entonces ahí es donde tenemos que poner nuestro esfuerzo. Si es una universidad porque los colegios están ya cubiertos, entonces tomamos el riesgo de caminar hacia la universidad. Siempre hay un criterio que es muy ignaciano que es ‘la mayor necesidad’. Luego, como nos decía la Congregación General XXXV, que nadie más esté respondiendo a esta necesidad. Hay un factor de “el campo está abandonado”; porque es un campo difícil, porque es muy difícil acceder. Esto es lo que el Papa llamó ‘fronteras’ y a las que pide a la Compañía de Jesús acudir. No hay que entrar en competición con otros muchos que ya quieren hacer lo que nosotros queremos hacer. Esa competición nos sirve de poco. A veces hay elementos de competición que no queda más remedio que aceptar para poder ofrecer un servicio de calidad. Pero, si hay tantos que quieren hacer ese servicio, ¿qué necesidad hay de que vaya la Compañía de Jesús? Hay un factor de “nadie quiere responder a esto”. Cuando alguien me comenta que no tiene trabajo, siempre le digo que el servicio a los pobres está libre. Las carreras y el tráfico va todo en dirección a servir a los poderosos. En el servicio a los pobres no hay tráfico y si quieres correr, ahí, puedes correr todo lo que quieras. Y yo creo que es verdad. Ahí es donde la Compañía de Jesús tiene que tomar opciones y luego que sea, naturalmente, algo viable y posible dentro de la iglesia. Osea, que no creemos nuestro propio feudo.


IV. Conclusión. Síntesis final.

A modo de resumen hablaría de las condiciones para ser líder, casi como aforismos. En una de mis lecturas sobre liderazgo dice: “Si te encuentras solo arriba quiere decir que algo no estás haciendo bien”. Eso de decir que el superior está muy solo quiere decir que algo no hace bien; no hace participar a la comunidad, no envuelve a los demás. Y yo me encuentro con el consejo General que el comunicar y participar con el consejo hace que yo no me sienta solo y no tengo por qué sentirme solo. Dicen “es que el trabajo del General ahí arriba…” Pero no hay ahí arriba, es un trabajo de servicio y por lo tanto tenemos una comunidad de servicio y todos los problemas los puedo comunicar; y en todos, el Consejo General me ayuda. “La persona más difícil de gobernar es uno mismo” Este es un aforismo evidente.

“Cuando te dan una patada por detrás quiere decir que estás al frente”. Vas bien ¿no? No aAsustarse porque me critican o así, porque si te dan una patada por detrás es buena señal. Quiere decir que vas corriendo delante, no hay que preocuparte por eso.

“Los mejores líderes son grandes escuchadores”. Saben escuchar para descubrir más cosas.

“Si quieres saber cómo lo está haciendo un líder mira a su comunidad”. Mira a la gente, mira a sus colaboradores, o mira a sus alumnos si quieres saber cómo es un profesor.

“La mayor equivocación es no preguntar a nadie en qué te estás equivocando”. Porque todos nos equivocamos, todos cometemos errores y entonces, es parte de la evaluación que decíamos antes. El ser capaz de preguntar a los demás qué es lo que piensan y el recibir ese feedback, yo creo que nos ayuda mucho. 

En resumen, diría que las cosas que yo he encontrado como ayuda se podrían condensar en cinco palabras:

Distinguir entre liderazgo y gestión. No es lo mismo. El gestor hace las cosas bien. El líder hace buenas cosas. No es lo mismo. La gestión es parte del liderazgo perso se puede hacer de una manera técnica y con ayuda de técnicos.

Segundo, capacitar a los demás para que los demás puedan trabajar bien. Capacitar para pensar, imaginar y realizar. El líder es el que sirve a sus colaboradores para que ellos hagan. Un buen líder da poco que hablar. Sus colaboradores dan mucho que hablar, y el líder es el que los capacita para ello.

La tercera palabra es visión. Visión ignaciana, eclesial, evangélica. Sentido de dirección. El líder tiene que ser capaz de formular esa visión, que entonces se hace parte de la vida de los demás. Recuerdo un sacerdote anglicano al que hicieron director de un colegio en Tokyo. Él estaba convencido de que hacían falta cambios para poner a los estudiantes más en contacto con la naturaleza, la creatividad, la imaginación, etc. Pero vio que los profesores estaban en otra onda. Y empezó a decir eso: el sistema de educación japonés no es bueno, falta esto, esto otro… Pero pacientemente no cambió nada. A los dos años los profesores empezaron a decir lo que él decía dos años antes. Se dijo que ese era el momento. Empezó a hacer cambios.

Fueron bien recibidos por los alumnos, por los profesores... Perdieron un 20% del alumnado que no quería lo novedoso; pero ganaron un 20% de nuevos alumnos cuyos padres querían este tipo nuevo de educación más imaginativa, integral, etc. El problema vino cuando los alumnos se graduaban del colegio –grado medio- y pasaban al grado siguiente. Entonces empezaron a protestar por lo que echaban de menos. Al final la solución fue hacer a este sacerdote director del siguiente colegio, donde siguió el proceso de cambio. Lo cual quiere decir que lo importante es que la visión sea compartida. Una persona sola con visión no puede cambiar nada.

La cuarta palabra clave es una persona digna de confianza. El líder tiene que ser honesto, directo y consistente. Un líder inconsistente crea un desbarajuste enorme en sus colaboradores. La consistencia da confianza. Cuando un provincial pierde la confianza de la provincia no puede seguir adelante y hay que cambiarlo rápidamente.

El individuo puede no verlo y pensar que lo está haciendo bien, pero ha perdido la confianza, la gente no le sigue y hay que cambiarlo rápidamente, porque si no la provincia se disgrega. Es importante que el líder sea una persona de confianza. ¿Qué está pasando hoy en el mundo político? Que hoy en día no tenemos líderes. No los hay. Hay unas inconsistencias tales que el pueblo no puede seguir a ese tipo de líderes.

Y en la vida religiosa pasa. Y en instituciones que tienen una inspiración evangélica, ignaciana, se necesita que el líder sea una persona básicamente consistente. No perfecto, porque nadie lo es. Pero básicamente consistente, y que cree confianza.

Por último, creo que es muy importante la gestión de sentido, gestión de significado. En términos de vida jesuítica, cuando descubrimos que, en términos ignacianos, hay un factor en nuestra vida, sea el que sea, que hay que llevar de una manera particular, es importante comunicar esto a todos los provinciales, a los superiores locales, a los consultores y tal , para que haya una gestión con sentido. Es el Management of Meaning (gestión de sentido, de significado). Por lo tanto, parte del liderazgo es comunicar. El líder tiene que ser un gran comunicador –porque si no es capaz de comunicar sentido no se lleva adelante la gestión que quiere hacer. El líder tiene que ser comunicador, sin hacerse protagonista. Cuando el líder resulta una figura mediática el liderazgo disminuye. El líder no puede ser el centro. El líder hace de los demás el centro. Es la obra, la institución, el colegio, el centro social, la parroquia, lo que se hace el centro y todo va dirigido ahí. Cuando somos nosotros mismos el centro, sea en posición de liderazgo o individual, entonces se pierde la fuerza que puede tener. Y viene el líder que se cree que él es todo y es estrictamente necesario y tiene que durar toda la vida…. pero nosotros sabemos que no es así. Por tanto, tiene que comunicar una visión, pero sin centrarla en sí mismo. Decíamos a principio que la gran lección de Benedicto XVI es haber visto esto, que a veces el líder tiene la obligación de retirarse para servir. Cuando escribió el libro-entrevista con un periodista alemán dice dos veces que cuando faltan fuerzas para ejercer el papado, no solamente puedo retirarme, sino que tendré la obligación de retirarme6 . Y habla de obligación. Eso es muy importante. La comunicación de sentido supone una capacidad de comunicación que tiene que ser parte de un liderazgo compartido, para que sean los demás el centro y no uno mismo.

