Carta del P. Arturo Sosa SJ

«Las preferencias pretenden desencadenar un proceso de reanimación vital y creatividad apostólica que nos haga mejores servidores de la reconciliación y la justicia»

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Preferencias Apostólicas Universales de la Compañía de Jesús 2019 - 2029 - D. Colaborar en el cuidado de la Casa Común
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D. Colaborar en el cuidado de la Casa Común

En la encíclica Laudato Si’ el Papa Francisco nos recuerda la responsabilidad compartida de todos los seres humanos en el cuidado de la creación que muchos pueblos consideran “la madre tierra”. “Esta hermana clama por el daño que le provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella. (…) Por eso, entre los pobres más abandonados y maltratados, está nuestra oprimida y devastada tierra, que «gime y sufre dolores de parto»” (Rom 8,22) 7.

El daño a la tierra es, al mismo tiempo, un daño a los más vulnerables, como son los pueblos originarios, los campesinos obligados a emigrar y los habitantes de las periferias urbanas. La destrucción del medio ambiente que se está generando con el sistema económico dominante infringe un daño intergeneracional porque afecta no sólo a los actuales habitantes de la tierra – en particular a los más jóvenes–, sino que condiciona y arriesga la vida de las generaciones futuras.

Nos proponemos, desde lo que somos y con los medios a nuestro alcance, colaborar con otros en la construcción de modelos alternativos de vida basados en el respeto a la creación y en un desarrollo sostenible capaz de producir bienes que, justamente distribuidos, aseguren una vida digna a todos los seres humanos en nuestro planeta. La conservación en el tiempo de las condiciones de vida del planeta es una responsabilidad humana cargada de sentido ético y espiritual. Nuestra colaboración incluye participar en los esfuerzos por investigar y analizar en profundidad, apoyando una reflexión y un discernimiento que lleven a tomar las decisiones acertadas capaces de sanar las heridas ya infringidas al equilibrio ecológico. Ponemos especial cuidado en zonas tan decisivas para mantener el equilibrio de la naturaleza que hace posible la vida, como son el Amazonas, las cuencas del Congo, la India e Indonesia, así como grandes extensiones marinas. Hacerlo es una forma de rendir auténtico culto a la obra creadora de Dios. Se requieren decisiones audaces que eviten nuevos daños e inicien el cambio de modelo de vida necesario para aprovechar los bienes de la creación en beneficio de todos. En este proceso queremos estar activamente presentes.

Laudato Si’ recuerda que “la actitud básica de autotrascenderse, rompiendo la conciencia aislada y la autorreferencialidad, es la raíz que hace posible todo cuidado de los demás y del medio ambiente, y que hace brotar la reacción moral de considerar el impacto que provoca cada acción y cada decisión personal fuera de uno mismo” 8. Es lógico concluir que a los cristianos nos “hace falta entonces una conversión ecológica, que implica dejar brotar todas las consecuencias de su encuentro con Jesucristo en las relaciones con el mundo que los rodea. Vivir la vocación de ser protectores de la obra de Dios es parte esencial de una existencia virtuosa” 9.

Es necesario, por tanto, salir de uno mismo y cuidar con cariño de todo aquello que es bueno para los demás. Un modelo de vida humana reconciliada con la creación no será posible si no somos capaces de salir del individualismo y el inmovilismo.

La conversión para nosotros, jesuitas y compañeros/as en la misión, comienza por modificar los hábitos de vida propuestos por una estructura económica y cultural basada en el consumo de la producción irracional de bienes. La palabra del Papa Francisco nos anima en esta dirección: “Es muy noble asumir el deber de cuidar la creación con pequeñas acciones cotidianas, y es maravilloso que la educación sea capaz de motivarlas hasta conformar un estilo de vida” 10.

Laudato Si’, 2.

8 Laudato Si’, 208.

9 Laudato Si’, 217.

10 Laudato Si’, 211.

 

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«Ser el principal y mayor punto de encuentro de todos los Antiguos Alumnos Jesuitas del Perú y del Mundo, así como de los Alumnos, familiares, colaboradores y amigos de todas las instituciones educativas y obras jesuitas alrededor del mundo»... es nuestro mayor sueño.

Creemos que un Mundo Mejor es posible, seguimos el camino de San Ignacio a través de su deseo de “buscar y hallar a Dios en todas las cosas”, tratamos de ser verdaderos y dignos discipulos de Jesús, amigos, hermanos y compañeros de Jesús, siguiendo su ejemplo , el “hombre para los demás” por excelencia, que con su palabra y su ejemplo nos enseñó la fuerza transformadora del amor.