Barcelona, España 14 de julio de 2022

Los antiguos alumnos de la Compañía de Jesús invitados a ser compañeros en la misión de reconciliación y justicia en nuestro mundo actual

Escrito por
Discurso del P. Arturo Sosa SJ en el X Congreso de la Unión Mundial de Antiguos Alumnos de la Compañía de Jesús (WUJA) - 3. Colaboración en el corazón de la misión

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3. Colaboración en el corazón de la misión

20. Todo lo anterior nos lleva a una consideración importante que quiero serles sincero siento profundamente en mi corazón. La invitación que el Señor nos está haciendo para que ustedes y nosotros, es decir, la Compañía de Jesús y sus antiguos alumnos es que aprendamos a colaborar como compañeros en la misión compartida. Tengo que ser sincero, no ha sido fácil para nosotros jesuitas reconocer que el Señor nos ha estado llamando a compartir aquello que llegamos a creer,era exclusivo nuestro, nuestra misión con otros. Como es usual el Señor ha sido paciente con nosotros y nos ha ido enseñando que somos la mínima Compañía y que tenemos que aprender a trabajar con muchos otros en la misión que Dios le ha confiado a su Hijo Jesús y este a la Iglesia.

21. El proceso de aprendizaje no está siendo fácil. Al principio abrimos las puertas de nuestras obras apostólicas a otros por pura necesidad. Nos ha tomado tiempo reconocer que nuestras obras y colegios podían ser mejores si otros religiosos, religiosas y personas laicas se unían a nuestro trabajo y aportaban sus dones. Incluso llegamos a cerrar obras y colegios porque no teníamos suficientes jesuitas, a pesar de que muchos otros se mostraban dispuestos a colaborar en la misión.

Es verdad que la colaboración masiva de los laicos comenzó en muchos casos como respuesta a una crisis vocacional. En otros casos ante la magnitud de las necesidades del servicio educativo o pastoral, se comenzó trabajando en equipos más amplios. Hoy reconocemos que esta situación nos ha abierto la oportunidad de trabajar con muchas otras personas que han enriquecido nuestras obras, las han impulsado y las han hecho mejores. Por eso hoy, más allá de los números, hemos entendido que Dios nos llamaba a una cultura de la colaboración en la que cada uno aporta susdones en una expresión bellísima del cuerpo apostólico donde todos realizan una labor complementaria y mutuamente enriquecedora.

22. A estas alturas ni siquiera imaginamos instituciones educativas o trabajos apostólicos sin equipos plurales en los que convergen distintas vocaciones de servicio junto a los jesuitas. Incluso en muchos casos, somos más bien nosotros los jesuitas los que colaboramos con otros para llevar adelante las obras. La colaboración es una forma concreta de vivir la eclesialidad expresada en el Concilio Vaticano II, es decir, una Iglesia que se sabe y entiende como el Pueblo de Dios en marcha donde cada uno contribuye desde su identidad y talentos. Nadie sobra ni es prescindible. Todos somos colaboradores en la misión de Cristo. Esa es una dimensión clave de nuestra identidad.

23. La llamada a la colaboración incluye, sin duda, reconocer el inmenso potencial apostólico que se encuentra en ustedes los antiguos alumnos. ¿Qué tal si dejamos volar nuestra imaginación y consideramos las posibilidades que se abren si ustedes y nosotros decidiéramos unir mejor nuestrasfuerzas, nuestros sueños y trabajo para colaborar en la construcción de “ese cielo nuevo y esa tierra nueva” (Apocalipsis 21, 1) que nos propone la escritura?

24. ¿Qué tal si las Preferencias Apostólicas Universales orientaran el trabajo tanto de la Compañía de Jesús como de la Asociación Mundial de Antiguos Alumnos de la Compañía de Jesús (WUJA)y de cada una de las asociaciones de antiguos alumnos? ¿Qué tal si compartimos nuestra creatividad y esfuerzos para mostrar el camino hacia Dios en un mundo donde la sonrisa es esquiva, la esperanza escasa y el hambre de sentido crece? ¿Qué tal si todos, desde su propia situación y condición pudiéramos caminar junto a los pobres del mundo para promover la justicia social y el cambio de las estructuras que nos están ahogando como humanidad? ¿Qué tal si pudiéramos acompañar a los jóvenes, tanto en nuestras obras educativas, como en sus familias y en nuestro mundo en la creación de un futuro verdaderamente esperanzador donde el ser sea más importante que el tener? ¿Qué tal si nos unimos para colaborar entre nosotros y con muchos otros en el cuidado de la casa común y convirtiéramos nuestras escuelas, comunidades y hogares en modelos alternativos de una vida donde se muestre una verdadera conversión ecológica como lo pide el Papa Francisco en Laudato Si’?

