Por Alfonso Indacochea Ballón

«Tuve la enorme satisfacción de compartir con tremendos seres humanos, que hicieron del basketball un medio para alcanzar nobles objetivos personales, en base a los valores y principios recibidos de sus padres, consolidados en su formación escolar, como miembros de la sociedad jesuita»

Publicado por
CLUB SAN JOSÉ «50 Años de Puro Sentimiento» - Roberto Flores Gutiérrez – Promoción Inmaculada 1985
1970 -2020  50 Años de Puro Sentimiento

1970 -2020 50 Años de Puro Sentimiento

Índice del artículo

Roberto Flores Gutiérrez – Promoción Inmaculada 1985

Mi experiencia en el Club Deportivo San José periodo 1988 - 1997

Soy miembro de la promoción Inmaculada ’85 y pongo de manifiesto mi experiencia como parte del equipo de básquet del Club San José, que tenía como base de equipos en sus diferentes a categorías a alumnos y exalumnos del Colegio San José.

Mi historia en el básquet empieza probablemente un domingo después de la tradicional misa en la Capilla del colegio, y que después de dicho acto litúrgico al cual asistí con mis padres -estando yo con 9 ó 10 años, en primaria aún- a modo de paseo por el Campus de Secundaria visitamos las canchas de básquet y encontramos a alguien más lanzando y jugando en un tablero, ante lo cual -y con el acompañamiento de mi padre- me involucré de manera espontánea y natural a lanzar un balón pesado a un aro a mi juicio en ese momento muy alto… fue tal vez ese primer contacto que me marcó algo que en el tiempo se convertiría en una forma de vivir y ver la vida, es decir, tomar retos para alcanzar objetivos y hacer esfuerzos y compromisos para poder lograrlo…

Para ser honesto, en primaria y específicamente en las clases de educación física es en donde me desencanté del básquet, pues básicamente se trataba de correr ansiosa y desordenadamente detrás de una pelota y encestarla a como dé lugar y, en ese contexto nadie orientaba ni podía orden respecto a una dinámica en la cual sólo los más fuertes, avezados y ciertamente egoístas imponían sus supuestas habilidades

En mi caso, mientras el colegio ignoraba las posibilidades que yo tenía para desarrollarme en el deporte el equipo de mi barrio, con una reconocida trayectoria en el básquet de Arequipa me convocó en el mismo parque al que salía a jugar canicas, trompo, montar bicicleta o simplemente jugar a la “bata" o “esconde - esconde” con los chicos del barrio, nos invitaron a mis amigos y a mí a jugar básquet en el equipo de la categoría infantil.

En el Colegio, cuando llegaba temprano cada mañana, antes del inicio de clases- y, mientras estaba en 2do y 3ro de secundaria, era muy emocionante ver al equipo de básquet del colegio conformado por los chicos de 4to y 5to año que entrenaban temprano de manera dedicada y esforzada; me llamaba mucho la atención y admiraba las habilidades y destrezas de esos muchachos, a quienes, luego que salieron del Colegio nunca los volví a ver ligados al deporte ni al básquet.

Pero la HISTORIA comienza realmente en 1984, cuando la selección de básquet del Colegio San José participa en el Campeonato Escolar de Arequipa que aglutinaba en ese momento a la mayoría de los colegios privados y estatales. El equipo estaba conformado por ocho jugadores de la promoción Claver ’84 de 5to año de secundaria, y cinco de mi promoción Inmaculada ’85, en ese momento en 4to de secundaria.

Fue una experiencia marcada por el entusiasmo, capacidades y compromiso de quienes en ese momento integrábamos la selección de básquet del colegio. Quien asumió la dirección técnica del equipo fue el profesor de Educación Física cuya especialidad era el atletismo.

El campeonato escolar de ese año estuvo marcado de innumerables matices, pues los partidos se realizaban a coliseo lleno, copado por estudiantes de los diferentes colegios participantes, en el Coliseo Cerrado Arequipa de la Av. Independencia. En lo personal, pude percibir por experiencia propia las diferencias sociales y económicas que se mezclaban en un sólo recinto y que creo supimos enfrentar con respeto y tolerancia hacia todos nuestros rivales de turno.