Se podrían decir muchas más cosas, pero no hay que abusar de la paciencia del que
escucha…

P. Adolfo Nicolás, sj
Valladolid, 6 de mayo de 2013

6 Seewald, Peter “Luz del mundo.” Herder, Barcelona 2010

 

Nuestro Equipo

Encuentros de Antiguos Alumnos Jesuitas en Panamá 2019

Luego de transcurrido un tiempito de nuestro último encuentro nos es muy grato compartir los inolvidables momentos compartidos en ciudad de Panamá entre la gran familia latinoamericana, del caribe y del mundo de exalumnos Jesuitas.

Con motivo de nuestro Congreso de UASIALAC (Unión de Antiguos Alumnos Jesuitas de Latinoamerica y el Caribe) nos convocamos a vivir jornadas espirituales, académicas, sociales, de elecciones y de ameno trabajo en pro de continuar con nuestra misión de unir cada vez más a los exalumnos de distintas partes de nuestro continente y del mundo entero.

Nuestros excelentes anfitriones los amigos de Asia Javier Panamá, y su embajador nuestro coordinador electo del eje de espiritualidad, Jose Ignacio “Nacho” Quiros, quien desde antes de nuestra llegada se pasó con su promoción y sus detalles, un ejemplo claro del “En todo Amar y Servir”.

Iniciamos celebrando a San Ignacio en su día, 31 de Julio con una maravillosa misa concelebrada y acompañada por coros angelicales y con una reliquia de nuestro santo patrono en el sagrario.

El 1 y 2 de Agosto continuamos temprano en el Colegio Javier con nuestras reuniones, asamblea para elegir nuevas dignidades y tratar sobre lo realizado por la directiva saliente y revisión de los planes a seguir de allí en adelante. Tuvimos el agrado de contar como testigos de honor al Presidente de WUJA, el Sr. Alain Deneef; al representante de los Antiguos Alumnos de Europa ante la WUJA, Sr. Francisco Guarner; al consiliario de ASIA Javier Panamá, el Padre Pedro Angulo y al Representante de WUJA Estados Unidos, el Sr. David Clifford.

Al Colegio lo recorrimos con su flamante rector, Padre Eduardo Valdez, SJ y su equipo. Tuvimos la suerte de presenciar y compartir con los estudiantes en sus jornadas por la semana de nuestro patrono.

La estructura de dirección de la UASIALAC que hemos definido es con un Coordinador General secundado por los Coordinadores nombrados de los 6 ejes.

Por tanto, el directorio UASIALAC y sus objetivos principales por cada eje estratégico para el periodo 2019-2022 son:

Su servidor Andres Ballerino, Coordinador general; Daniel Jiménez, Coordinador del eje de estructura jurídica y operativa (Lograr personería jurídica a más tardar en 1 año); Gabriel Calderón, Coordinador eje de Autosustentabilidad (Establecer un presupuesto para 2020 y encontrar las fuentes de financiamiento); Guillermo Ochoa, Coordinador del eje de Vinculación (Establecer y dar arranque definitivo a proyecto de desarrollo de un Networking entre nuestros asociados y allegados); Eugenio Fernández, Coordinador del Eje de Interacción(Actualización periódica de nuestro sitio web y manejo semanal de nuestras redes sociales); Juan Piaggio, Coordinador del eje de canalización y apoyo(Apoyo a federaciones y estimular creaciones en los diferentes países que componen nuestra Unión) y Jose Quiros, Coordinador del eje de espiritualidad (Generar espacios de crecimiento espiritual para ex alumnos de la compañía de Jesús y sus seres afectivos cercanos que sientan el deseo de volver al encuentro de La Paz interior).

Estos ejes están esperando “brazos” de exalumnos de todos los países que quieran unirse y “enamorarse” de proyectos dentro de los ejes y así desarrollar los mismos!

En las tardes y noches nos deleitamos de charlas y presentaciones lúdicas y típicas del país anfitrión. Nos impresiono mucho la obra que realizan en el Javier con el “Servicio Social Javeriano” en comunidades vulnerables alrededor del país.

El 3 y 4 de Agosto continuamos con más integración y paseo por la monumental obra del Canal de Panamá y con las reuniones del Consejo ejecutivo de la Unión Mundial (WUJA) en las cuales se continuaron con el plan de acción y los próximos eventos a realizarse resaltando el próximo Congreso Mundial en Barcelona España en el 2021.

Nos complace mucho haber compartido con hermanos de México, Guatemala, Panamá, Colombia, Perú, Brasil, Venezuela, Ecuador, Uruguay, Bélgica, Austria, España, Estados Unidos, Nigeria, Congo, India, Reino Unido, China, entre otros países, tanto a nivel presencial como virtual.

Nos regresamos a nuestros terruños muy agradecidos y bendecidos, pero sobretodo comprometidos en seguir “Siendo Más para Servir Mejor”.

AMDG

Andrés Ballerino

Juan Piaggio

LIMA 2019: Marco Antonio Vilca Gonzales entre los 5 mejores de América y con nuevo récord en la final de los 800 mt

Con un tiempo de 1m 47s 65c, Marco Antonio Vilca a sus 18 años, logró el quinto lugar en la final de los 800 metros planos de los XVIII Juegos Panamericanos Lima 2019. Con este resultado se ubica entre los cinco mejores de América.

¡Grande Marquito!

Se quedó a solo 64 centésimas del récord nacional absoluto del Peru de David Torrence de 1m 47s 01c.

Hoy Marco es dueño del récord de la sub23 y Juvenil.

Estás haciendo historia en en Atletismo Peruano y llenándonos de orgullo a todos los peruanos y a nosotros tu GRAN FAMILIA SJ.

¡YA ERES UN GRANDE DE AMÉRICA MARQUITO!

Carta Abierta para los EXAlumnos del Colegio San José

Queridos exalumnos: me dirijo a todos ustedes para comunicarles que la Compañía de Jesús ha abierto una oficina de asesoría legal para los venezolanos. Pero cada vez necesitan más de apoyos materiales. Por eso recurro a ustedes para pedir su colaboración. Necesitamos víveres no perecibles, ropa de abrigo, frazadas y dinero en efectivo. También la ayuda de algunos abogados, médicos y enfermeras que pudieran dar apoyos ocasionales. Quisiéramos organizar una campaña de salud para los venezolanos. Toda ayuda que ustedes puedan brindar será muy bien venida. Sus colaboraciones se pueden dejar en la Compañía, Alvarez Thomas 106. Se pueden comunicar con la Srta. secretaria de la oficina, Ana Lucia Díaz al tf  981295978 o a la secretaria de la Compañía al 212141. También si lo desean se pueden comunicar conmigo a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

A mediano plazo tenemos un sueño: abrir un albergue temporal para los emigrantes, quizás con su ayuda podamos hacerlo realidad.

La situación de los venezolanos en nuestra ciudad clama al cielo. Jesús se hace presente en los que sufren. El nos dijo: “Fui peregrino y me alojaron”. Ahora tenemos una oportunidad más de demostrar nuestra solidaridad, de servir mejor, ya que somos más.

Les agradezco mucho la atención que les merezca esta carta. Reciban  todos un abrazo y recuerden que Dios no se deja ganar en generosidad.

Fernando Jiménez Figueruela S.J.
Asesor de ASIA-Arequipa

Consignas a la Federación Mundial de Antiguos Alumnos - P. Pedro Arrupe SJ

La Asociación de Antiguos Alumnos (1) y los antiguos alumnos mis­mos están muy dentro de mi corazón. Creo que son algo que nos toca muy de cerca ya que son hechuras de la Compañía y al mismo tiempo son testimonio (positivo o negativo) de la educación que les hemos proporcionado. Su vida, sus actuaciones -si no cada una en particular-, en su conjunto, pueden mostrar lo que aprendieron de nosotros; lo cual es un testimonio, y al mismo tiempo, una gran responsabilidad: "por sus frutos los conoceréis ". Este es un argumento complejo y que nos llevaría muy lejos; no es este el momento de tratar de ello.

