India, 3 de marzo 2019

Actual Padre General de la Compañía de Jesús

Actual Padre General de la Compañía de Jesús

Escrito por
Discurso del P. Arturo Sosa SJ a los Antiguos Alumnos Jesuitas de Bandra, India

El pasado 3 de marzo, el Padre Arturo Sosa SJ, Superior General de la Compañía de Jesús, se dirigió a los antiguos alumnos de los colegios y universidades jesuitas de Bandra, un suburbio predominantemente católico de la metrópoli de Bombay. En el marco de una gira por la India, el P. Arturo Sosa SJ recordó a los antiguos alumnos de la Compañía en Mahārāshtra los valores fundamentales que ha defendido desde su elección en septiembre de 2016 : la cooperación, el liderazgo y la reconciliación, así como la acción ante la urgencia.

Es para mí una gran alegría estar aquí y poder compartir con ustedes ideas y reflexiones. Su presencia aquí esta tarde es un signo del afecto que conservan hacia las instituciones de la Compañía en las que estudiaron. Significa también que siguen manteniendo los valores e ideales que absorbieron durante sus años de colegio y universidad. Les agradezco mucho el tiempo que han dedicado y el esfuerzo que supone haber pospuesto muchos de sus compromisos de trabajo y familia para estar aquí.

Las palabras que voy a dirigirles se dividirán básicamente en tres partes. La primera se ocupará de la misión de la Compañía de Jesús en el contexto actual. La segunda tratará sobre cómo hacer posible que Antiguos Alumnos y jesuitas participen unidos en la tarea de llevar adelante esta misión. Y, finalmente, haré algunas observaciones acerca del papel de las asociaciones de Antiguos Alumnos.

A. La Misión de la Compañía de Jesús hoy.

Antes de hablar de la misión en concreto, es necesario situarla en su contexto. En otras palabras, es necesario detenerse en la situación de nuestro mundo actual. Sin hacer una detenida elaboración, hago mención de los principales temas que nos salen al paso hoy día.

  1. Pobreza y desigualdad: Los avances tecnológicos han dado como resultado una explosión de bienes materiales y una gran variedad de servicios. Todos ellos, sin embargo, muy lejos del alcance de los pobres, millones de los cuales han de luchar a diario para sobrevivir.
  2. Masivos desplazamientos de población: Pobreza, conflictos violentos y desastres naturales obligan a un gran número de personas a huir de sus hogares para emprender una vida nueva en otra parte. Estos migrantes y refugiados tienen que hacer frente a enormes desafíos en su peregrinaje. No podemos permanecer indiferentes ante su difícil situación.
  3. La crisis ecológica: El uso derrochador que hacemos de los recursos materiales ha originado una rápida degradación del medio ambiente natural. Los pobres y marginados son los más afectados por esta crisis. Estamos llamados a escuchar el grito de la tierra y el grito de los pobres y hacer todo lo que esté en nuestra mano para cuidar nuestro hogar común.
  4. El ascenso de la derecha y el fundamentalismo: La identidad religiosa y la identidad nacional se están convirtiendo en instrumentos en manos extremistas. Estos grupos fundamentalistas están suscitando una sensación de miedo e inseguridad, con el resultado de que las minorías suelen ser víctimas de violencia y de políticas de exclusión.
  5. La realidad virtual: La tecnología de la información ha cambiado el mundo de arriba abajo y hoy día lleva las riendas de nuestras vidas. No podemos negar que nos ha aportado grandes beneficios. Nos preocupa, sin embargo, que esta nueva forma de vida afecta a nuestra forma de relacionarnos. Resulta paradójico que los nuevos medios de comunicación hayan reducido nuestra capacidad de comunicarnos cara a cara.

Esta enumeración no es exhaustiva, pero quiere poner de relieve las principales cuestiones que conforman la realidad que nos rodea. En este contexto vive la Compañía de Jesús, discerniendo su misión y los medios para llevarla adelante.

Con humildad y sinceridad, la Compañía de Jesús ve su propia misión como parte de la más amplia misión de Dios. Esta misión invita a hombres y mujeres a unirse a Dios y crear con Él un mundo de justicia, de amor y de paz. Nuestra misión sigue siendo esencialmente la misma, pero ha de ser abordada desde diferentes ángulos dependiendo de las circunstancias concretas. A la luz de la realidad de hoy, la Compañía de Jesús ha discernido que Dios nos llama a una Misión de Reconciliación y Justicia. Esta misión contiene en sí tres dimensiones fundamentales: Reconciliación con Dios, con la humanidad y con la creación. Las tres están interconectadas y son inseparables.

La fe y la experiencia nos dicen que la fuente de nuestra vida es Dios. Sólo en unión con el Todopoderoso podemos experimentar la plenitud de la vida y entender mejor cuál es nuestra finalidad en la Tierra. Hoy, más que nunca, los seres humanos necesitamos desbloquear el potencial liberador que se esconde en el núcleo de la espiritualidad y de las tradiciones religiosas. Los jesuitas y las instituciones de la Compañía de Jesús ofrecen a todos, hombres y mujeres, como poderoso medio de ayuda para alcanzar un encuentro personal con Dios, la espiritualidad ignaciana.