Después de campeonar a nivel de Arequipa nos tocó jugar el campeonato regional en la ciudad de Ilo que era el escaño previo para poder llegar al campeonato nacional en la ciudad de Lima. Viajar a Ilo fue una experiencia maravillosa que contó con la participación de todos y la compañía del director del Colegio, Juan Luis Lazarte S.J., algunos padres de familia y exalumnos, además ligados al básquet. La competencia en Ilo fue ganada y eso nos dio el pase al Campeonato Nacional. Mis recuerdos se centran en los partidos, pero sobre todo en la experiencia de compartir el viaje en el bus, la estancia en el hotel de Ilo, el paseo en bote en el mar y el riquísimo pollito con papas que merecidamente disfrutamos todos juntos después de haber sido campeones regionales escolares de básquet.

Ya de vuelta en Arequipa, nuestra condición de equipo sin una solvente dirección técnica cambió y se formó un comando técnico, conformado por Pepe Lira (exalumno San Jose 72, exjugador del Club) y Gustavo Rivera Romero (ex profesor de educación Física). En la preparación para el campeonato nacional fue cuando realmente entrenamos como equipo a nivel técnico y táctico, sin embargo, nada de fundamentos. Por cuestiones reglamentarias, el equipo se restructuró y quedamos 12 jugadores, siete de la Claver 84, 4 de la Inmaculada ‘85 y se incorporó a uno de Loyola ’87, 2º de secundaria.
Ya en Lima, los equipos que enfrentábamos nos hacían conocer su mayor experiencia y eficacia y no tuvimos un buen resultado, pero a pesar de ello, la ilusión y entusiasmo era muy fuerte sobre todo para los que sabíamos que aun teníamos al menos un año más en el colegio y sentíamos que se nos abría una perspectiva diferente en el deporte y a nivel personal ligada a la práctica del básquet.

Ya en el ’85 se sumaron al equipo de básquet del Colegio chicos de la promoción Kotska ’86. Ese año entrenábamos a la salida de clases al menos 2 ó 3 veces por semana, jugábamos en los recreos y refrigerios la clásica pichanguita, pero sobre todo pasó algo maravilloso y es que los jugadores de la selección nos hicimos amigos, un grupo de amigos que nos juntábamos no sólo para jugar sino para salir a fiestas, reuniones y demás… Y, nos reconocíamos como grupo, como equipo y como amigos; además de compañeros de promoción.

Cuando terminé la secundaria me fui a seguir mis estudios fuera del Perú; Regresé en 1987 y ya el Club Deportivo San José estaba compitiendo en Liga de Arequipa desde el ’85. Me registré en el Club y fue mi reencuentro con los “amigos del cole”, Así, mi primera experiencia en el Club San José fue en campeonato juvenil del ’88; dos años después, 1990, aun estando en Primera División, fue muy gratificante porque obtuvimos el campeonato de Arequipa. A partir de ese momento la idea de jugar básquet en el Club San José ya no solo pasaba por participar en los campeonatos promocionales sino en el crecimiento como equipo e institución; que además era un proceso que ya se venía dando a nivel de Liga de Arequipa desde el ’85.

La meta que como equipo teníamos era subir a la categoría superior y para ello teníamos que vencer a nuestros ocasionales rivales. Fueron innumerables “batallas” que libramos en el coliseo Arequipa y Coliseo Municipal, ya que recuerdo lo duro que era ganar cada uno de esos partidos, no sólo por la complejidad del juego colectivo en sí, sino por la práctica desleal de los rivales que siendo mayores que nosotros solían dar golpes antideportivos con el sólo afán de dañarnos, humillarnos y ganar los partidos y eso, por injusto que fue, solo nos enseñó a ser más fuertes y respetuosos con el rival y con nosotros mismos como equipo, ahí comprendimos la frase “ mientras mayor es la lucha más glorioso es el triunfo”

En 1991 ascendimos a la categoría Superior en la que se incorporaron al equipo jugadores de nuestra divisiones promocionales o exalumnos. Recuerdo que eran campeonatos complicados, marcados por la injusticia y la informalidad -que además eran un fiel reflejo de nuestra realidad-, éramos bastante jóvenes cuando ganamos el campeonato de Primeras que nos permitió ascender a la Superior.