Por lo mismo que siento tan profundamente todo lo referente a los AA. AA.,  tanto personal como colectivamente,  he tratado, durante estos 12 años de Generalato, de estar en contacto con vosotros y  hacer por mi parte todo lo que he podido por conseguir que la Compañía os sirva lo mejor posible. Creo que se trata de un apostolado muy importante, sobre todo en estos días. En efecto, los cambios del mundo y de la Iglesia, nos obligan, creo yo, a ayudaros a completar vuestra formación a través de la "formación  permanente" para poneros al día en cuanto de nosotros dependa; y así, hacer que aquellos  a quienes formamos para un período anterior de la historia, sean también hombres de este tiempo moderno.

Como os decía antes, he procurado hacer lo que he podido aunque no haya sido mucho, para que las Asociaciones, tanto locales como na­cionales y mundiales, florezcan. Los resultados son muy modestos y en algunos  casos  casi  nulos;  tanto, que ha habido quien ha pensado que el esfuerzo era inútil.

Yo nunca me he resignado a entregarme con las manos atadas "vinc­tis manibus" sin antes procurar con más empeño y realismo que las cosas vayan adelante.

Tal vez  mis esfuerzos y los de la Compañía en general no han sido todo lo valiosos y eficaces que  debieran. Vosotros mismos nos lo ha­béis indicado repetidamente. En esto tal vez pueda descubrirse un círculo vicioso que, si no excusa, al menos explica la actitud de algunos Superiores de la Compañía: como las Asociaciones no son activas y no responden a lo que se espera de ellas, no merece la pena el destinar a tiempo pleno jesuitas valiosos que pueden ejercitar otros ministerios más importantes; y, al no destinar jesuitas adecuados y a tiempo pleno, los resultados eran prácticamente nulos.

Por otro lado la situación del mundo actual ha presentado dificultades de todo género: los cambios culturales que exigen una  compren­sión y una elasticidad para la que no estábais preparados, los cambios en la misma  Compañía al seguir las normas del Concilio Vaticano II y de las dos Congregaciones generales, que han desorientado a no pocos, viendo en esos cambios, direcciones muy preocupantes y pensando que la Compañía que se va formando no era la que ellos habían conocido en su tiempo. Por otro lado las nuevas generaciones, con unas ideas y modos de proceder y actitudes  muy distintas, crearon un "corte generacional" muy profundo con su lenguaje ininteligible, sus actitudes, su modo de vestir y, sobre todo, con una escala de valores enteramente diferente, produciendo en  algunas asociaciones una "quasi-ruptura" que a las dificultades tradicionales añadió otras de nuevo signo hasta ahora nunca experimentadas.

Así,  pues, esas dudas y tensiones entre vosotros y con la Compañía no ha ayudado ciertamente a que las asociaciones se creen y se desarrollen. Pero debemos ver la realidad como es, y sin desanimarnos por el próximo pasado. Debemos mirar al  futuro con gran optimismo, pues hoy creo que además de poder comprender mejor el modo de superar esas dificultades, podemos descubrir  una serie de  oportunidades y pun­tos positivos de los que debemos ser conscientes y utilizarlos, no digo simplemente para caer en la cuenta de nuestras limitaciones y, de los errores cometidos en el pasado, sino para tratar de aprovechar al máximo todo aquello que en las presentes circunstancias puede ayudarnos a realizar el ideal de las Asociaciones de un modo más eficaz.

[1)  A  la Federación Mundial  de Antiguos  Alumnos  de  la Compañía , Padua, agosto  1977.


 

NECESIDAD  DE  CAMBIO  DE  ACTITUDES

La nota característica de las asociaciones antiguas ha  sido  la  nota más bien sentimental: recordar con cariño  y agradecimiento los tiempos del Colegio en reuniones fraternales  (entre  los  condiscípulos  sobre  to­do) trayendo a la memoria tantas anécdotas, y tantas vivencias que, aunque fuesen repetidas y comentadas todos los años, constituían un lazo afectivo que se renovaba con gran alegría ... eran las añoranzas de la niñez y de la juventud... ¡Pero después de esos momentos felices no quedaba sino el esperar al año siguiente para volver a las añoranzas y recuerdos  del  pasado!

Hoy, las necesidades del mundo actual por una parte, y la mentalidad y responsabilidad del presente por otra, hacen que no podamos conten­tarnos con recuerdos y sentimentalismos, sino que nos sintamos obliga­dos a hacer algo que sea útil, no sólo para nosotros -que tenemos que modificar nuestros conocimientos y hasta nuestras vidas-, sino, sobre todo, para otros: sentimos que hemos sido los privilegiados por la fami­lia en que hemos nacido, por la educación que hemos recibido, por la posición de que hemos gozado, por la profesión que hemos ejercido... en fin, por tantos dones de Dios. De todo eso han carecido otros mu­chos que sufren y se ven oprimidos por un sistema en que también nos­otros estamos empeñados, y que les impide poder tener una vida que al menos sea humana.

Esto se aplica también a las mismas Asociaciones. Si tenemos que transformar su sentimentalismo subjetivo en realismo objetivo, quizá, por ejemplo, en vez de requerir como Consejero de las Asociaciones a un Padre conocido de nuestros tiempos de jóvenes en el Colegio, debere­mos admitir a cualquier Padre con quien se haya de colaborar. En lugar de tener interés solamente por el propio  Colegio, interesarse por otros también, pues, todos trabajan por el mismo fin, y  tal vez son de mayor importancia apostólica. Y no solamente dentro de los límites de nuestra propia nación, sino en toda la Compañía. Es el camino de una: mentalidad de "aldea,  o terruño" a otra más universalista sin límites ni fronteras.

La mentalidad preconciliar con su teología, vida espiritual , actividades caritativas, etc., tiene que ser transformada en otra post-conciliar en armonia con la Iglesia de hoy, con sus nuevos enfoques y actividades que, además de las caritativas, comprenden las de justicia , y la creación activa y eficaz de "un mundo más humano y más justo''.

 


CAMBIO  DE  ESPÍRITU Y  ACTITUD

Un punto  muy importante es la colaboración con  los  laicos. En  esto, siguiendo la Congregación General, y sobre todo el Concilio Vaticano II, nuestra  actitud  ha  cambiado  bastante. Tal vez hasta hace  pocos años parecía que érais vosotros los laicos quienes habían de colaborar con nosotros,  pero dirigidos por nosotros:  era el laico  subordinado al religioso. Hoy reconocemos el valor de vuestro trabajo y nos sentimos mutuos colaboradores en obras comunes en las que con gusto reconocemos·en muchos casos vuestra superioridad. Es decir, no se trata de aceptar vuestra subordinada colaboración, porque no tenemos suficientes jesuitas;  sino que queremos colaborar con vosotros en obras comunes en que reconocemos vuestra superioridad; es una colaboración de igual a igual en la que vosotros podéis aportar una serie de conocimientos y experiencias en que nosotros somos y quizá debemos ser absolutamen­te ignorantes e inexpertos.

Por eso vuestra labor es de signo muy diferente de la que fue hace unos años y nosotros sentimos más que nunca el valor de vuestro trabajo que queremos apreciar en todo lo que vale.

Por lo tanto tenemos que reconocer que el individualismo y a veces el deseo de sobresalir en que os hemos formado no pocas veces y que vosotros habéis continuado fomentando en la vida, debe ser  transfor­mado en deseo de servir y si se desea ser eminente en vuestra profesión u otro género de valores humanos es no por egoísmo o por propia satisfacción, sino para poder ser más útil a los demás: algo que en apariencia es algo utópico e irrealizable, pero que en realidad  constituye un ideal que atrae a la juventud de hoy y que le inspira grandes esfuerzos y sacrificios enteramente desinteresados. Aquello que he formulado como "personas  para los demás" (hombres y mujeres) tiene pre­cisamente ese significado. Para mí constituye el ideal del "Ratio studiorum" de la Compañía expresado en términos modernos que, además, de darle la máxima profundidad, puede ser aceptado incluso por los que no tienen fe: es el ideal del "filántropo"  (incluso ateo).

