GUÍA: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
GUÍA: (Se encienden las dos velas de los domingos anteriores, se apagan las luces) Lectura del evangelio según san Mateo 11, 2-11:
Juan oyó hablar en la cárcel de la actividad del Mesías y le envió este mensaje por medio de sus discípulos:
—¿Eres tú el que había de venir o tenemos que esperar a otro?
Jesús respondió: —Vayan a contar a Juan lo que ustedes ven y oyen: los ciegos recobran la vista, los cojos caminan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, los pobres reciben la Buena Noticia; y, ¡feliz el que no tropieza por mi causa!
Cuando se fueron, se puso Jesús a hablar de Juan a la multitud:
—¿Qué salieron a contemplar en el desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? ¿Qué salieron a ver? ¿Un hombre elegantemente vestido?
Miren, los que visten elegantemente habitan en los palacios reales. Entonces, ¿qué salieron a ver? ¿Un profeta? Les digo que sí, y más que profeta.
A éste se refiere lo que está escrito: Mira, yo envío por delante a mi mensajero para que te prepare el camino. Les aseguro, de los nacidos de mujer no ha surgido aún uno mayor que Juan el Bautista. Y, sin embargo, el último en el reino de los cielos es mayor que él. Palabra del Señor.
TODOS: Gloria a ti, Señor Jesús.
GUÍA: (Breve pausa para reflexionar) Meditemos en silencio la Palabra de Dios y dialoguemos en familia con esta pregunta ¿Qué actitudes y gestos comunican el mensaje de que Jesús nos ama?
GUÍA: (Un miembro de la familia enciende la tercera vela) Señor Jesús eres tú a quien esperamos. Eres tú a quien anhelamos. Tu presencia en nuestras vidas nos hace fuertes y consecuentes como lo fue Juan Bautista, envíanos tu luz y tu verdad. Cuando encendemos estas tres velas cada uno de nosotros quiere ser antorcha tuya para que brilles, llama para que calientes. ¡Ven, ¡Señor, a salvarnos, envuélvenos en tu luz, enciéndenos en tu amor!
TODOS: ¡Ven, Señor Jesús!
GUÍA: A cada petición respondemos: R/. ¡Señor, que no perdamos la alegría!
Cuando el dolor nos golpea y nos cuesta levantarnos. R/.
Cuando sentimos que somos despreciados y maltratados. R/.
Cuando nos falta el trabajo y el pan de cada día. R/.
TODOS: (se toman de la mano y rezan juntos, unidos en una sola voz) Padre Nuestro...
GUÍA: Querida Madre de Dios, que viviste con alegría los nueve meses de tu Adviento llevando al Niño Dios en tu seno, ayúdanos con tu oración para que no se borre nunca de nuestro corazón la alegría que nos trae Jesús. Amén.
Fuente: Colegio San José, agradecemos al P. Juan Carlos Gutierrez SJ por compartirlo con toda la familia AlumniSJ.