Equipo de Basketball 1991

 

Recuerdo mucho los entrenamientos nocturnos, muy nocturnos, a las 11pm en el coliseo Municipal, después de que terminaba la fecha del campeonato femenino, pues era la hora de la que disponíamos para entrenar después de nuestras labores académicas; la mayoría éramos estudiantes universitarios y algunos del equipo aún estaban en los últimos años del colegio; además, era la única hora disponible del Coliseo Municipal como recinto cerrado para poder entrenar de noche resguardándonos del frio intenso de las noches arequipeñas. Recuerdo también como la mayoría de nosotros llevaba sus libros y cuadernos de la universidad para poder repasarlos antes del entrenamiento, pues siempre había labores académicas que eran nuestra responsabilidad y requerían de nuestra permanente atención y dedicación. Combinábamos por voluntad propia el deseo de jugar, entrenar con nuestra responsabilidad de estudiantes; con el tiempo aprendí que eso se llama disciplina, compromiso y perseverancia.

Era también muy significativa la famosa REPARTICIÓN de jugadores después del entrenamiento, pues entrábamos hasta 10 personas en una camioneta station wagon y nos iban dejando uno por uno en nuestras casas sanos y salvos.

Jugar en el San José en ese momento era más que jugar, era encontrarte con tus amigos, reírte de todo, celebrar el solo hecho de ser amigos. Tuvimos entrenadores de diferentes matices que nos transmitían su forma de ver el básquet y de quienes aprendimos muchas cosas, pero, sin embargo, pienso que no supieron encajar en el espíritu y mística del equipo que carga el espíritu y mística del Colegio y la formación Jesuita arraigada en cada uno de nosotros.

Nuestra participación en la liga Superior estaba llena de altibajos, aun no nos consolidábamos plenamente como un equipo competitivo, a pesar de que dábamos pelea siempre y muestras de un rendimiento eficiente y lucido como equipo.

Todas estas experiencias determinaron entre broma y broma la formación del SINDICATO que en nuestro imaginario representaba una suerte de defensa de los derechos del jugador -que éramos esencialmente nosotros- y, a través de esta suerte de asociación imaginara pretendíamos reivindicarlo solapadamente, hasta la fecha; los recuerdos de esa actitud contestataria de grupo nos emocionan y saca sonrisas a quienes pertenecimos al equipo y felizmente aún nos frecuentamos.

Entre el ’90 y ’91 llegó al equipo el entrenador Marcelo Elías, quien si entendió el sentido de nuestra formación y le dio al grupo fortaleza psicológica y una estructura de equipo. Lamentablemente se fue del Perú y tiempo después falleció. Una gran persona.

Desde el ’87 varios de nosotros fuimos convocados a ser parte de los seleccionados de Arequipa y en nuestra participación se lograron sendos campeonatos trayendo lustros para la ciudad que nos vio nacer. Así también, en el ’89, ’90 y el '91, el “Flaco” Zegarra y yo fuimos directores técnicos de los equipos de mini básquet del Club San José y conseguimos los campeonatos de mini básquet de Arequipa, situación que nos permitió ser directores técnicos de las selecciones de mini básquet de Arequipa, en las que destacaron jugadores estudiantes del Colegio San José y por ende del Club, el sub campeonato nacional en Chiclayo en 1989, el campeonato sudamericano en Sucre - Bolivia 1990 y el campeonato nacional en Lima en 1991.

Recuerdo mucho los entrenamientos los días sábado y domingo por la mañana en las canchas del colegio que solía terminar con un refrescante chapuzón en la piscina del colegio y, desde luego los entrenamientos a media semana por la noche (golpe de 11pm) en las instalaciones del Coliseo Municipal.

 

Chapuzón en la piscina del colegio

 

En el año ’92 hicimos algunos viajes Mollendo y Tacna para jugar con equipos locales a fin de lograr una preparación competitiva que permitiese mejorar nuestro rendimiento como equipo.

