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4. Hacia una comunidad global
31. Desde hace algunos años nuestras obras educativas, y en general todas nuestras obras, han ido aprendiendo a trabajar en red e ir superando las fronteras institucionales, locales o nacionales. Para muchas de nuestras instituciones educativas el reto no ha sido fácil. Muchos de nuestros colegios se consolidaron gracias a sus profundas raíces locales. Esas raíces locales siguen siendo una condición sin la cual no es posible imaginar el trabajo educativo que hacemos. Pero también nos ubicamos en una tradición que, desde siempre, ha tenido la perspectiva universal de la misión que se deriva del evangelio. Hoy contamos con recursos abundantes para consolidar redes regionales y globales que nos ayuden a poner en práctica lo que el Papa Francisco ha expresado tan bien en su encíclica Fratelli Tutti, el deseo profundo de reconocernos todos como miembros de una hermandad mundial: “soñemos como una única humanidad, como caminantes de la misma carne humana, como hijos de esta misma tierra que nos cobija a todos, cada uno con la riqueza de su fe o de sus convicciones, cada uno con su propia voz, todos hermanos.” (No.8)
32. La invitación que nos hizo la CG 35ª a caminar como un cuerpo universal con una misión universal avivó esta nueva conciencia de nuestra común humanidad y de nuestra mutua responsabilidad incluso por aquellos que no pertenecen a nuestros grupos o culturas de referencia.
Los colegios y universidades, inspirados por la Compañía de Jesús, han caminado rápidamente en esa dirección en los últimos años. Las universidades crearon la Asociación Internacional de Universidades de la Compañía de Jesús (IAJU, en inglés) en 2018. Los colegios han lanzado su propia red global el año pasado como culminación de un largo camino de trabajo en red global que está ayudando a nuestros colegios a caer en cuenta del inmenso potencial apostólico que se desarrolla cuando se trabaja en redes internacionales.
33. Se han venido desarrollando programas importantes que antes no teníamos: educación para la ciudadanía global, cuidado del medio ambiente, políticas para la creación de ambientes sanos y protegidos, comunidades globales como Educate Magis y muchas otras. Las posibilidades de colaboración de los antiguos alumnos en estas áreas son inmensas, pero también exige pasar de la mentalidad de mi asociación a sentirse comunidad global capaz de colaborar sin límites locales.
Quiero animarlos a continuar la experiencia de abrir las asociaciones a todos los exalumnos de un área geográfica, a la creación de nuevas estructuras en la que encuentren espacio todas las personas que han pasado por alguna de las instituciones inspiradas por la Compañía de Jesús e, incluso, aquellos que se sienten llamados a unirse como colaboradores en la misión común. Ustedes lo han claramente expresado en la convocatoria a este congreso: los antiguos alumnos deben verse como miembros de una comunidad global al servicio local, nacional e internacional.
34. El Papa Francisco ha convocado un nuevo pacto educativo global con el fin de trazar los nuevos caminos para una educación que pueda responder a los desafíos de los que hemos venido hablando.
Este nuevo pacto educativo quiere impulsar la educación de calidad como un derecho humano, una educación de calidad “para unir esfuerzos para alcanzar una alianza educativa amplia, con vistas a formas personas maduras, capaces de reconstruir el tejido relacional y crear una humanidad más fraterna.”(Discurso 7 de febrero de 2020).
35. Participar en este pacto es una posibilidad enorme para que ustedes como antiguos alumnos y nosotros como Compañía de Jesús podamos contribuir con nuestra experiencia e ideas a una educación de calidad que llegue a todos, especialmente a los más marginados del mundo. Sé que muchos de nuestros exalumnos se han entusiasmado con estas posibilidades y han ofrecido sus conocimientos, tiempo y recursos para hacerlo realidad. He visto a nuestros exalumnos colaborando con cariño y profesionalismo en los proyectos educativos de los campos de refugiadosdel Servicio Jesuita a Refugiados (JRS), en nuestras escuelas de Fe y Alegría, de Cristo Rey, de Nativity… y muchos otros proyectos que buscan hacer realidad y responder al llamado del Papa por un nuevo pacto educativo, al que también se ha unido la UNESCO con su propio llamado a un nuevo contrato social para la educación. No hay mejor forma de agradecer la calidad de la educación recibida que compartirla con otros y de trabajar para que todas las personas puedan acceder a una educación de calidad.