25. Este sería un nuevo caminar para todos nosotros. Sería como lo expresó bien el poeta una oportunidad “para hacer camino al andar.” Así como en 1973 el P. Arrupe reconocía que no habíamos preparado nuestros alumnos para la justicia, hoy tendríamos que reconocer con la misma sinceridad y humildad que no los hemos preparado para hacernos compañeros apostólicos en la misión compartida. Pero hoy como ayer confiamos que todos nosotros hemos sido contagiados suficientemente con el virus de la ignacianidad, como lo expresaba el P. Adolfo Nicolás, S.J., para que podamos ser audaces y recorrer con generosidad el camino de la colaboración en la misión.

26. Este es el gran reto que se pone delante a ustedes y a nosotros. Tengo la impresión de que muchos de nuestros antiguos alumnos, sobre todo los más jóvenes, están sedientos y listos para una relación con la Compañía que vaya más allá de la nostalgia y el recuerdo agradecido del pasado. A nosotros, jesuitas y cuerpo apostólico de la Compañía, el Señor nos está llamando insistentemente a abrirnos a una amplia colaboración con otros, a compartir lo que somos y tenemos, aprender de otros y enriquecernos de la rica diversidad que muestra la generosidad de los dones que Dios reparte a toda la humanidad. Ustedes han bebido de la espiritualidad ignaciana y de ese magis ignaciano que nos lleva a la insatisfacción por las cosas como son cuando podrían ser mejores. ¿Cómo ponemos en práctica modos novedosos de colaborar juntos en la reconciliación de todas las cosas en Cristo?

27. Estoy seguro de que tanto el Comité Ejecutivo de WUJA como el comité organizador de este congreso quieren trabajar en esta dirección. Ustedes han expresado su deseo de trabajar más de cerca con la Compañía de Jesús como una fuerza apostólica al servicio de una misión común. ¿Qué podría surgir de bueno si una cultura de la colaboración entre los antiguos alumnos y la Compañía de Jesús multiplicara el trabajo apostólico conjunto siguiendo el estilo de Jesús inspirado a Ignacio de Loyola?

28. En verdad siento que no podemos ignorar por más tiempo está llamada tan clara e insistente.
Tengamos la audacia que adquirió Ignacio cuando eligió seguir la llamada que sintió con fuerza en estas tierras catalanas de Manresa y Monserrat, en sus ratos de oración ante la imagen de Santa María del Mar, aquí en Barcelona, donde ayer también nosotros la invocamos para pedir su protección y su guía e intercesión para obtener la gracia necesaria para el éxito de este congreso.
Vale la pena recordar que cuando Ignacio caminó, oró, discernió y eligió un nuevo estilo de vida en estas tierras era un laico que se dejó llevar por un deseo grande de dejarse transformar por el Espíritu Santo.

29. En estos últimos años ustedes, como la Compañía de Jesús, han ido caminando en esta dirección de un trabajo conjunto en colaboración generosa en la misión de Jesucristo. En su página web WUJA afirma que su fin es de construir las relaciones internacionales entre los antiguos alumnos y “de contribuir a la misión de la Compañía de Jesús y de promover la dinámica universal de la enseñanza jesuita.” El Comité Ejecutivo que ha sido elegido en esta ocasión tiene, por consiguiente, una señal clara del camino por el cual seguir avanzando. Junto a felicitarlos por suelección, agradecerles la generosidad para dar su tiempo y energía, los confirmo en ese camino a recorrer como seguimiento de las llamadas recibidas.

30. El camino de renovación será más profundo y eficiente mientras mejor se logre la incorporación de los más jóvenes, sobre todo de tantas antiguas alumnas que, con su sensibilidad femenina, sabiduría y experiencia pueden enriquecer en tantas dimensiones las asociaciones locales e internacionales. Eso es lo que está sucediendo en el trabajo educativo en nuestras instituciones desde que de la contribución de la mujer se ha incorporado en su cotidianidad. La educación bajo la inspiración de la Compañía de Jesús es hoy impensable sin el aporte cualitativo, sin la dedicación y profundidad humana y espiritual de miles de mujeres comprometidas en ella.

AlumniSJ
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«Ser el principal y mayor punto de encuentro de todos los Antiguos Alumnos Jesuitas del Perú y del Mundo, así como de los Alumnos, familiares, colaboradores y amigos de todas las instituciones educativas y obras jesuitas alrededor del mundo»... es nuestro mayor sueño.

Creemos que un Mundo Mejor es posible, seguimos el camino de San Ignacio a través de su deseo de “buscar y hallar a Dios en todas las cosas”, tratamos de ser verdaderos y dignos discipulos de Jesús, amigos, hermanos y compañeros de Jesús, siguiendo su ejemplo , el “hombre para los demás” por excelencia, que con su palabra y su ejemplo nos enseñó la fuerza transformadora del amor.