El inmenso sufrimiento y la injusticia de nuestro mundo son escandalosos, se oponen al plan de Dios y ofenden al concepto mismo de dignidad humana. Las instituciones de la Compañía están empeñadas en formar ‘hombres y mujeres para los demás’ - la frase entrañable que P. Pedro Arrupe llevaba en el corazón. Nos esforzamos por levantar unas estructuras de apoyo, que ayuden a las comunidades marginadas a alcanzar un nivel de vida razonable. Al mismo tiempo, pretendemos formar la conciencia personal, promoviendo una cultura de la fraternidad y la aceptación.

La reconciliación con la creación se ha convertido en una nueva urgencia de nuestro tiempo. Es algo que requiere un enfoque plural capaz de cuestionar los modelos de desarrollo al uso y favorecer un mayor respeto por la creación de Dios. A nivel más amplio queremos unir nuestras fuerzas a las de expertos en la tarea de detectar cuáles son las raíces y cuáles las soluciones a la crisis ecológica. Y no podemos obviar la necesidad de revisar nuestros propios patrones de consumo para adoptar un estilo de vida que refleje nuestro ideal.

B. El compromiso de los Antiguos Alumnos con la Misión.

La Compañía de Jesús es uno de los muchos grupos que se comprometen con la misión de Dios. Vemos complacidos cómo nuestros Antiguos Alumnos pasan a formar parte de este compromiso común. Voy a referirme brevemente al modo como los Antiguos Alumnos pueden contribuir a la misión común.

  1. Implicándose de instituciones de la Compañía: Ésta es una de las formas en que muchos de ustedes expresan en concreto su compromiso personal. Varios de ustedes se han esforzado en mejorar las instalaciones de su Alma Mater, mientras que la contribución de otros ha consistido en ofrecer muy necesarios servicios profesionales. Me dicen que algunos de ustedes se acercan a prestar ayuda en algunas de las obras que lleva la Compañía en áreas rurales. Un ejemplo es la asociación de Antiguos Alumnos de Loyola, Goa, que se ha puesto en contacto con nuestra escuela de Manmad. La Asociación Stanislaus ha participado en diversos proyectos en Talasari y Uplat. Les estoy muy agradecido por su generosidad.
  2. Tomando parte en servicios de diversa índole: Las instituciones de la Compañía no son el único lugar en que se expresa el compromiso con la misión. Muchos ex-alumnos están involucrados en distintas organizaciones religiosas y seculares al servicio de los pobres. Sería egoísta por nuestra parte pedir a ninguno que abandonase estos compromisos adquiridos para ayudar en instituciones nuestras. Nos alegra mucho ver que la concepción de la vida y los valores recibidos de sus maestros y guías espirituales son ya parte integral de sus vidas.
  3. El testimonio de la vida cotidiana: Aprecio la generosidad de todos al ponerse al servicio de estas causas, pero eso no me impide ser consciente de que la mayor parte de su vida está dedicada a su carrera profesional y a sus compromisos familiares. Entre los aquí presentes esta noche, habrá abogados, ingenieros, médicos, químicos, banqueros, etc. Su apretada agenda les dejará muy poco tiempo para participar en tareas de servicio social. No olviden que su principal campo de misión es su lugar de trabajo y su hogar, en el trato con sus compañeros de trabajo, en la atención a los clientes u ocupándose de sus hijos. En todas estas ocasiones logren que todo lo que hagan y decidan tenga como norma una gran competencia profesional y los valores humanos más hondos. Ese debe ser su modo de participar activamente en la misión de Dios, dando testimonio con sus palabras y sus obras.
  4. Vida política y civil: Actualmente vivimos una crisis de liderazgo en la esfera pública. Los líderes políticos nos han llenado de promesas vacías y a menudo nos hacen lamentar la carencia de un buen gobierno. Tal vez en esto la culpa sea también nuestra, y nuestras lamentaciones desde la barrera no ayudan a mejorar la situación. Es imperiosamente necesario que hombres y mujeres íntegros, renunciando a sus carreras personales, se entreguen al servicio público. Sí, vería con agrado que muchos más de ustedes asumiesen el reto de ofrecerse como líderes en el terreno administrativo o político, en Mumbai, Maharashtra o en la India.

