Homilia del lunes 23 de marzo.
Lecturas: Isaías 65,17-25. Salmo 29 y Juan 4,43-54.
P. Fernando Jiménez Figueruela SJ
La primera lectura de hoy está tomada del Tercer Isaías. El libro del mismo nombre contiene las palabras de por lo menos tres autores distintos y que vivieron también en diferentes épocas. Este autor del que casi nada se sabe, predica después del regreso del exilio. Por eso sus palabras están llenas de esperanza. Los judíos han podido volver a su tierra después de setenta años. Dios no les ha fallado. Una vez más ha cumplido sus promesas. En el texto que leemos hoy nos habla del mundo futuro, pues Dios va a crear un cielo nuevo y una nueva tierra. Ya no habrá llanto ni gemidos. La felicidad inundará la tierra porque los hombres vivirán como hermanos.
A esa salvación anunciada por el profeta, Jesús le llama el Reino de Dios que él hace presente de manera especial con sus milagros. Cada milagro es un signo de que el Reino de Dios ha llegado. Al igual que el perdón de los pecados y la predilección de Jesús por los más marginados. Los descartados de aquella sociedad y los de todas. Publicanos, pecadoras, toda aquella gente despreciada por los fariseos porque no eran tan santos cono ellos.
Cuando esta gente escucha y ve lo que hace Jesús, se sienten amados y perdonados por Dios, El Reino ha llegado a sus vidas,
En el evangelio vemos la curación de un muchacho. Ayer veíamos como Jesús curaba al ciego poniéndole barro en los ojos. Hoy lo cura a la distancia con solo su palabra. Jesús es el Señor de la vida. Pasa por el mundo poniendo a la gente en pie. Haciéndoles conscientes a todos de su inmensa dignidad por ser hijos de Dios. El papá del chico tenía fe. Se acerca a Jesús pidiendo su curación. La fe es la condición necesaria para que se realice el milagro. En otro pasaje del evangelio dice que Jesús no pudo hacer en ese lugar muchos milagros porque la gente no creía en él.
Ante la situación que estamos viviendo muchos se preguntarán ¿dónde está Dios?. Está en lo que sufren. Jesús ha compartido todo el dolor humano para darle sentido. ¿Qué sentido le estamos dando a nuestra situación actual?. Muchas personas están dando lo mejor de sí mismas, hasta el heroísmo. Muchas familias se están reencontrando. Surgen muchas ideas para aprovechar el tiempo. Acompañamos y consolamos por internet a los que más sufre. Esa presencia en línea es importante. Y también hay mucha gente pensando como diseñar un futuro mejor cuando la pandemia termine. Finalizo con el salmo: ¡te ensalzaré Señor porque me has librado!