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POSIBILIDADES Y REQUISITOS
Cantidad: Las estadísticas (aproximativas) dan unos 500.000 alumnos organizados y tal vez 2.000.000 sin organizar. No creo que sea necesario dejar que sueñe nuestra imaginación para comprender las posibilidades que este número encierra, sobre todo cuando se considera la variedad de edades. sexo, países, culturas, clases sociales, religiones, profesiones, etc.
Esta gama tan completa y tan variada abre posibilidades de realizar un servicio a la humanidad que merece ser considerado detenidamente y que no es el momento de desarrollar.
Calidad: Me refiero ahora no tanto a las personas cuanto a las actividades posibles. No solamente en la propia nación (influjo científico, social, profesional, religioso, técnico, caritativo, educativo , gubernamental, etc.) . Sino además. dada la variedad y cantidad de países en que es tamos representados, en el orden internacional. Actividades que desde el punto de vista humano, cultural y religioso, pueden tener un influjo grande, si sabemos crear las estructuras para la comunicación y colaboración internacional. Aquí es donde la Unión mundial tendrá un papel muy importante.
lnculturación: Es un problema muy actual y agudo en el mundo en que las asociaciones, tanto locales como mundial, pueden hacer un gran servicio.
Hablar de inculturación precisamente en el momento en que asistimos a profundos cambios de la cultura humana y de la historia de la humanidad, en que se habla de desmoronamiento o desintegración de la cultura occidental, de revolución cultural en el oriente con metástasis en el occidente, puede parecer imposible, o cuando menos inoportuno. Y sin embargo, esta coyuntura, en que la cultura y el mismo hombre se encuentran desorientados y presas de un profundo escepticismo, aun frente a los que merecería más estima, (como es la ciencia y la evolución social), quizás sea el momento más oportuno para que la Iglesia y la Compañía, y en ella los AA. AA. puedan desempeñar un papel importante de orientación, de animación, haciéndose válidos interlocutores de esa humanidad que se diría está cayendo en el caos sin nada a que asirse.
En el fondo de las actuales tensiones, nacionalismos exclusivistas, antiimperialismos, y aun persecuciones, genocidios y guerras, se descubre un impulso que, inconsciente, pero segura y rápidamente, va conduciendo hacia un ideal de humanidad considerada como una gran familia, con una herencia común, que tiene como base la identidad de la naturaleza humana y que conserva los valores de una preciosa y abigarrada variedad.
Aparece, pues, claro que este problema de la inculturación es vastísimo y complejo; que debe ser estudiado, y que las diversas AA. AA. pueden ser para ello una gran ayuda.