Ese es hoy el hombre que queremos formar en nuestros Colegios. Significa que los que han salido ya de nuestras Instituciones y por una  razón u otra no tienen esa mentalidad, deben tratar de entender y  practi­car lo que eso significa, pues ésta será con el tiempo -y debería serlo también hoy- una de las características de nuestras AA. AA. Por lo tanto para poder colaborar en una misma asociación es indispensable que se tenga unidad de criterio en este punto fundamental.

Hay otra circunstancia que se está modificando rápidamente. Me refiero al número de Asociaciones que van saliendo de nuestras escuelas profesionales y escuelas gratuitas y populares a las que asisten muchachos de escasos recursos, hijos de trabajadores y humildísimos cam­pesinos. La Compañia está muy interesada en que así como no quiere que ningún posible alumno quede eliminado de  nuestros  Colegios por falta de recursos económicos, así desea que las AA. AA. estén abiertas a toda clase de ex-alumnos, sea cualquiera la clase social a que pertenecen. El Evangelio no reconoce clases. Todos somos hijos del mismo Padre, y la Compañía, por ello,no quiere hacer distinciones y desea que todos sean tratados por igual en cuanto sea posible.

Esto que hasta hace pocos años hubiese sido impracticable, y tal vez inadmisible, hoy es una exigencia . De no reconocerlo  así nos sentiríamos "anti-evangélicos" y "anti-testimonio", cosa que ninguno de  vosotros querría tolerar.

Otro detalle es el número de muchachas que hoy acuden a nuestras Instituciones educativas . Esto ciertamente no es un fenómeno nuevo, sino es por el número, que ha crecido notablemente, especialmente  en nuestros Colegios de enseñanza media y primaria. Es un hecho que permitirá a nuestras asociaciones  enriquecerse y completar sus  posibilidades y ser mucho más eficaces y comprensivas para orientar sus actividades y tratar de ayudar a  resolver los problemas humanos, familiares, sociales, etc. La mujer debe tener en nuestras asociaciones el lugar que le corresponde y esto no solamente por gentileza y  "politesse" sino por justicia y reconocimiento de su persona humana que es tan imagen de Dios como nosotros los hombres.

No quiero con esto decir que las AA. AA. a pesar de estos cambios de actitud requeridos, hayan estado inactivas siempre y en todas partes. No, de ninguna manera. Ha habido y hay magníficos ejemplos, que aun­ que no sean muy numerosos, nos indican las posibilidades que se ofrecen y las realizaciones que cristalizan cuando hay algunos que saben aprovecharlas. No cito ningún caso particular por no caer en omisiones odiosas.


 

POSIBILIDADES  Y  REQUISITOS

Cantidad: Las estadísticas (aproximativas)  dan unos 500.000 alum­nos organizados y tal vez 2.000.000 sin organizar. No creo que sea ne­cesario dejar que sueñe nuestra imaginación para comprender las po­sibilidades que este número encierra, sobre todo cuando se considera la variedad de edades. sexo, países, culturas, clases sociales, religiones, profesiones, etc.

Esta gama tan completa y tan variada abre posibilidades de realizar un servicio a la humanidad que merece ser considerado detenidamente y que no es el momento de desarrollar.

Calidad: Me refiero ahora no tanto a las personas cuanto a las actividades posibles. No solamente en la propia nación (influjo científico, social, profesional, religioso, técnico,  caritativo, educativo , gubernamen­tal, etc.) . Sino además. dada la variedad y cantidad de países en que es tamos representados, en el orden internacional.  Actividades  que desde el punto de vista humano, cultural y religioso, pueden tener un influjo grande, si sabemos crear las estructuras para la comunicación y colaboración internacional. Aquí es donde la Unión mundial tendrá un papel muy importante.

lnculturación: Es un problema muy actual y  agudo en el mundo en que las asociaciones, tanto locales como mundial, pueden hacer un gran servicio.

Hablar de inculturación precisamente en el momento en que asistimos a profundos cambios de la cultura humana y de la historia de la humanidad, en  que se habla de desmoronamiento o desintegración  de la cultura occidental, de revolución cultural en el oriente con metástasis en el occidente,  puede parecer imposible, o cuando menos inoportuno. Y sin embargo, esta coyuntura, en que la cultura y el mismo hom­bre se encuentran desorientados y presas de un profundo escepticismo, aun frente a los que merecería más estima, (como es la ciencia y la evolución social), quizás sea el momento más oportuno para que la Igle­sia y la Compañía, y en ella los AA. AA. puedan desempeñar un papel importante de orientación, de animación,  haciéndose  válidos  interlocutores de esa humanidad que se diría está cayendo en el caos sin nada a que asirse.

En el fondo de las actuales tensiones, nacionalismos exclusivistas, antiimperialismos, y aun persecuciones, genocidios  y  guerras, se descubre un impulso que, inconsciente, pero segura y rápidamente, va conduciendo hacia un ideal de humanidad considerada como una gran familia, con una herencia común, que tiene como base la identidad de la naturaleza humana y que conserva los valores de una preciosa y abigarrada variedad.

Aparece, pues, claro que este problema de la inculturación es vastísimo y complejo; que debe ser estudiado, y que las diversas AA. AA. pueden ser para ello una gran ayuda.


SOLIDARIDAD CON LOS POBRES

No faltan quienes en los cambios que en los últimos tiempos ha experimentado la Compañía, han querido descubrir cierta radicalidad con algunos caracteres que en ocasiones parecen adquirir irisaciones  afines al marxismo. De ahí  la sospecha e incluso ciertas acusaciones como si la Compañía estuviese infiltrada de marxismo. Nada  más equivocado. La Compañía procura seguir el Evangelio y no puede permitir que su espíritu se identifique con ninguna ideología, sea de derechas o de izquierdas, ni con ningún partido político. Esto sería mutilar el Evangelio y hacer decir a Jesucristo cosas que no aparecen en absoluto en la Biblia.

Sin embargo la Compañía, con la Iglesia, ha adoptado opciones y fomentado posiciones que son tan radicales o más que las de cualquier otra ideología. Pero la diferencia está, primero, en la motivación;  segundo, en sus límites;  y  tercero,  en  sus  medios, los cuales, nunca pueden ser antievangélicos y por tanto excluye  toda violencia y todo lo que sea incompatible con la caridad y justicia.

Uno de los puntos más difíciles y que suena a novedad es la solidaridad con los pobres que la Congregación General 32 ha señalado como una de las opciones o características de las actitudes de la Compañía hoy. Por tanto, aunque la Congregación General como es natural se, refiere  directamente a los jesuitas, se refiere indirectamente también a vosotros como formados por la Compañía con la cual queréis colaborar. Por.tanto aunque lo que os voy a exponer en las líneas siguientes se  refiere directamente  a los jesuitas, vosotros podéis considerarlo como un consejo que os damos, si queréis ir  hasta el fondo en la colaboración con la Compañía actual.

Nuestra solidaridad con los pobres, que proclamamos, no es una nueva concepción teórica de nuestro ideario de jesuitas ni una extrínseca luz que proyectemos sobre nuestra acción apostólica, sino una nueva manera de ser de nuestra misma vida.  Ello, es claro, exige un cambio de mentalidad, pues -para decirlo con un viejo adagio  escolástico-­ "operari sequitur esse".  Hay  que transformar nuestro ser  para que  pueda ser nuevo nuestro obrar. Ese ser nuestro que, fenomenológicamente al menos, hoy puede decirse  está definido en estructuras sociales propias no de la clase de los pobres, sino de la clase media en una estructura social  capitalista.

