Padre Pedro Arrupe SJ - Agosto 1977

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Consignas a la Federación Mundial de Antiguos Alumnos - P. Pedro Arrupe SJ

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La Asociación de Antiguos Alumnos (1) y los antiguos alumnos mis­mos están muy dentro de mi corazón. Creo que son algo que nos toca muy de cerca ya que son hechuras de la Compañía y al mismo tiempo son testimonio (positivo o negativo) de la educación que les hemos proporcionado. Su vida, sus actuaciones -si no cada una en particular-, en su conjunto, pueden mostrar lo que aprendieron de nosotros; lo cual es un testimonio, y al mismo tiempo, una gran responsabilidad: "por sus frutos los conoceréis ". Este es un argumento complejo y que nos llevaría muy lejos; no es este el momento de tratar de ello.

Por lo mismo que siento tan profundamente todo lo referente a los AA. AA.,  tanto personal como colectivamente,  he tratado, durante estos 12 años de Generalato, de estar en contacto con vosotros y  hacer por mi parte todo lo que he podido por conseguir que la Compañía os sirva lo mejor posible. Creo que se trata de un apostolado muy importante, sobre todo en estos días. En efecto, los cambios del mundo y de la Iglesia, nos obligan, creo yo, a ayudaros a completar vuestra formación a través de la "formación  permanente" para poneros al día en cuanto de nosotros dependa; y así, hacer que aquellos  a quienes formamos para un período anterior de la historia, sean también hombres de este tiempo moderno.

Como os decía antes, he procurado hacer lo que he podido aunque no haya sido mucho, para que las Asociaciones, tanto locales como na­cionales y mundiales, florezcan. Los resultados son muy modestos y en algunos  casos  casi  nulos;  tanto, que ha habido quien ha pensado que el esfuerzo era inútil.

Yo nunca me he resignado a entregarme con las manos atadas "vinc­tis manibus" sin antes procurar con más empeño y realismo que las cosas vayan adelante.

Tal vez  mis esfuerzos y los de la Compañía en general no han sido todo lo valiosos y eficaces que  debieran. Vosotros mismos nos lo ha­béis indicado repetidamente. En esto tal vez pueda descubrirse un círculo vicioso que, si no excusa, al menos explica la actitud de algunos Superiores de la Compañía: como las Asociaciones no son activas y no responden a lo que se espera de ellas, no merece la pena el destinar a tiempo pleno jesuitas valiosos que pueden ejercitar otros ministerios más importantes; y, al no destinar jesuitas adecuados y a tiempo pleno, los resultados eran prácticamente nulos.

Por otro lado la situación del mundo actual ha presentado dificultades de todo género: los cambios culturales que exigen una  compren­sión y una elasticidad para la que no estábais preparados, los cambios en la misma  Compañía al seguir las normas del Concilio Vaticano II y de las dos Congregaciones generales, que han desorientado a no pocos, viendo en esos cambios, direcciones muy preocupantes y pensando que la Compañía que se va formando no era la que ellos habían conocido en su tiempo. Por otro lado las nuevas generaciones, con unas ideas y modos de proceder y actitudes  muy distintas, crearon un "corte generacional" muy profundo con su lenguaje ininteligible, sus actitudes, su modo de vestir y, sobre todo, con una escala de valores enteramente diferente, produciendo en  algunas asociaciones una "quasi-ruptura" que a las dificultades tradicionales añadió otras de nuevo signo hasta ahora nunca experimentadas.

Así,  pues, esas dudas y tensiones entre vosotros y con la Compañía no ha ayudado ciertamente a que las asociaciones se creen y se desarrollen. Pero debemos ver la realidad como es, y sin desanimarnos por el próximo pasado. Debemos mirar al  futuro con gran optimismo, pues hoy creo que además de poder comprender mejor el modo de superar esas dificultades, podemos descubrir  una serie de  oportunidades y pun­tos positivos de los que debemos ser conscientes y utilizarlos, no digo simplemente para caer en la cuenta de nuestras limitaciones y, de los errores cometidos en el pasado, sino para tratar de aprovechar al máximo todo aquello que en las presentes circunstancias puede ayudarnos a realizar el ideal de las Asociaciones de un modo más eficaz.

[1)  A  la Federación Mundial  de Antiguos  Alumnos  de  la Compañía , Padua, agosto  1977.

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