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B. Caminar junto a los pobres, los descartados del mundo, los vulnerados en su dignidad en una misión de reconciliación y justicia
Enviados como compañeros en una misión de reconciliación y justicia, nos proponemos caminar con las personas y comunidades vulnerables, excluidas, marginadas, humanamente empobrecidas, las víctimas de los abusos de poder, conciencia o sexual; con los descartados de este mundo; con todos aquellos que la tradición bíblica conoce como los pobres de la tierra, a cuyo grito responde el Señor con su encarnación liberadora.
La condición necesaria para hacernos compañeros de camino al estilo de Jesús es, desde la cercanía a los pobres, “anunciar su Evangelio de esperanza a los innumerables pobres que habitan hoy nuestro mundo” 3. Acercarnos a los pobres significa dirigirnos hacia las periferias humanas y los márgenes de la sociedad, adoptando un estilo de vida y trabajo adecuado a esa situación para hacer creíble nuestro acompañamiento. Para alcanzar esta meta, nos comprometemos, en todos los niveles de la Compañía, a discernir quiénes son los más vulnerables y excluidos en nuestro entorno y encontrar el modo de caminar cercanos a ellos 4.
El camino que queremos hacer junto a los pobres es el de promover la justicia social y el cambio de las estructuras económicas, políticas y sociales generadoras de injusticia, como dimensión necesaria de la reconciliación de los seres humanos, los pueblos y sus culturas entre sí, con la naturaleza y con Dios. El cuidado de los pueblos originarios, sus culturas y derechos básicos ocupa un lugar especial en nuestro compromiso por la reconciliación y la justicia en todas sus dimensiones.
Confirmamos nuestro compromiso en la atención a los migrantes, desplazados, refugiados, víctimas de las guerras y del tráfico de personas; la defensa de la cultura y existencia digna de los pueblos originarios. Nos proponemos seguir contribuyendo a crear las condiciones para su acogida humana, acompañarlos en su proceso de integración en la sociedad y promover la defensa de sus derechos.
A través de la formación ciudadana, sobre todo entre quienes están a la base de la pirámide social, queremos contribuir a fortalecer la democracia política. Con la promoción de organizaciones sociales comprometidas en la búsqueda del Bien Común queremos ayudar a contrarrestar las nefastas consecuencias de las diversas formas del “neo-liberalismo”, del fundamentalismo y del populismo.
Nos comprometemos a contribuir en la eliminación de los abusos dentro y fuera de la Iglesia, buscando asegurar la escucha y apropiada atención a las víctimas, hacer justicia y reparar los daños causados. Este compromiso incluye la adopción de claras políticas de prevención de los abusos, la formación permanente de quienes están comprometidos en la misión y el esfuerzo por llegar hasta las raíces sociales en las que se generan los abusos, promoviendo efectivamente una cultura de la salvaguarda de todas las personas vulnerables, especialmente de los menores.
Con otras muchas personas e instituciones nos comprometemos a la promoción de una cultura de la hospitalidad 5 y de la salvaguarda de los derechos de los menores y personas vulnerables como resultado del cambio de las estructuras sociales 6.
Acompañar a los empobrecidos nos obliga a mejorar nuestros estudios, análisis y reflexión para comprender en profundidad los procesos económicos, políticos y sociales que generan tanta injusticia, y contribuir a la generación de modelos alternativos. Nos comprometemos a propiciar un proceso de mundialización/globalización en el que se reconozca la multiculturalidad como riqueza humana, se proteja la diversidad cultural y se promueva la interculturalidad.
Acompañamos a los pobres desde nuestra fe en Dios Padre de misericordia que invita a la reconciliación como fundamento de la nueva humanidad.
3 CG 35, d. 2,13.
4 Cf. CG 36, d. 1,15.
5 Cf. CG 36, d. 1,16.
6 Cf. CG 36, Asuntos confiados al P. General.