Nos guste o no, lo expliquemos de  una manera o de otra, un hecho es innegable: las clases  sociales  existen. Y existen por doquier. Dividen a !a humanidad en estratos que se repelen entre sí, en compartimentos estancos difícilmente intercomunicables. Cada clase está amalgamada por un conjunto de intereses, solidaridades y relaciones internas, y de agresividades y líneas de ataque a objetivos externos, que la llevan  a tomar posiciones coherentes y de grupo en el  planteamiento de cualquier problema a nivel social, económico, político. Cualquier conflicto, por lejano que sea, llámese Corea, Oriente Medio, minorías de color, etc., encontrará un armónico en la tensa cuerda de nuestra mentalidad de clase.

La alegación de estar libre de mentalidad de clase es más que sospechosa. Difícilmente escapamos a ella. Los unos -en el extremo pri­vilegiado del espectro social  -que no han experimentado en su carne la injusticia institucionalizada, reaccionarán con estupor y  autodefensi­vamente ante las masas que reclaman un orden nuevo. Tranquilos en la pacífica posesión de cuanto creen ser sus derechos, se consideran al margen de la contienda, y el verse objeto de las reivindicaciones  ajenas, lo tienen por injusta invasión de cuanto irrevocablemente les pertenece, una agresión de la que es lícito defenderse por todos los medios. Paradójicamente, esta inconsciencia es un factor determinante de la situación.

Los otros -la gran franja de desposeídos- a quienes una  larga historia de sufrimientos y privaciones unida a la acción de propagandas ideológicas ha agudizado la percepción de lo justo y de lo injusto,  y ha puesto a flor de piel la sensibilidad de cuanto es lesivo pare sus más elementales derechos humanos, hallan inevitablemente similitud o discrepancia con su situación en cualquier conflicto, por ajeno que pueda parecer. Y, consiguientemente, reaccionan, para sorpresa de incautos, con una lógica carga de agresividad o solidaridad.

Esta realidad -convencionalmente esquematizada, si se quiere, pero cuyo planteamiento general no creo pueda ponerse en duda- exige que nosotros nos  hagamos la pregunta que lógicamente se desprende. "Y nosotros, ¿a qué clase pertenecemos?". "¿Cómo reaccionamos respecto a los conflictos que a primera vista llamaríamos ajenos?". "¿Hacia qué extremo oscila en mayor o menor medida nuestra simpatía en cada caso?".

Es cierto que como cristianos, con la gracia de Dios, debemos poner­nos por fuera y por encima de toda interpretación clasista o partidista en cuanto ello significa la  aceptación de una dicotomía de tipo  maniqueo o marxista, o el abandono de nuestra misión de llevar a todos a Cristo. Pero no será  fácil  superar  los  condicionamientos de clase a  que -quizá inconscientemente- estamos sometidos. Y sólo sabremos librarnos de ellos en la medida en que los detectemos dentro de nosotros mismos y sepamos reaccionar frente a ellos.

Y precisamente, quizá, porque nuestra indispensable forma cultural y nuestro encuadramiento institucional tienden a poner de relieve el valor de lo establecido  {en  oposición  a  cualquier  orden  nuevo),  y  del  orden {frente a la convulsión que comporta cualquiera nueva  redistribución), muchos laicos, movidos sin duda por ideales de innegable cuño evan­gélico, han intentado reaccionar haciendo suya la causa del pueblo. La consecuencia ha sido crear tensiones y conflictos dentro de la  Iglesia. Muchas veces, Inevitables y fecundos. Otras, ¿por qué no confesarlo?, equivocados y contraproducentes, introduciendo en la Iglesia el espíritu de clase, e incluso la lucha de clases, atentando con ello a dos de sus notas esenciales e indefectibles: su unidad, su universalidad. He ahí un punto que  brindo  a vuestra  reflexión.


 

UNA FUENTE DE ESPIRITUALIDAD

Para esto se necesita ciertamente un espíritu ignaciano muy profundo que os podrían proporcionar las Comunidades de Vida Cristiana (CVX). Las cito aquí como una oportunidad para imbuir a las AA. AA. del verdadero espíritu que les puede dar un dinamismo sobrenatural muy grande. Las CVX han sido renovadas y  rejuvenecidas y están dando un fruto excelente. Son grupos que inspirándose en los Ejercicios y en la espiritualidad mariana tienen unas actividades que procuran solucionar los problemas modernos. Los cursos de formación que tienen son ejemplares y ayudan a nutrir a sus miembros con una espiritualidad mo­derna y solidíslma qué los hace apóstoles capaces, por el discernimiento comunitario, de establecer las prioridades apostólicas y elegir los medios más conducentes.

Creo que las CVX pueden ser un modo de inyectar en las AA . AA . el espíritu de San Ignacio en que os habéis formado en los Colegios. No solamente será un complemento, sino una profundización que  os  dará la profundidad y la flexibilidad ignaciana que hoy es tan valiosa ante un mundo que cambia tan rápidamente y que padece de una superficialidad tan disgregante y  empobrecedora.

Las CVX mantendrán viva la espiritualidad que aprendisteis en los Colegios, y la formación  permanente os pertrechará con los instrumentos apostólicos puestos al día. Así podréis realizar el ideal  apostólico que hoy pide la Iglesia y el mundo.

La experiencia nos ha enseñado, si es que no lo supiésemos de an­temano, que  el tratar de afrontar y procurar grandiosos programas y altísimos ideales es ir al fracaso. Deberíamos ser muy realistas y saber  que quien quiere construir una torre alta debe comenzar por profundizar los cimientos y ver primero (según el consejo evangélico) qué capital posee. Por eso creo que debemos empezar de un modo muy modesto y con todo realismo dar los primeros pasos despacio y sin grandes planes. Me parece que habéis pensado ya en este sentido.  "Poco a poco se va lejos" .

De ahí que tenemos que crear esas mentalidades universales, condi­ción necesaria para poder crear una Federación Mundial que sea efectivamente operante. 

Hora de actuar por la Amazonia y por el cuidado de nuestra casa común, pasemos de la contemplación a la acción

Es hora de ACTUAR por la Amazonia y por el cuidado de nuestra CASA COMÚN!

Si bien es cierto la oración es muy importante, llega un momento en que la sola oración no es suficiente, llega el momento en que debemos pasar de la contemplación a la ACCIÓN.

Nuestra Casa Común y nuestra Amazonia están siendo severamente afectadas por nuestra irresponsabilidad, desidia e indiferencia.

Hay varias cosas que podemos hacer inmediatamente para aliviar, detener y esperemos revertir todos los estragos que le hemos estado causando desde hace largos años.

  • Planta un árbol y si puedes dos, tres o más árboles.
  • Utiliza menos tu auto.
  • Camina, monta bicicleta.
  • Utiliza focos de bajo consumo.
  • Usa menos plástico.
  • Usa menos agua caliente.
  • No desperdicies el agua.
  • Desenchufa los aparatos electrónicos, cuando no estén en uso.
  • Ahorra energía al usar tus electrodomésticos.
  • Come menos carne.
  • No desperdicies la comida, compra solamente lo que vayas a comer.
  • Exige a tu gobierno cambios, establecimiento de políticas adecuadas y el cumplimiento de los compromisos internacionales en favor del medio ambiente, de la Amazonia y del cuidado de la casa común.
  • Haz sentir tu voz de protesta, diciendo no a la deforestación, no a la quema y no a la minería informal que tanto daño le están haciendo a nuestra Amazonia. Todo parece indicar que los incendios son el resultado de políticas inadecuadas de Brasil y Bolivia con el cuidado y la conservación de la Amazonia. (ver nota)
  • Reduce, reutiliza y recicla.
  • Seamos responsables y comprometámonos de verdad con el cuidado de nuestra casa común.