Así en el ’93 además de participar en el campeonato superior de Arequipa se presentó la oportunidad de participar en un campeonato internacional organizado por el mismo Club San José; recuerdo que participaron equipos de Chile, Bolivia y Lima; cada equipo tenía refuerzos de jugadores extranjeros (estadounidenses) y nosotros no fuimos la excepción. Ese año nos preparamos muy duro para enfrentar ese reto de dimensiones diferentes a las que estábamos normalmente acostumbrados. Hasta que el campeonato llegó y sentimos la pegada de jugar contra equipos muy físicos y técnicamente de mejor nivel, pero igual el roce fue sumamente enriquecedor.

En el año ’94 sucedió un episodio especialmente significativo que no pude entender a cabalidad en su momento, pues se trataba de una irregularidad que un club estaba cometiendo, avalada por la Liga. Cuando nos tocó jugar con ese Club decidimos no jugar y como consecuencia de ello y otras circunstancias, perdimos la categoría.

Así en el ’95 jugamos en Primeras, pero con responsabilidad, compromiso y vergüenza deportiva campeonamos en el duro trajín que significaba luchar en una suerte de liguilla que podría compararse con la Copa Perú en el Fútbol.

En el ’96 nuestra vuelta a la Categoría Superior no fue tan auspiciosa y sentimos la pegada también de reconfortarnos como equipo. Así llego el ’97 y con él la renovación de jugadores más jóvenes y talentosos y con ellos logramos el Campeonato de Arequipa de la División Superior. El equipo se consolidó con la presencia, como entrenador, del cubano Coca y, en mi caso la historia termina ahí pues decidí abocarme a mi carrera profesional y la demanda de tiempo y dedicación ya no me permitió acompañar al equipo.

Así, mi experiencia en el Club San José va más allá de una práctica deportiva o de logros deportivos, y que probablemente en ese momento no las podía dilucidar o entender en su verdadera dimensión y que hoy con el paso de los años y con esa serenidad y capacidad reflexiva que uno va aprendiendo con el tiempo, puedo finalmente afirmar que mi experiencia se traduce a una real y significativa adquisición de hábitos y formas de ser en todos los campos de la vida: personal, afectiva, laboral, profesional e incluso espiritual; pues adquirí valores. P. Ej. El compromiso con mis compañeros, el equipo, la institución y conmigo mismo; aprendí a tolerar a los demás -compañeros y rivales- respetándolos por lo que son con sus virtudes y errores ... aprendí a ser disciplinado y constante, a ser solidario, a respetar las reglas, a respetarme a mí mismo, a amar lo que uno hace, a sentirme orgulloso de mis compañeros, de mi equipo y de mí mismo... aprendí a valorar la vida misma y a sentirme como un Niño siempre con ilusiones y sueños... y, sigo aprendiendo ...

Y aprendí -sobre todo- que en la vida el principal obstáculo para lograr algo es uno mismo, así que vivir la vida, se trata de vencerse día a día uno mismo

Casi 20 años después ya todos pisando la base 4, nos volvimos a juntar como equipo para seguir practicando el básquet como Equipo San José en la Liga Interna del Club Internacional y a la fecha seguimos dándole…

 

Equipo del San José en la Liga Interna del Club Internacional
AlumniSJ
Administrador

«Ser el principal y mayor punto de encuentro de todos los Antiguos Alumnos Jesuitas del Perú y del Mundo, así como de los Alumnos, familiares, colaboradores y amigos de todas las instituciones educativas y obras jesuitas alrededor del mundo»... es nuestro mayor sueño.

Creemos que un Mundo Mejor es posible, seguimos el camino de San Ignacio a través de su deseo de “buscar y hallar a Dios en todas las cosas”, tratamos de ser verdaderos y dignos discipulos de Jesús, amigos, hermanos y compañeros de Jesús, siguiendo su ejemplo , el “hombre para los demás” por excelencia, que con su palabra y su ejemplo nos enseñó la fuerza transformadora del amor.