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A. Mostrar el camino hacia Dios mediante los Ejercicios Espirituales y el discernimiento
Sentimos que la sociedad secular hoy desafía profundamente a la Iglesia en su tarea de proclamar el Evangelio. Como creyentes nos urge superar tanto los secularismos como la nostalgia por expresiones culturales del pasado. Nos proponemos colaborar con la Iglesia a vivir la sociedad secular como un signo de los tiempos que ofrece la oportunidad de tener una renovada presencia en el seno de la historia humana. En la sociedad secular madura se abren espacios a las complejas dimensiones de la libertad humana entre las que destaca la libertad religiosa. En la sociedad secular madura se dan las condiciones para el surgimiento de ambientes propicios a procesos religiosos personales, independientes de la presión social o étnica, en los que es posible preguntarse a fondo y elegir libremente el seguimiento de Jesús, la pertenencia a la comunidad eclesial y un estilo de vida cristiana en los ámbitos social, económico, cultural y político.
Los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola constituyen un instrumento privilegiado para hacer presente al Señor Jesús, su vida y obra, en la diversidad de contextos sociales del mundo actual. Por tanto, nos proponemos vivir más a fondo los Ejercicios Espirituales de modo tal que nos lleven al encuentro personal y comunitario con Cristo y nos transformen 1.
Al mismo tiempo nos proponemos ofrecer los Ejercicios Espirituales en todas las modalidades posibles, abriendo a muchas personas, sobre todo jóvenes, la oportunidad de servirse de ellos para entrar o avanzar en el seguimiento de Cristo. Vivir los Ejercicios Espirituales y la espiritualidad que se deriva de ellos es nuestro modo preferencial de mostrar el camino hacia Dios a través del compromiso con la misión redentora de Jesucristo en la historia.
Nos empeñamos también en la promoción del discernimiento como un hábito para quienes eligen el seguimiento de Cristo. La Compañía de Jesús se compromete a practicar y difundir el discernimiento espiritual, personal y en común, como el modo ordinario de tomar decisiones guiadas por el Espíritu Santo en nuestra vida, obras apostólicas y en la comunidad eclesial. Es una opción por buscar y hallar la voluntad de Dios, siempre, dejándose conducir por el Espíritu Santo. A través del discernimiento en común de las preferencias apostólicas hemos experimentado una renovación en nuestro modo de proceder. Por eso, nos comprometemos a hacer uso habitual de la conversación espiritual y el discernimiento durante la puesta en práctica de las preferencias en todos los niveles de la vida-misión de la Compañía 2.
Queremos compartir con otros el descubrimiento más fundamental de nuestras vidas, a saber, cómo el discernimiento y los Ejercicios Espirituales de San Ignacio muestran el camino hacia Dios. Porque lo necesitamos, queremos seguir la llamada a profundizar el conocimiento y la experiencia de la espiritualidad ignaciana. Lo queremos hacer desde una fe viva, encarnada y consistente, alimentada por la familiaridad con Dios, fruto de una vida de oración. Una fe en diálogo con otras religiones y con todas las culturas. Nuestra fe se realiza en obras de justicia y reconciliación porque viene del Crucificado-Resucitado y nos lleva a los crucificados de este mundo para ser portadores de esperanza en la vida nueva que nos regala el Señor. Una fe vivida en comunidad que se convierte en testimonio de Esperanza.
1 Cf. CG 36, d. 1,18.
2 Cf. Papa Francisco, Gaudete et exsultate, 167 y 169.