El Papa Francisco en su encíclica LAUDATO SI, nos dice:

¿Qué tipo de mundo queremos dejar a quienes nos sucedan, a los niños que están creciendo? Esta pregunta no afecta sólo al ambiente de manera aislada, porque no se puede plantear la cuestión de modo fragmentario. Cuando nos interrogamos por el mundo que queremos dejar, entendemos sobre todo su orientación general, su sentido, sus valores. Si no está latiendo esta pregunta de fondo, no creo que nuestras preocupaciones ecológicas puedan lograr efectos importantes.

Pero si esta pregunta se plantea con valentía, nos lleva inexorablemente a otros cuestionamientos muy directos: ¿Para qué pasamos por este mundo? ¿para qué vinimos a esta vida? ¿para qué trabajamos y luchamos? ¿para qué nos necesita esta tierra? Por eso, ya no basta decir que debemos preocuparnos por las futuras generaciones. Se requiere advertir que lo que está en juego es nuestra propia dignidad. Somos nosotros los primeros interesados en dejar un planeta habitable para la humanidad que nos sucederá.

Es un drama para nosotros mismos, porque esto pone en crisis el sentido del propio paso por esta tierra.


¡Es hora de actuar!

Es hora de salir del Status Quo, salir de nuestra zona de confort y pasar de la contemplación a la acción.

Nuestro hogar, nuestra casa común nos necesita.

Nota: Las citas a continuación han sido tomadas de la BBC.

"iniciar un incendio es el trabajo de los humanos, ya sea de forma deliberada o por accidente". Alberto Setzer, investigador del INPE

"No hay fuego natural en el Amazonas. Hay personas que practican la quema, que puede empeorar y encender incendios en la estación seca", Instituto de Investigación Ambiental de la Amazonía, IPAM.

"Los diez municipios amazónicos que más reportaron brotes de incendios también fueron los que tenían las tasas de deforestación más altas. Estos municipios son responsables del 37% de los brotes de incendios en 2019 y del 43% de la deforestación registrada hasta julio". "Esta concentración de incendios forestales en áreas recientemente deforestadas con sequía leve representa una fuerte indicación del carácter intencional de los incendios: la limpieza de áreas recientemente deforestadas".  Investigación del IPAM y la Universidad Federal de Acre

"La dinámica es la siguiente: despejan el bosque, esperan unos meses a que se seque y luego le prenden fuego. Si tratas de hacerlo al día siguiente no se quema, porque la vegetación está húmeda". "Hace falta esperar un par de meses, y luego prende fuego. Y siempre, cada año, agosto y septiembre son los meses con el mayor número de incendios". Carlos Nobre - Climatólogo

Evo Morales reconoció la gravedad de los daños, pero también defendió el "chaqueo", la práctica de los agricultores de quemar áreas de bosque para ampliar las tierras de cultivo. BBC

Colegios Jesuitas, una tradición viva en el siglo 21 - Un ejercicio continuo de discernimiento

El día 5 de noviembre, en carta a toda la Compañía, el P. General Arturo Sosa promulgó el nuevo documento sobre el Apostolado Educativo, titulado Colegios Jesuitas, una tradición viva en el siglo 21. Un ejercicio continuo de discernimiento. Es fruto del trabajo que la Comisión Internacional para el Apostolado Educativo Jesuita vino realizando en los últimos 8 años bajo la coordinación del Secretario Mundial, P. José Alberto Mesa.

El documento contiene 290 ítems, agrupados en tres partes: 1) Un recuerdo de los últimos y principales textos oficiales de la Compañía sobre educación, 2) Los principales cambios en el mundo actual en cuanto a realidad socio-política, educación, práctica religiosa, Iglesia Católica y Compañía de Jesús y 3) Descripción de 10 Identificadores Globales de los colegios jesuitas.

El documento original se encuentra en inglés, mientras se concluye la traducción al español y al francés.

Loading...

UNPLANNED Inspiradora Historia de un Viaje de Transformación

«UNPLANNED» INESPERADO Es la historia verdadera de una mujer y su largo viaje de transformación.

Lo único que Abby Johnson siempre quiso fue ayudar a las mujeres. Como una de las directoras mas jóvenes de Planned Parenthood en toda la nación, estuvo involucrada en alrededor de 22,000 abortos y aconsejo a un sin número de mujeres acerca de sus preferencias reproductivas. Su pasión alrededor de los derechos reproductivos de la mujeres la llevó a convertirse en un portavoz de Planned Parenthood, luchando por promulgar legislación por esta causa en la que ella creía profundamente.

Hasta el día en que vio algo que lo cambio todo, llevando a Abby Johnson a unirse con sus ex enemigos de 40 Días Por La Vida, y llegar a ser una ferviente altavoz de pro-vida en América.

De abortista a líder pro vida

El testimonio de Abby Johnson, además de escandalizar y poner en evidencia el objetivo de Planned Parenthood, ha desencadenado toda una ola de comentarios. Durante el tiempo que Abby desempeñó su cargo como directora, se realizaron al rededor de 22.000 abortos.

En un comunicado aseguró:

«Pensé que estaba ayudando a las mujeres, pero estaba haciendo más daño que bien. No fue hasta que vi a un niño luchando por su vida que mi mundo se vino abajo y entendí la enormidad de mis acciones. Tenía que irme».

«Una película conmovedora acerca del recorrido de una mujer que captura tu corazón y no lo deja ir! Inesperado corta la retórica y la política para contarnos la historia sobre una infiltrada que vio la verdad y como su vida se transformó!»

Tony Sands - Right to Lige League

 

«La película que los partidarios del aborto no quieren que vean»,

Marc Thiessen -l Washington Post.

«Cada vez más estadounidenses entienden el carácter sagrado de la vida gracias a historias fuertes como ésta»

Vicepresidente de USA - Mike Pence .

 

Prohibido ser Mediocres: Obligación de Ser Mejores Siempre

«Obligación de ser más y de ser mejor, siempre en todo...»

Eso es exactamente lo que los jesuitas deben inculcar y cultivar en sus Alumnos. Prohibido ser mediocres. Prohibido ser como los demás. Prohibido dejar las cosas como se encuentran, si no son como las quiere Dios. Prohibido arreglarlas "más o menos". Obligación de ser distinto de los demás que no tienen nuestra formación. Obligación de ser mejores, siempre. Obligación de hacer las cosas lo mejor que puedan hacerse. Obligación de buscar e implantar las mejores soluciones, en todos los problemas humanos.

Y eso es "la Política". La construcción y la conducción acertadas de la Ciudad humana mejorando la Historia. De la Política, pues, un Alumno jesuita no puede sentirse dispensado. Ha de hallarse comprometido en ella; y no de cualquier manera, sino según aquella manera que entienda ser la mejor. Revisando siempre si lo es o no lo está siendo. Porque siempre debe optar por las soluciones que halle mejores; destacando en su compromiso, hasta las últimas consecuencias y con la mayor exigencia.

Desde otro punto de vista. No es de veras consciente de su condición de persona humana quien no sea plenamente consciente de su dimensión social. No se realiza como verdadera persona quien se desentiende de sus implicancias sociales. Y no solo en el trabajo profesional o en la posesión de los bienes y en su empleo. Sino en todos los actos; que en todos es un ser social. Desde la responsabilidad sentida acerca de todo lo que de hecho se recibe del vivir socialmente. Es valer más no para tener más. Sino valer y tener para servir mejor. El prójimo personal y el colectivo social tienen derecho a recibir mucho, de ese mucho que podemos dar con todo lo que de ellos hemos recibido. ¿Para qué se nos dio? Por otra parte: sólo dando somos útiles y es fecunda nuestra vida.

Además, la sociedad, el prójimo personal y el colectivo social, necesitan, como un servicio prioritario, hombres capaces de ver y de planificar, para construir una sociedad mas conforme con el querer de Dios y de los hombres. Una sociedad siempre más justa. Hombres capaces de conducir a todos por esas vías más acertadas del BIEN COMÚN al servicio de todas las personas.