C. El papel de las asociaciones de Antiguos Alumnos

Hasta aquí he intentado describir nuestra misión compartida y algunas formas en que los Antiguos Alumnos de la Compañía se comprometen con ella. Las asociaciones de Antiguos Alumnos pueden desempeñar un papel clave para hacer más hondo y amplio este compromiso. Para que esto suceda, las asociaciones de Antiguos Alumnos deben tratar de hacer lo siguiente:

  1. Convertirse en una oportunidad para que surjan lazos afectivos: Da la impresión de que la mayoría de asociaciones lo están haciendo bien. En sus reuniones regulares muchos ex-alumnos logran reanudar viejas amistades que nacieron en las aulas y sacando del olvido hermosos recuerdos de sus días de estudiantes. Esto es ya valioso en sí mismo, pero creo que a éste se unen otros frutos. Al renovar viejas amistades se está logrando afianzar los vínculos con la institución. Al recordar “viejos tiempos”, un ex-alumno logra conectar de nuevo con los valores que un día se le transmitieron. Recuerda el papel inspirador de algunos profesores en su vida y moviliza su interior para ser fuente de inspiración para otros.
  2. Proporcionar una plataforma para el discernimiento y la planificación: Por muy valioso que sea lo expuesto hasta aquí, espero que nuestras asociaciones den aún otro paso adelante, transmitiendo a la misión un tono de reflexión y planificación. Nuestras Asociaciones pueden ofrecer a los ex-alumnos la oportunidad de reunirse para hablar de la misión personal de cada uno. Esto, hecho con espíritu de ayuda y de mutua confianza, permite a comprender mejor la propia misión en la vida diaria. Compartir hace posible que se abran posibilidades a la colaboración. Estos intercambios consiguen que los que participan se hagan más conscientes del gran depósito de experiencia que poseen entre todos, y les capacitan para canalizar mejor su servicio de ayuda a la institución o de apoyo al buen trabajo de algún antiguo compañero de estudios. Estas reuniones pueden servir también para planificar actividades conjuntas, para evaluar proyectos en curso de realización y para definir unas estrategias que permitan mayor participación en la sociedad.
  3. Establecer un foro de formación permanente: Al tratar de la misión, casi siempre nos centramos en cuál puede ser el servicio que los ex-alumnos pueden prestar para pagar, por así decir, la deuda que contrajeron con la institución. Con esto se debe continuar, por supuesto, pero no como si se tratase de una relación unilateral. Yo insto a nuestras asociaciones de Antiguos Alumnos a que reflexionen sobre cuál sería el modo como la Compañía de Jesús puede continuar prestándoles un servicio, especialmente en lo que atañe a su formación permanente. El tesoro de la espiritualidad ignaciana puede servir de gran ayuda para navegar por los complejos caminos de la vida adulta. Las asociaciones de Antiguos Alumnos podrían organizar sesiones en las que algún jesuita pusiese a su disposición algunas herramientas capaces de cambiar su vida. Por ejemplo el Discernimiento, la Conversación Espiritual o el Examen de Conciencia. Llegar a familiarizarse con estas prácticas espirituales sería, no me cabe duda, de incalculable valor para su vida personal y profesional.

Conclusión

Teniendo en cuenta la gran importancia de las asociaciones de Antiguos Alumnos, les animo a que sigan haciendo todo lo posible para promocionarlas. No duden en invitar a un número creciente de compañeros de clase a formar parte de ellas. Todos pueden convertirse en embajadores cualificados de su Alma Mater localizando antiguos compañeros y haciendo que se pongan en contacto de nuevo con la institución. Otra forma de hacerse más fuertes es el trabajo en red entre las distintas asociaciones. Me alegra saber que son ustedes miembros activos de las Jesuit Alumni Associations of India (JAAI) y de la WUJA, al ser Mr. John Nellankavil miembro directivo de la WUJA. Me complace también conocer los pasos que se dan para estrechar la vinculación con las asociaciones de la Zona Oeste. Sigan avanzando en esta dirección. Unido a esto podrían hacer algunos esfuerzos para promover las asociaciones de Antiguos Alumnos en las escuelas rurales. Celebro que algunos de ustedes hayan visitado Talasari y Manmad para alentar el proceso de creación de asociaciones de Antiguos Alumnos en esas localidades. Pido finalmente que al menos un jesuita participe activamente en cada asociación, y que preste especial atención, entre otras cosas, a la formación permanente.

Doy las gracias e manera muy especial a los organizadores del acto de esta tarde. Sé bien cuánto tiempo y cuánto trabajo han dedicado para poner en pie un programa de esta envergadura. Y a todos los aquí presentes... gracias por estar aquí, gracias por el servicio que nos brindan y gracias por el gran cariño que nos demuestran. Que todos sigamos trabajando juntos por la mayor gloria de Dios.

AlumniSJ
Administrador

«Ser el principal y mayor punto de encuentro de todos los Antiguos Alumnos Jesuitas del Perú y del Mundo, así como de los Alumnos, familiares, colaboradores y amigos de todas las instituciones educativas y obras jesuitas alrededor del mundo»... es nuestro mayor sueño.

Creemos que un Mundo Mejor es posible, seguimos el camino de San Ignacio a través de su deseo de “buscar y hallar a Dios en todas las cosas”, tratamos de ser verdaderos y dignos discipulos de Jesús, amigos, hermanos y compañeros de Jesús, siguiendo su ejemplo , el “hombre para los demás” por excelencia, que con su palabra y su ejemplo nos enseñó la fuerza transformadora del amor.