Y eso es "la Política". Un alumno Jesuita debe estar totalmente en ese Compromiso Político, y ser, dentro de él, muy destacado: el mejor en calidad de comprometido; y el mejor en la eficacia de sus acciones consiguientes. Solo en las acciones se medirá el verdadero compromiso. 

Fuente: Exposición del P. Vicente Gallo S.J. en la Convención Nacional de EXAlumnos Jesuitas, Arequipa 1986.

Compromiso Profesional del EXAlumno Jesuita

Tercer Domingo de Adviento: Esperar el Amor de Dios

Señor Jesús eres tú a quien esperamos. Eres tú a quien anhelamos. Tu presencia en nuestras vidas nos hace fuertes y consecuentes como lo fue Juan Bautista, envíanos tu luz y tu verdad. Cuando encendemos estas tres velas cada uno de nosotros quiere ser antorcha tuya para que brilles, llama para que calientes. ¡Ven, ¡Señor, a salvarnos, envuélvenos en tu luz, enciéndenos en tu amor!

Cuarto Domingo de Adviento: Confiar en Dios

Al encender estas cuatro velas, en el último domingo de Adviento, pensamos en ella, la Virgen, tu madre y nuestra madre. Nadie te esperó con más ansia, con más ternura, con más amor. Te sembraste en ella como el grano de trigo se siembra en el surco. En sus brazos encontraste la cuna más hermosa. También nosotros queremos prepararnos así: en la fe, en el amor y en el trabajo de cada día. ¡Ven pronto, Señor! ¡Ven a salvarnos!

Meditación sobre la Navidad

Jesús es el gran regalo que Dios nos hace. Dios se convierte en don gratuito para toda la humanidad. Al hacerse hombre da el salto sobre la distancia infinita que hay entre Dios y los hombres. Desde el nacimiento de Jesús todo es distinto. Dios se nos acerca de una manera inaudita. Se hace hombre real y verdadero por nosotros.

¿Qué es lo que hace un líder para diferenciarse de los demás?

Chris Lowney en su Libro "El Liderazgo al Estilo de los Jesuitas", nos menciona 8 características de los líderes:

  1. Están siempre enseñando y aprendiendo.
  2. Forman hombres y mujeres "brillantes y eminentes"
  3. Se vigorizan con la misma ambición de sus metas heróicas.
  4. Son innovadores y atacan los problemas de maneras que sus antecesores no imaginaron jamás.
  5. Se dedican a la excelencia.
  6. Permanecen abiertos a las ideas nuevas aún en la vejez.
  7. Honran la verdad sin egoísmo.
  8. Influyen en los demás con el ejemplo, sus ideas y su enseñanza.

Los jesuitas se concentraron en engendrar cuatro valores verdaderos como sustancia del liderazgo:

  • Conocimiento de sí mismo
  • Ingenio
  • Amor y
  • Heroísmo

En otras palabras los jesuitas equiparon a sus aprendices para que triunfaran, formándolos como líderes que:

  • Entendieran sus fortalezas, sus debilidades, sus valores y tuvieran una visión del mundo
  • Innovaran confiadamente y se adaptaran a un mundo cambiante
  • Trataran al prójimo con amor y una actitud positiva
  • Se fortalecieran a sí mismos y a los demás con aspiraciones heroicas.

 «Cuando los diez jesuitas fundadores estaban empezando su compañía, aunque no tuviesen planes precisos e ideas claras sobre el tipo de labor que iban a desempeñar, sí que tenían una idea clara del tipo de personas que querían reclutar para su misión. Jerónimo Nadal creía que la Compañía necesitaba, "quam plurimi et quam aptissimi", lo más posible de los mejores. Y el comienzo del sistema educativo de la Compañía, como es sabido, no fue el resultado de un plan maestro para construir un imperio de educación superior, sino que fue casi completamente una extensión accidental de esta visión de reclutar que los fundadores jesuitas tuvieron, al ver que las escuelas europeas no estaban generando suficientes "aptissimi" y así tomaron medidas para que sus propias reclutas alcanzaran el listón, puestos por ellos muy alto. Aunque el enfoque del sistema educativo de la Compañía cambió pronto y de manera radical empezando a educar a laicos, su ambición principal no cambió nunca: estos fueron, y siguen siendo, lugares donde hay que plasmar a los aptissimi, a los mejores. Los retos del siglo XXI son diferentes, pero para superarlos la Compañía sigue necesitando quam plurimi et quam aptissimi.»

Chris Lowney – Liderazgo Heroico

 

Navidad en el Colegio María de los Remedios

María de los Remedios es un hermoso y pequeño colegio ubicado en Lara, distrito de Socabaya, en Arequipa.

Tiene pocos alumnos y alumnas, pero todos ellos alegres, tiernos y dotados de habilidades diferentes.

Desde hace varios años un grupo de EXAlumnos del Colegio San José y muchos amigos y amigas colaboramos allí, y todos los años en diciembre organizamos el almuerzo y la navidad de los niños.

Nuestras actividades y colaboración en el Colegio María de los Remedios han ido creciendo a través de los años y esperamos con mucho optimismo que esto continúe así.

En el Almuerzo por Navidad participan todos los alumnos y alumnas con sus familiares y profesoras, además de los voluntarios que ese día les llevamos cariño, alegría, apoyo y amistad.

Ver la alegría reflejada en la carita de los niños, sencillamente no tiene precio.

Hay un sueño que surgió en la navidad del año pasado: establecer un programa de inserción laboral para los antiguos alumnos de María de los Remedios, esperamos poder realizarlo muy pronto.

Y también tenemos pendiente la segunda campaña odontológica para los niños y jóvenes estudiantes. La primera campaña la tuvimos hace un par de años, gracias al valioso y desinteresado apoyo de Gustavo Obando y Karla Torres, dos odontólogos capaces y generosos, quienes durante meses la llevaron a cabo.

El Colegio María de los Remedios es también una magnífica oportunidad de avanzar en el encuentro con los demás, de brindar nuestro tiempo, generosidad y cariño, ayudando a que la vida de otros y en este caso la de estos maravillosos niños, sea un poquito más alegre y llena de esperanza.

Hay varias formas de ayudar para el Almuerzo de Navidad.

  1. Aporte económico voluntario para cubrir el presupuesto del Almuerzo de Navidad, regalos y otros gastos de este año. 
  2. Con un regalo (como juguetes, prendas de vestir, zapatos u otros) para los niños, niñas y jóvenes estudiantes del colegio, para el caso de prendas de vestir y zapatos, al final encontrarás el nombre, edad y talla de los pequeños y jóvenes alumnos.
  3. Cualquier otro aporte o forma de ayudar que esté a tu alcance.

Para los aportes económicos pueden hacer uso de la cuenta de ASIA:

Cuenta ASIA SAN JOSÉ AREQUIPA

Banco INTERBANK
Cuenta SOLES: 3153001451440
Codigo Interbancario: 00331500300145144097

Cualquier consulta la pueden hacer llegar al INBOX de AlumniSJ en Facebook  y/o al siguiente link:  http://alumnisj.com/dejanos-un-mensaje 

En ambos podrás dejar copia del voucher, si tu aporte ha sido económico. 

Si gustas también puedes coordinar con Alonso Adrian S.

Agradecemos muchísimo tu ayuda y colaboración.

«Estos maravillosos niños y jóvenes, cuentan con nosotros»

PENSEMOS EN GRANDE Y HAGAMOS QUE LAS COSAS SUCEDAN.

 

RELACION DE ESTUDIANTES

DEL CEBE “MARIA DE LOS REMEDIOS” LARA-SOCABAYA

 

Nombre 

Edad

Tipo de discapacidad

 Sexo

 Talla

01

Antoni

10 años

 Déficit Intelectual

M

12

02

Berit

10 años

Sordera

F

12

03

Carlos

10 años

Autismo

M

14

04

Frans

12 años

Síndrome Down

M

14

05

Alejandro

10 años

 Autismo

M

12 

06

Gabriela

12 años

Retardo Mental

F

14

07

Erick

14 años

Parálisis cerebral

M

16

08

Breyner

9 años

Retardo Motor

M

14

09

Josep

14 años

Autismo

M

L

10

Fernando

15 años      

Retardo Mental

M

M

11

Edith

16 años

Retardo Mental

F

M

12

 Bryan

17 años   

Retardo Mental

M

M

13

 Josías

16 años

Síndrome Down

M

M

14

 Rosalinda

16 años

Discapacidad Intelectual

F

M

15

Max

16 años

Discapacidad intelectual y retardo motor

M

M

16

Gabriela

16 años

Discapacidad Intelectual

F

M

17

Adriana

13 años

Discapacidad Intelectal

F

L

18

Suri

18 años

Síndrome de Down

F

M

19

Víctor Hugo

18 años

Síndrome de Down

M

M

20

Kevin

15 años

Síndrome de Down

 M 

S

 

Relación de Docentes:

  1. Gloria Quiroz Gonzales
  2. Teresa Mesa Herrera
  3. Katherin Torres Torres
  4. Milagros Huanca Silva
  5. Yeni Jara Beltrán
  6. Esperanza Condori Aquise
  7. Norma Castillo
  8. Nelly Ramos Mestas
  9. Juana Arroyo
  10. Fresia Franco de Rosado

Carta del Papa Francisco para el Encuentro "ECONOMY OF FRANCESCO"

A los jóvenes economistas, emprendedores y emprendedoras de todo el mundo

Queridos amigos:

Os escribo para invitaros a una iniciativa que he deseado tanto: un evento que me permita encontrar a quienes hoy se están formando y están empezando a estudiar y practicar una economía diferente, la que hace vivir y no mata, que incluye y no excluye, que humaniza y no deshumaniza, que cuida la creación y no la depreda. Un evento que nos ayude a estar juntos y conocernos, que nos lleve a hacer un “pacto” para cambiar la economía actual y dar un alma a la economía del mañana.

¡Sí, necesitamos “re-animar” la economía! ¿Y qué ciudad es más adecuada para esto que Asís, que desde hace siglos es símbolo y mensaje de un humanismo de fraternidad? Si San Juan Pablo II la eligió como ícono de una cultura de paz, a mí también me parece un lugar inspirador de una nueva economía. Aquí, de hecho, Francisco se despojó de toda mundanalidad para elegir a Dios como la estrella polar de su vida, haciéndose pobre con los pobres, hermano universal. De su elección de pobreza brotó también una visión de la economía que sigue siendo muy actual. Puede dar esperanza a nuestro mañana, en beneficio no solo de los más pobres, sino de toda la humanidad. Es necesaria, efectivamente, para las suertes de todo el planeta, nuestra casa común, «nuestra hermana la madre tierra», como la llama Francisco en su Cántico del Hermano Sol.

En la Carta Encíclica Laudato si' subrayé que hoy más que nunca, todo está íntimamente conectado y que la protección del medio ambiente no puede separarse de la justicia para los pobres y de la solución de los problemas estructurales de la economía mundial. Por lo tanto, es necesario corregir los modelos de crecimiento que son incapaces de garantizar el respeto del medio ambiente, la acogida de la vida, el cuidado de la familia, la equidad social, la dignidad de los trabajadores, los derechos de las generaciones futuras. Desgraciadamente, sigue sin escucharse la llamada a tomar conciencia de la gravedad de los problemas y, sobre todo, a poner en marcha un nuevo modelo económico, fruto de una cultura de comunión, basado en la fraternidad y la equidad.

Francisco de Asís es el ejemplo por excelencia del cuidado de los débiles y de una ecología integral. Me vienen en mente las palabras que el Crucifijo le dirigió en la pequeña iglesia de San Damián: «Ve, Francisco, repara mi casa que, como ves, está toda en ruinas». Esa casa que hay que reparar nos concierne a todos. Se trata de la Iglesia, de la sociedad, del corazón de cada uno de nosotros. Se trata también cada vez más del medio ambiente que necesita con urgencia una economía saludable y un desarrollo sostenible que cure sus heridas y garantice un futuro digno.

Frente a esta urgencia, todos, absolutamente todos, estamos llamados a revisar nuestros esquemas mentales y morales, para que puedan estar más en conformidad con los mandamientos de Dios y con las exigencias del bien común. Pero he pensado en invitar de forma especial a vosotros los jóvenes porque, con vuestros deseos de un porvenir hermoso y feliz, ya sois profecía de una economía que se preocupa por la persona y por el medio ambiente.

Queridos jóvenes, sé que sois capaces de escuchar con el corazón los gritos cada vez más angustiosos de la tierra y de sus pobres en busca de ayuda y de responsabilidad, es decir, de alguien que “responda” y no dé la espalda. Si escucháis a vuestro corazón, os sentiréis portadores de una cultura valiente y no tendréis miedo de arriesgaros y de comprometeros en la construcción de una nueva sociedad. ¡Jesús resucitado es nuestra fortaleza! Como os dije en Panamá y escribí en la Exhortación apostólica post-sinodal Christus Vivit: «¡Por favor, no dejen que otros sean los protagonistas del cambio! ¡Ustedes son los que tienen el futuro! Por ustedes entra el futuro en el mundo. A ustedes les pido que también sean protagonista de este cambio. [...] Les pido que sean constructores del mundo, que se metan en el trabajo por un mundo mejor» (n. 174).

Vuestras universidades, vuestras empresas, vuestras organizaciones son canteras de esperanza para construir otras formas de entender la economía y el progreso, para combatir la cultura del descarte, para dar voz a los que no la tienen, para proponer nuevos estilos de vida. Mientras nuestro sistema económico y social produzca una sola víctima y haya una sola persona descartada, no habrá una fiesta de fraternidad universal.

Por eso deseo encontrarme con vosotros en Asís: para promover juntos, a través de un “pacto” común, un proceso de cambio global que vea en comunión de intenciones no solo a los que tienen el don de la fe, sino a todos los hombres de buena voluntad, más allá de las diferencias de credo y de nacionalidad, unidos por un ideal de fraternidad atento sobre todo a los pobres y a los excluidos. Invito a cada uno de vosotros a ser protagonista de este pacto, asumiendo un compromiso individual y colectivo para cultivar juntos el sueño de un nuevo humanismo que responda a las expectativas del hombre y al plan de Dios.

El nombre de este evento, “Economy of Francesco”, se refiere claramente al Santo de Asís y al Evangelio que vivió en total coherencia también en ámbito económico y social. Nos ofrece un ideal y, de alguna manera, un programa. Para mí, que he tomado su nombre, es fuente continua de inspiración.

Junto con vosotros, y por vosotros, lanzaré un llamamiento a algunos de los mejores cultores y cultoras de la ciencia económica, así como a los empresarios y empresarias que ya están comprometidos en todo el mundo con una economía que sea coherente con este marco ideal. Confío en que respondan. Y sobre todo confío en vosotros, jóvenes, capaces de soñar y listos para construir, con la ayuda de Dios, un mundo más justo y más bello.

La cita es para los días del 26 al 28 de marzo de 2020. Junto con el obispo de Asís, cuyo predecesor hace ocho siglos, Guido, recibió al joven Francisco en su casa en su gesto profético de desnudez, espero recibiros yo también. Os espero y desde ahora os saludo y os bendigo. Y por favor no os olvidéis de rezar por mí.

Del Vaticano, 1 de mayo de 2019, Memoria de San José Obrero

FRANCISCO

  • Inicio
  • Anterior
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5
  • 6
  • 7
  • 8
  • Siguiente
  • Final
Copyright © 2025 AlumniSJ. Todos los derechos reservados. By Hapcanny.com. Design & Development by HapCanny Pasión por la Excelencia Politica de Privacidad
Powered By HapCanny